P. COMUNIÓN

BIENVENIDOS!






Tema: POR LA SEÑAL DE LA SANTA CRUZ

Oración: Acción de gracias por el inicio a la preparación para este sacramento.

Motivación: Audio de reflexión la señal del cristiano: http://youtube.com/watch?v=icl_k4zDCBU



El catequista realiza las preguntas pertinentes a los niños con lo que han acabado de escuchar.


La Santa Cruz es la Insignia o Señal del cristiano, es el estandarte que representa al pueblo católico, mas no es un frío estandarte, sino una brillante Cruz que nos invita al sacrificio, a la renuncia y nos defiende del enemigo.



Pues Dios tuvo a bien hace residir en él (en Cristo) toda la plenitud, y reconciliar por él y para él todas las cosas, las de la tierra y las de los cielos haciendo la paz mediante la sangre de su cruz” (Col 1, 19-20).

La insignia del cristiano es la cruz ya que Jesucristo crucificado en ella nos redimió y pagó por nuestros pecados. Llevar la cruz y llevar una cruz en el pecho con dignidad debe ser lo más natural del cristiano.
 
Hacer la señal de la cruz es un acto de la virtud de religión, que debemos hacer con toda devoción y decoro y no de cualquier manera. De la manera como hagamos nuestra señal de la fe decimos qué tan grande es nuestra fe y qué tanto hemos entendido del misterio de la cruz.
 
Muchas veces parece que algunas personas hacen una mueca en lugar de evocar el signo sagrado de nuestra salvación; es como si se avergonzaran de que los vieran y trataran de disimular.
La señal de la cruz se hace de dos maneras: Santiguándonos y signándonos.

¿Qué es santiguarse? 
 
Es una oración haciendo la señal de la cruz en la frente, en el pecho, en el hombro izquierdo y luego en el hombro derecho. Diciendo: En el nombre del Padre, del hijo y del Espíritu Santo. Y luego Amén.
 
Cuando se hace la señal de la cruz después de tocar el agua bendita se puede decir primero, al sumergir los dedos en ella: "Que esta agua bendita nos sea salvación y vida".
 
Hay quienes acostumbran al final besar el dedo pulgar extendido sobre el índice formando una cruz, como reverencia y devoción al signo de nuestra redención. Sin embargo, por piadosa que sea, esta práctica no forma parte del acto de santiguarse.

¿Qué es signarnos?
 
Es una oración haciendo una pequeña cruz con el dedo pulgar en la frente, luego otra en la boca y luego otra en el pecho. Diciendo: Por la señal de la santa cruz, de nuestros enemigos, líbranos Señor Dios nuestro.
Cuando nos signamos y luego inmediatamente nos santiguamos, entonces nos estamos persignando.

Hay oraciones y momentos en que nos santiguamos (por ejemplo al inicio de la misa, al iniciar el día, al pasar al frente de una iglesia, etc..); hay oraciones y momentos en que nos signamos (antes de proclamar el evangelio); y hay oraciones y momentos para persignarnos (por ejemplo al inicio del Santo rosario, el viacrucis, las novenas, etc..).

Uno de los momentos en que nos signamos, como se decía antes, es antes de la proclamación del evangelio en la misa.
 
El sacerdote con las manos juntas dice: El Señor esté con vosotros o con ustedes; y el pueblo responde: Y con tu espíritu; y en seguida dice: Lectura del Santo Evangelio según San…., signando con el pulgar el libro y a sí mismo en la frente, en la boca y en el pecho, lo cual hacen también todos los demás.
 
El pueblo aclama diciendo: Gloria a Ti, Señor. En seguida proclama el Evangelio y al final dice la aclamación Palabra del Señor, y todos responden: Gloria a Ti, Señor Jesús.

¿Qué significa signarse?

Signarnos la frente es pedirle a Dios que bendiga nuestra mente y nos libre de pensamientos y deseos indebidos, signarnos la boca es pedirle a Dios que bendiga nuestros labios y nos ayude a evitar palabras ociosas y signarnos en el pecho es para pedirle a Dios que bendiga nuestro corazón y evitar las malas acciones.
 
Cuando nos signamos antes del evangelio es para predisponer nuestra mente a la escucha atenta del mismo, en la boca para que sepamos anunciar el evangelio y en el pecho para ser custodiado con amor y fe. 
 
Todo de cara a permitir que el evangelio que se proclama se haga vida en nosotros y dé los debidos frutos.



Textos Bíblicos:

I Corintios 1, 17-25: (escribe lo que más le gusto del texto) ___________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________

Mateo 28, 19: (Copia e interpreta el versículo leído)
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Mateo 10, 38: (¿qué nos pide Jesús en este versículo?)
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Oración final y compromiso: realizar una oración dirigida por el catequista motivando a los niños para que durante esta semana el compromiso sea santiguarse cada momento que le sea posible.



Tema: LA ORACIÓN

Oración: Acción de gracias por este encuentro y por la vida de cada uno de los aquí presentes.

Motivación: Audio de reflexión ¿cómo no orar a Dios? http://youtube.com/watch?v=m33p2dCT-9U



¿QUÉ ES LA ORACIÓN?

«Para mí, la oración es un impulso del corazón, una sencilla mirada lanzada hacia el cielo, un grito de reconocimiento y de amor tanto desde dentro de la prueba como en la alegría (Santa Teresa del Niño Jesús, Manuscrit C, 25r: Manuscrists autohiographiques [Paris 1992] p. 389-390).

La oración como don de Dios

2559 “La oración es la elevación del alma a Dios o la petición a Dios de bienes convenientes” (San Juan Damasceno, Expositio fidei, 68 [De fide orthodoxa 3, 24]). ¿Desde dónde hablamos cuando oramos? ¿Desde la altura de nuestro orgullo y de nuestra propia voluntad, o desde “lo más profundo” (Sal 130, 1) de un corazón humilde y contrito? El que se humilla es ensalzado (cf Lc 18, 9-14). La humildad es la base de la oración. “Nosotros no sabemos pedir como conviene” (Rm 8, 26). La humildad es una disposición necesaria para recibir gratuitamente el don de la oración: el hombre es un mendigo de Dios (San Agustín, Sermo 56, 6, 9).

2560 “Si conocieras el don de Dios” (Jn 4, 10). La maravilla de la oración se revela precisamente allí, junto al pozo donde vamos a buscar nuestra agua: allí Cristo va al encuentro de todo ser humano, es el primero en buscarnos y el que nos pide de beber. Jesús tiene sed, su petición llega desde las profundidades de Dios que nos desea. La oración, sepámoslo o no, es el encuentro de la sed de Dios y de la sed del hombre. Dios tiene sed de que el hombre tenga sed de Él (San Agustín, De diversis quaestionibus octoginta tribus 64, 4).

2561 “Tú le habrías rogado a él, y él te habría dado agua viva” (Jn 4, 10). Nuestra oración de petición es paradójicamente una respuesta. Respuesta a la queja del Dios vivo: “A mí me dejaron, manantial de aguas vivas, para hacerse cisternas, cisternas agrietadas” (Jr 2, 13), respuesta de fe a la promesa gratuita de salvación (cf Jn 7, 37-39; Is 12, 3; 51, 1), respuesta de amor a la sed del Hijo único (cf Jn 19, 28; Za 12, 10; 13, 1).

La oración como Alianza

2562 ¿De dónde viene la oración del hombre? Cualquiera que sea el lenguaje de la oración (gestos y palabras), el que ora es todo el hombre. Sin embargo, para designar el lugar de donde brota la oración, las sagradas Escrituras hablan a veces del alma o del espíritu, y con más frecuencia del corazón (más de mil veces). Es el corazón el que ora. Si este está alejado de Dios, la expresión de la oración es vana.

2563 El corazón es la morada donde yo estoy, o donde yo habito (según la expresión semítica o bíblica: donde yo “me adentro”). Es nuestro centro escondido, inaprensible, ni por nuestra razón ni por la de nadie; sólo el Espíritu de Dios puede sondearlo y conocerlo. Es el lugar de la decisión, en lo más profundo de nuestras tendencias psíquicas. Es el lugar de la verdad, allí donde elegimos entre la vida y la muerte. Es el lugar del encuentro, ya que a imagen de Dios, vivimos en relación: es el lugar de la Alianza.

2564 La oración cristiana es una relación de Alianza entre Dios y el hombre en Cristo. Es acción de Dios y del hombre; brota del Espíritu Santo y de nosotros, dirigida por completo al Padre, en unión con la voluntad humana del Hijo de Dios hecho hombre.

La oración como comunión

2565 En la nueva Alianza, la oración es la relación viva de los hijos de Dios con su Padre infinitamente bueno, con su Hijo Jesucristo y con el Espíritu Santo. La gracia del Reino es “la unión de la Santísima Trinidad toda entera con el espíritu todo entero” (San Gregorio Nacianceno, Oratio 16, 9). Así, la vida de oración es estar habitualmente en presencia de Dios, tres veces Santo, y en comunión con Él. Esta comunión de vida es posible siempre porque, mediante el Bautismo, nos hemos convertido en un mismo ser con Cristo (cf Rm 6, 5). La oración es cristiana en tanto en cuanto es comunión con Cristo y se extiende por la Iglesia que es su Cuerpo. Sus dimensiones son las del Amor de Cristo (cf Ef 3, 18-21). (Tomado textualmente del Catecismo de la Iglesia Católica)
La oración es un diálogo entre Dios y los hombres. El hombre ha sido creado para glorificar a Dios, a través de la oración se le da gloria, de lo cual el ser humano se beneficia espiritualmente, recibiendo el Amor del Padre por la comunión con Jesucristo a través del Espíritu Santo.

ACTIVIDAD DE “LA MANO”

Pasaje Bíblico: "Siempre orando por vosotros, damos gracias a Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo. Colosenses 1: 3"
¿Alguna vez has tenido problemas pensando qué decir cuando estás con un amigo? Nos ha pasado muchas veces, que tenemos un amigo con el que nos toca caminar todos los días, talvez hacia la escuela o de regreso, y por un buen rato, vamos sin decir ni una palabra. Simplemente no nos llega nada a la mente de qué hablar.

A veces nos sucede lo mismo cuando estamos orando. Empezamos a orar y entonces no se nos ocurre porqué orar, ni qué decir. ¿Alguna vez te ha pasado eso? Bueno, hoy, vamos a aprender algo muy fácil que te va a ayudar cuando no sepas porqué orar. Se llama la "MANO DE ORACION".

Primero, pongamos nuestras manos enfrente de nosotros para orar. Mantén los ojos abiertos para que puedas ver tu mano.
Si vemos primero la palma de la mano, es la más grande. Vas a recordar que Dios es grande y maravilloso y que le alabas porque Él es Dios y que le das gracias por lo que te da y por lo que hace por ti. Principalmente te recordará dale gracias por su Hijo, EL Señor Jesucristo.

Luego cierra la mano. Esto te recordará cuando le pegas a alguien. Te recordará diferentes pecados y por ello debes confesar aquellos pecados y pedirle que te ayude a no volverlos a hacer.
Ahora junta tus manos para orar. Puedes ver que el dedo más cercano a tí es el pulgar. Por ser el más cercano, el pulgar te va a recordar orar por las personas más cercanas. Ora por tus padres, hermanos y hermanas.

El dedo que sigue se llama el dedo Índice. Es el que se usa para apuntar. Este dedo te va a recordar orar por los que te guían en la dirección correcta. Ora por tus maestros en la escuela, por la maestra de la Escuela Dominical y por tu Pastor.
El siguiente dedo es el del medio, es el más alto de todos. Este dedo nos recuerda orar por nuestros líderes. Ora por el presidente y líderes que gobiernan nuestro pueblo y nuestro país, también ora por la policía

El cuarto dedo se llama el dedo de los anillos. ¿Sabías que es el más débil de todos los dedos? Puedes pregúntale a alguien que sepa tocar el piano y te dirán que es verdad. Este dedo te recordará orar por las personas que están enfermas.

El último dedo es el más pequeño, el "meñique". Este dedo te recordará orar por ti mismo.

Así que la próxima vez que estés hablando con Dios, y no sepas qué decir, deja que la MANO DE ORACION te ayude.

Querido Dios, te damos gracias por la oración. Es bueno tener un amigo a quien hablar, y aunque a veces no sabemos qué decir, tú conoces nuestro corazón. Ayúdame a recordar la Mano de Oración para recordar aquellos que necesitan nuestra oración. En el nombre de Jesús, Amén.

Textos bíblicos:

 Lc 18, 9-14:
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Rm 8, 26:
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Jn 4, 10:
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Jn 4, 10:
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Jr 2, 13:
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Oración y compromiso: Oración de acción de gracias a Dios por dejarnos medios que nos fortalecen en nuestra vida espiritual, motivar dentro de esta, a que cada niño piense en un compromiso para esta semana, que lo compartan los niños que quieran en voz alta.


Tema:  La “CUARESMA”

Oración: Acción de gracias por estos 40 días que el Señor nos regala para que los aprovechemos en meditación, oración, ayuno y confesión. 

Motivación: El rey que no tenía Hijos

Érase una vez que había un rey que vivía bien su fe cristiana y que no tenía hijos. Por ello, envió a sus heraldos a colocar un anuncio en todos los pueblos diciendo que cualquier joven que reuniera los requisitos para aspirar a ser el sucesor al trono, debería entrevistarse con el Rey. Pero debía cumplir dos requisitos: Amar a Dios y a su prójimo.

En una aldea lejana, un joven huérfano leyó el anuncio real. Su abuelo, que lo conocía bien, no dudó en animarlo a presentarse, pues sabía que cumplía los requisitos, pues amaba a Dios y a todos en la aldea. Pero era tan pobre que no contaba ni con vestimentas dignas, ni con el dinero para las provisiones de tan largo viaje.

Su abuelo lo animó a trabajar y el joven así lo hizo. Ahorró al máximo sus gastos y cuando tuvo una cantidad suficiente, vendió todas sus escasas pertenencias, compró ropas finas, algunas joyas y emprendió el viaje. Al final del viaje, casi sin dinero, se le acercó un pobre limosnero. Tiritando de frío, vestido de harapos, imploraba: “Estoy hambriento y tengo frío, por favor ayúdeme...” El joven, conmovido, de inmediato se deshizo de sus ropas nuevas y abrigadas y se puso los harapos del limosnero. Sin pensarlo dos veces le dio también parte de las provisiones que llevaba.

Cruzando los umbrales de la ciudad, una mujer con dos niños tan sucios como ella, le suplicó: “¡Mis niños tienen hambre y yo no tengo trabajo!” Sin pensarlo dos veces, le dio su anillo y su cadena de oro, junto con el resto de las provisiones.

Entonces, en forma titubeante, llegó al castillo vestido con harapos y sin de provisiones para el regreso. Un asistente del Rey lo llevó a un grande y lujoso salón donde estaba el rey. Cuál no sería su sorpresa cuando alzó los ojos y se encontró con los del Rey. Atónito dijo: “¡Usted... usted! ¡Usted es el limosnero que estaba a la vera del camino!” En ese instante entró una criada y dos niños trayéndole agua, para que se lavara y saciara su sed. Su sorpresa fue también mayúscula: - “¡Ustedes también! ¡Ustedes estaban en la puerta de la ciudad!” El Soberano sonriendo dijo: “Sí, yo era ese limosnero, y mi criada y sus niños también estuvieron allí”.

El joven tartamudeó: “Pero... pe... pero... ¡usted es el Rey! ¿Por qué me hizo eso?” El monarca contestó: “Porque necesitaba descubrir si tus intenciones eran auténticas frente a tu amor a Dios y a tu prójimo. Sabía que si me acercaba a ti como Rey, podrías fingir y no sabría realmente lo que hay en tu corazón. Como limosnero, no sólo descubrí que de verdad amas a Dios y a tu prójimo, sino que eres el único en haber pasado la prueba. ¡Tú serás mi heredero! --sentenció el Rey-- ¡Tú heredaras mi reino!”.


El relato nos debe hacer pensar si sabemos dar también con generosidad. El Papa nos invita a “descubrir de nuevo la misericordia de Dios para que también nosotros lleguemos a ser más misericordiosos con nuestros hermanos”. Cristo ya se ha dado generosamente por nosotros y espera que hagamos lo mismo con los demás.



En este mes iniciamos el tiempo de la cuaresma. Sabemos que son cuarenta días de preparación a la pascua del señor; es un tiempo marcado por el propósito de cambio o conversión, convertirnos al amor, Asumiendo la actitud de compasión y misericordia del señor.(Muchas veces nos proponemos cambiar en algo pero quizás se puede quedar solo en deseos y buenos propósitos).

Vive esta cuaresma como si fuera la primera y la ultima, ¡ANÍMATE¡


        CONVIÉRTETE Y CREE EN EL EVANGELIO”; 

Conviértete y cree en ti mismo, convierte y cree en tus posibilidades de mejorar; conviértete y cree en un mundo mejor; en una iglesia mas santa, en hogares fieles, en sociedades mas justas, en un mundo mejo; el mundo que tu y yo necesitamos.

Cuando me coloquen la ceniza en la frente en forma de cruz: esto significa que debo asumir la cruz de Jesús (quien abrazó decididamente la cruz, siguiendo tal vez el sendero mas largo: “SI ALGUNO QUIERE VENIR EN POS DE MI, NIÉGUESE A SI MISMO, TOME SU CRUZ Y SIGA ME” (Mt 16,24).

LA CRUZ implica esfuerzo, sacrificio, sudor, caídas, agobio, cansancio y hasta desesperación; pero la cruz de Jesús ofrece una vida llena de alegría, Jesús me pide “PASAR EL TRAGO AMARGO”, Porque me tiene un “UN VINO SABROSO EN LA ETERNIDAD”.

La cuaresma de este año puede ser diferente; el MIÉRCOLES DE CENIZA es el inicio de cuarenta días de reflexión  e contemporización, de cómo voy a vivir la resurrección  en mi vida personal y comunitaria; alimentando mi cuerpo, mi alma y mi espíritu.

La iglesia nos invita a vivir la cuaresma como un camino hacia Jesucristo, escuchando la palabra de Dios, orando, compartiendo con el prójimo y haciendo buenas obras.

Nos invita a practicar el ayuno y la abstinencia, los sacrificios y la penitencia,  a compartir y ofrendar, nos invita a vivir una serie de actitudes cristianas que nos ayudan a parecernos más a JESUCRISTO.

En cuaresma, aprendemos a conocer y apreciar la cruz de Jesús, con esto aprendemos  también a tomar nuestra cruz con alegría para alcanzar la gloria de la resurrección.

La cuaresma es además un tiempo” fuerte” de ORACIÓN, AYUNO Y ATENCIÓN A LOS NECESITADOS, haciendo un “serio” discernimiento de tu propia vida:” Hay mayor felicidad en dar que en recibir” (Hch 20,35); este sentimiento radicada en lo mas hondo del corazón del ser humano, a y así darse al otro sin esperar nada a cambio.

Solo en la oración encontraremos el amor de Dios y la dulce y amorosa exigencia de su voluntad, al hacer sacrificios debemos hacerlos con alegría;”Cuando ayunéis no aparezcáis tristes, como los hipócritas que desfiguran su rostro para que los hombres vean que ayunan; en verdad os digo, ya recibieron su recompensa. Tu cuando ayunes, úngete la cabeza y lava tu cara para que no lo vean los hombres, sino tu padre que esta en lo secreto; y tu padre que ve en lo secreto, té recompensara.” (Mt 6,6).

El creyente se siente impulsado a seguir las huellas de CRISTO, verdadero Dios y verdadero hombre, en la perfecta adhesión a la voluntad del padre.

POR LO TANTO DE LA MISERICORDIA Y EL AMOR AL PRÓJIMO, DEBE BROTAR UNA RELACIÓN VIVA CON DIOS.




 Aunque a veces  el afán desmedido de posesión impide a la criatura humana abrirse al creador y a sus semejantes.  “El afán del dinero es, en efecto, la raíz de todos los males, y algunos, por dejarse llevar de él, se extraviaron en la fe y se atormentaron con muchos dolores”, (1 Timoteo 6,10).

La duración de la cuaresma esta basada en el símbolo del número cuarenta (40) en la Biblia; los cuarenta días de la cuaresma poseen, una indudable fuerza evocadora de algunos acontecimientos importantes para la vida del católico cristiano; recordando:

Cuarenta (40) días del diluvio.

Cuatrocientos (400) años  que duro la estancia de los judíos en Egipto.

Cuarenta (40) años  de la marcha del pueblo judío por el desierto.

   Cuarenta (40) días de Moisés y Elías en la montaña.

   Cuarenta (40) días de Jesús en el desierto antes de comenzar su vida pública.

   Cuarenta (40)  días antes de la presentación del niño Jesús.

Cuarenta (40)  días después de su muerte, para su ascensión.

En la biblia el número cuatro (4) simboliza el universo material, seguido de ceros (0) significa el tiempo de nuestra vida en la tierra, seguido de pruebas y dificultades.

Siendo tal vez en este tiempo el suceso que mejor nos lleva a vivir la cuaresma es “las tentaciones de Jesús en el desierto”. dónde él mismo entregando su confianza plena en Dios padre; logra vencer al mismo demonio.





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Texto Bíblico: 

Escribe en las líneas los aspectos a los que se invita en estos días de Cuaresma en los siguientes textos bíblicos:

Mt 6, 1-6.16-18: ________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________

Lucas 9,22-25: ____________________________________________________________________________________________________________
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Mt 6, 7-15: ____________________________________________________________________________________________________________
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Tema: EL NACIMIENTO DE JUAN BAUTISTA

Oración: Se hará oración en acción de gracias por las personas que han dedicado su vida a la evangelización.

Motivación:



Observar por dos minutos detenidamente la imagen.

Con ayuda del catequista realizar una descripción detallada de la imagen. Tener en cuenta las siguientes preguntas: 

  • ¿Qué tipo de lugar es?
  • ¿Qué hay en el lugar? 
  • Nombres de los dos personajes principales que se encuentran en el lugar.
  • ¿Qué están haciendo estas personas?
  • ¿Qué actitud ves en cada una de ellas?
  • ¿Qué se observa bajando del en el cielo?

Mensaje: 

Este es el único santo al cual se le celebra la fiesta el día de su nacimiento.

San Juan Bautista nació seis meses antes de Jesucristo (de hoy en seis meses - el 24 de diciembre - estaremos celebrando el nacimiento de nuestro Redentor, Jesús).

El capítulo primero del evangelio de San Lucas nos cuenta de la siguiente manera el nacimiento de Juan: Zacarías era un sacerdote judío que estaba casado con Santa Isabel, y no tenían hijos porque ella era estéril. Siendo ya viejos, un día cuando estaba él en el Templo, se le apareció un ángel de pie a la derecha del altar.

Al verlo se asustó, mas el ángel le dijo: "No tengas miedo, Zacarías; pues vengo a decirte que tú verás al Mesías, y que tu mujer va a tener un hijo, que será su precursor, a quien pondrás por nombre Juan. No beberá vino ni cosa que pueda embriagar y ya desde el vientre de su madre será lleno del Espíritu Santo, y convertirá a muchos para Dios".

Pero Zacarías respondió al ángel: "¿Cómo podré asegurarme que eso es verdad, pues mi mujer ya es vieja y yo también?".

El ángel le dijo: "Yo soy Gabriel, que asisto al trono de Dios, de quien he sido enviado a traerte esta nueva. Mas por cuanto tú no has dado crédito a mis palabras, quedarás mudo y no volverás a hablar hasta que todo esto se cumpla".

Seis meses después, el mismo ángel se apareció a la Santísima Virgen comunicándole que iba a ser Madre del Hijo de Dios, y también le dio la noticia del embarazo de su prima Isabel.

Llena de gozo corrió a ponerse a disposición de su prima para ayudarle en aquellos momentos. Y habiendo entrado en su casa la saludó. En aquel momento, el niño Juan saltó de alegría en el vientre de su madre, porque acababa de recibir la gracia del Espíritu Santo al contacto del Hijo de Dios que estaba en el vientre de la Virgen.

También Santa Isabel se sintió llena del Espíritu Santo y, con espíritu profético, exclamó: "Bendita tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre. ¿De dónde me viene a mí tanta dicha de que la Madre de mi Señor venga a verme? Pues en ese instante que la voz de tu salutación llegó a mis oídos, la criatura que hay en mi vientre se puso a dar saltos de júbilo. ¡Oh, bienaventurada eres Tú que has creído! Porque sin falta se cumplirán todas las cosas que se te han dicho de parte del Señor". Y permaneció la Virgen en casa de su prima aproximadamente tres meses; hasta que nació San Juan.

De la infancia de San Juan nada sabemos. Tal vez, siendo aún un muchacho y huérfano de padres, huyó al desierto lleno del Espíritu de Dios porque el contacto con la naturaleza le acercaba más a Dios. Vivió toda su juventud dedicado nada más a la penitencia y a la oración.

Como vestido sólo llevaba una piel de camello, y como alimento, aquello que la Providencia pusiera a su alcance: frutas silvestres, raíces, y principalmente langostas y miel silvestre. Solamente le preocupaba el Reino de Dios.

Cuando Juan tenía más o menos treinta años, se fue a la ribera del Jordán, conducido por el Espíritu Santo, para predicar un bautismo de penitencia.

Juan no conocía a Jesús; pero el Espíritu Santo le dijo que le vería en el Jordán, y le dio esta señal para que lo reconociera: "Aquel sobre quien vieres que me poso en forma de paloma, Ese es".

Habiendo llegado al Jordán, se puso a predicar a las gentes diciéndoles: Haced frutos dignos de penitencia y no estéis confiados diciendo: Tenemos por padre a Abraham, porque yo os aseguro que Dios es capaz de hacer nacer de estas piedras hijos de Abraham. Mirad que ya está el hacha puesta a la raíz de los árboles, y todo árbol que no dé buen fruto, será cortado y arrojado al fuego".

Y las gentes le preguntaron: "¿Qué es lo que debemos hacer?". Y contestaba: "El que tenga dos túnicas que reparta con quien no tenga ninguna; y el que tenga alimentos que haga lo mismo"…

"Yo a la verdad os bautizo con agua para moveros a la penitencia; pero el que ha de venir después de mí es más poderoso que yo, y yo no soy digno ni siquiera de soltar la correa de sus sandalias. El es el que ha de bautizaros en el Espíritu Santo…"

Los judíos empezaron a sospechar si el era el Cristo que tenía que venir y enviaron a unos sacerdotes a preguntarle "¿Tu quién eres?" El confesó claramente: "Yo no soy el Cristo" Insistieron: "¿Pues cómo bautizas?" Respondió Juan, diciendo: "Yo bautizo con agua, pero en medio de vosotros está Uno a quien vosotros no conocéis. El es el que ha de venir después de mí…"

Por este tiempo vino Jesús de Galilea al Jordán en busca de Juan para ser bautizado. Juan se resistía a ello diciendo: "¡Yo debo ser bautizado por Ti y Tú vienes a mí! A lo cual respondió Jesús, diciendo: "Déjame hacer esto ahora, así es como conviene que nosotros cumplamos toda justicia". Entonces Juan condescendió con El.

Habiendo sido bautizado Jesús, al momento de salir del agua, y mientras hacía oración, se abrieron los cielos y se vio al Espíritu de Dios que bajaba en forma de paloma y permaneció sobre El. Y en aquel momento se oyó una voz del cielo que decía: "Este es mi Hijo muy amado, en quien tengo todas mis complacencias".

Al día siguiente vio Juan a Jesús que venía a su encuentro, y al verlo dijo a los que estaban con él: "He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. Este es aquél de quien yo os dije: Detrás de mí vendrá un varón, que se ha puesto delante de mí, porque existía antes que yo".

Entonces Juan atestiguó, diciendo: "He visto al Espíritu en forma de paloma descender del cielo y posarse sobre El. Yo no le conocía, pero el que me envió a bautizar con agua, me dijo: Aquél sobre quien vieres que baja el Espíritu Santo y posa sobre El, ése es el que ha de bautizar con el Espíritu Santo. Yo lo he visto, y por eso doy testimonio de que El es el Hijo de Dios".

Herodías era la mujer de Filipo, hermano de Herodes. Herodías se divorció de su esposo y se casó con Herodes, y entonces Juan fue con él y le recriminó diciendo: "No te es lícito tener por mujer a la que es de tu hermano"; y le echaba en cara las cosas malas que había hecho.

Entonces Herodes, instigado por la adúltera, mandó gente hasta el Jordán para traerlo preso, queriendo matarle, mas no se atrevió sabiendo que era hombre justo y santo, y le protegía, pues estaba muy perplejo y preocupado por lo que le decía.

Herodías le odiaba a muerte y sólo deseaba encontrar la ocasión de quitarlo de en medio, pues tal vez temía que a Herodes le remordiera la conciencia y la despidiera siguiendo el consejo de Juan.

Sin comprenderlo, ella iba a ser la ocasión del primer mártir que murió en defensa de la indisolubilidad del matrimonio y en contra del divorcio.

Estando Juan en la cárcel y viendo que algunos de sus discípulos tenían dudas respecto a Jesús, los mandó a El para que El mismo los fortaleciera en la fe.

Llegando donde El estaba, le preguntaron diciendo: "Juan el Bautista nos ha enviado a Ti a preguntarte si eres Tú el que tenía que venir, o esperamos a otro".

En aquel momento curó Jesús a muchos enfermos. Y, respondiendo, les dijo: "Id y contad a Juan las cosas que habéis visto y oído: Los ciegos ven, los cojos andan, los sordos oyen, los muertos resucitan, y a los pobres se les anuncia el Evangelio…"

Así que fueron los discípulos de Juan, empezó Jesús a decir: "¿Qué salisteis a ver en el desierto? ¿Alguna caña sacudida por el viento? o ¿Qué salisteis a ver? ¿Algún profeta? Si, ciertamente, Yo os lo aseguro; y más que un profeta. Pues de El es de quien está escrito: Mira que yo te envío mi mensajero delante de Ti para que te prepare el camino. Por tanto os digo: Entre los nacidos de mujer, nadie ha sido mayor que Juan el Bautista…"

Llegó el cumpleaños de Herodes y celebró un gran banquete, invitando a muchos personajes importantes. Y al final del banquete entró la hija de Herodías y bailó en presencia de todos, de forma que agradó mucho a los invitados y principalmente al propio Herodes.

Entonces el rey juró a la muchacha: "Pídeme lo que quieras y te lo daré, aunque sea la mitad de mi reino".

Ella salió fuera y preguntó a su madre: "¿Qué le pediré?" La adúltera, que vio la ocasión de conseguir al rey lo que tanto ansiaba, le contestó: "Pídele la cabeza de Juan el Bautista". La muchacha entró de nuevo y en seguida dijo al rey: "Quiero que me des ahora mismo en una bandeja la cabeza de Juan el Bautista".

Entonces se dio cuenta el rey de su error, y se pudo muy triste porque temía matar al Bautista; pero a causa del juramento, no quiso desairarla, y, llamando a su guardia personal, ordenó que fuesen a la cárcel, lo decapitasen y le entregaran a la muchacha la cabeza de Juan en la forma que ella lo había solicitado.

TEXTO BÍBLICO  San Lucas 1, 8 - 20


¿Quién estaba a cargo de entrar al santuario del templo del Señor y quemar el Incienso?
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¿Quién se le apareció a Zacarías? 
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¿Qué le dijo el Ángel a Zacarías? ______________________________________________________________________________________
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Cual fue la respuesta del ángel cuando Zacarías le dijo ¿cómo puede estar seguro de esto? Porque yo soy muy anciano y mi esposa también.
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1:19 Respondiendo el ángel, le dijo: Yo soy Gabriel, Daniel 8. 16 Daniel 9. 21 que estoy delante de Dios; y he sido enviado a hablarte, y darte estas buenas nuevas. 

1:20 Y ahora quedarás mudo y no podrás hablar, hasta el día en que esto se haga, por cuanto no creíste mis palabras, las cuales se cumplirán a su tiempo.



PRECURSOR, PROFETA, TESTIMONIO, ELIAS,
 CORDERO, AMIGO, EVANGELIO.






Tema: ACTITUDES PARA ORAR

Oración: oración de acción de gracias por las gracias recibidas.

Motivación: 

Dígales a los niños que se sienten en frente de usted. Dígales que va a jugar con ellos. Pídales que alcen sus manos si saben cómo comunicarse con otros que no están en el salón. Si los niños necesitan de su ayuda, dígales que son cosas como teléfonos, cartas, e-mails, o tal vez hasta con gritos. Luego pregúnteles si saben cómo comunicarse con Dios.
Mensaje:





Para poder, verdaderamente crecer en la vida cristiana son necesarios tres elementos, los cuales pueden ser considerados como los pilares de la construcción: Los Sacramentos, la Oración, la Lectura y Meditación de la Palabra de Dios.

Recordemos, pues que la oración no es otra cosa que un DIALOGO CON DIOS. Sí un diálogo con Dios, pero un DIALOGO AMOROSO como nos lo dice santa Teresa de Jesús: "Orar, es pasar largos ratos con aquella persona que sabemos que nos ama". Por lo que no importa la posición sino la disposición, no importa tanto el que se dirá, cuanto el cuanto se amará.

Si por la fe sabemos que estamos ante Dios, que es Padre y que nos ama, debemos acercarnos a la oración con una confianza infinita y ponernos totalmente en sus manos y que le abramos totalmente nuestro corazón. Es como cuando vamos al médico con el cual, si queremos encontrar una cura definitiva para nuestra enfermedad debemos ser totalmente honestos y estar dispuestos a hacer lo que él nos diga (aunque muchas veces sea doloroso e incluso costoso). En nuestra oración no debemos ser como aquellos que van a ver al médico con la idea de escuchar de éste solo lo que ellos desean y sin estar dispuestos a seguir sus instrucciones. 

Cuando nos acercamos a la oración debemos estar atentos a la voz de Dios, que en su palabra de una manera que solo él conoce nos instruye y va moldeando nuestra vida, hasta que lleguemos a la perfección, la cual no es posible sin el esfuerzo y la cruz. 

 En nuestra oración no debemos pues ir a buscarnos a nosotros mismos, sino a Dios; no nuestra voluntad sino la de Aquel que nos ama. Tengamos siempre presente, que Dios no nos pedirá nada para lo cual no nos haya dado previamente la gracia y la fuerza para realizar. Dios espera una cooperación de nuestra parte en todas sus acciones... Dios es gratitud, y el hombre esfuerzo.

 Es tal nuestra fe y nuestra confianza en la oración que sabemos no sólo que Dios nos ha escuchado, sino que, como Padre amoroso nos dará todo aquello que contribuya a nuestra salvación, la de los que nos rodean y la instauración del Reino, pero por otro lado, a pesar de nuestras insistencias no recibiremos aquello que él bien sabe que sería perjudicial, ya sea para nosotros o para los demás (cf. Mt 7,9-11). 

debemos saber, que hay cosas que sí nos va a dar, pero que no es el momento oportuno para recibirlas. Hay que aguardar el tiempo conveniente, pero con la misma confianza que se las pedimos, y como si ya las hubiéramos recibido, ya que ésta es la condición para recibirlas (cf. Mc 11.24). 

El cristiano cuando ora está siempre seguro de que Dios "jamás" le negará nada que necesite o sea bueno para él, para su salvación y la del mundo. Por ello se dirige al padre con infinita confianza: 

"Padre, yo no sé nada... Tú lo sabes todo. Dame lo que me conviene a mí y a todo tu pueblo, pongo en tus manos mis deseos, que antes de que yo te los esté diciendo, Tú ya los sabes... Y hágase, no conforme te pido, sino como Tú quieras, pues tu voluntad es amor, no puede ser de otra manera. Amén".

- Una de las actitudes que no deben faltar en un orante es la de confianza y abandono.

- Escucha atenta y contemplativa de lo que está ocurriendo en nuestra vida, en lo que nos rodea, en el mundo...

- Meditación sobre la Biblia, Palabra del Señor, espada de doble filo que nos guía, bálsamo que nos consuela.

- Acción de gracias por las bendiciones del Señor en nuestras vidas, por las señales de su amor, por su bondad.

- Alabanza por las maravillas del Señor  en la Creación, en el misterio de la Vida, en todo lo que eleva nuestro espíritu.

- Petición de lo que necesitamos, con la confianza de un niño y el corazón abierto a recibirlo del Señor, Padre bueno


- Intercesión por todos aquellos que sufren la injusticia, que claman al señor, que se sienten solos y abandonados.



Escribe una oración que salga de tu corazón


Resultado de imagen para actividad sobre la oracion


Tema: LA VIDA Y LA CREACIÓN

Canto: La creación en siete días 

//En siete días papito Dios hizo todita la creación
En siete días papito Dios hizo toda la creación//
Dia 1:
Hizo la luz y la llamo el día
y a las tinieblas la noche las llamo
y fue la tarde y la mañana aquella
y así comienza toda la creación
En siete días papito Dios hizo todita la creación
En siete días papito Dios hizo toda la creación
Día 2:
Separo las aguas de las aguas
y así mismo se formó una expansión
esta expansión fue llamada cielo
y es donde vemos como vuela el avión
Día 3:
Juntos la aguas y las llamo mares
y a lo séquito tierra lo llamo
luego crecieron hierbas y arbolitos
con florecitas pintadas de color
Día 4:
Hizo el sol que por la mañana
con su calor nos alumbrara
la señorita luna y las estrellas
todas juntitas que siempre brillaran
En siete días papito Dios hizo todita la creación
En siete días papito Dios hizo toda la creación
Día 5:
En los mares hizo pececitos
los delfines y hasta el tiburón
en los cielos volaran contentos
los pajaritos que hizo papá Dios
Día 6:
Luis Dios dijo que se hicieran todos
los animales que en la tierra están
y al hombre dio aliento de vida
por ese aliento es que vivimos tu y yo
Día 7:
Al terminarse todas estas cosas
agotadito este papito Dios
decidió tomarse un descansito
y así apreciar toda la creación
En siete días papito Dios hizo todita la creación
En siete días papito Dios hizo toda la creación
¿Cuantos días fueron? 7




La naturaleza, especialmente los seres vivos reflejan la bondad y el amor de Dios. Toda vida es hermosa y proviene de Dios, pero la vida humana es valiosísima a los ojos de Dios. Por eso la vida de mis semejantes debe ser respetada desde el instante de su concepción, en el vientre de la madre, desde ese mismo momento, ese mismo dio Dios infunde un alma inmortal en ese ser humano que lo hace a imagen y semejanza del creador. Es por eso que para salvar esa alma inmortal, Dios nos entrega a su hijo y con el vienen: EL PERDÓN, LA JUSTICIA, LA PAZ, LA ALEGRÍA, EL AMOR, LA MISERICORDIA Y LA VIDA ETERNA.

Nociones teológicas 

El Misterio de la Creación del Mundo en el Conjunto de la Fe de la Iglesia

EL tratado teológico de la creación es la parte de la dogmática cristiana que se ocupa del origen del mundo y del hombre. Es ésta una cuestión que, junto a la de Dios, resulta básica para la concepción cristiana sobre el sentido de las cosas y la existencia humana.

La creación del mundo y del hombre por Dios es un misterio de fe. No es el simple resultado de una deducción empírica-racional. De hecho, la reflexión pagana clásica no se planteó jamás directamente la cuestión de la procedencia del mundo y su razón de ser. Los griegos se adherían firmemente a la idea de un cosmos eterno, permanente e inmutable, a un ser de períodos cíclicos.

La verdad sobre la creación aparece revelada con claridad el la Sagrada Escritura (Gen 1,1) e incluida en el Credo. Este artículo de fe nos enseña:


Que existe un único Dios, causa soberana del mundo, cuyo impulso es el amor.

La correcta relación entre Dios y las creaturas.


A la luz de estas consideraciones podemos entender mejor la importancia decisiva que tiene este tratado en el edificio de la doctrina cristiana. No es un simple prólogo neutro de la historia de la salvación, sino que es parte de la historia salvifica. Allí se nos revelan los atributos de Dios, el sentido del mundo, la vocación a la vida del hombre a quien es entregada la tierra como morada y tarea hasta la consumación escatológica, el gobierno del mundo por parte de Dios mediante su Providencia hasta su perfección última

Es cierto que el misterio de Cristo es el misterio central de la Fe, y el que articula adecuadamente todas las disciplinas teológicas. Pero ello no hace irrelevantes ni meramente secundarios las verdades de Fe que no son directamente cristológicos. Le confiere, por el contrario su plenitud de sentido y su alcance en el conjunto de la economía divina de santificación y salvación. Así es como debe ser integrado y concebido este tratado dentro de la dogmática de la fe de la Iglesia

La creación en los primeros símbolos de la fe

A- Símbolo de los Apóstoles:

Creo en un sólo Dios Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la Tierra. Hace alusión a Dios, como Creador del universo. Todopoderoso, significa que todo viene de El. Creador de cielo y tierra; expresión que muestra que Dios es el Creador de todo el Universo.

Creo en Jesucristo su Hijo nuestro Señor, Cristo no se presenta como agente de la creación. Se alude pues, al antidualismo (dos Creadores, Maniqueísmo y Agnosticismo).

B- Símbolo de Nicea: "Creemos en un único Dios Padre..creador de todo lo visible e invisible, y en un Señor Jesucristo...por quien todo fue hecho".

La Creación en la Sagrada Escritura. Y en el Magisterio

LA CREACION EN LA S.E.

Antiguo Testamento

A- En Gen. 1, 1ss, se destaca claramente la idea de que Dios es el Creador del mundo y que crea en el tiempo (en el sentido de que las creaturas no son eternas: tuvieron un principio en el tiempo). La creación tuvo un comienzo absoluto In principio creavit Deus ceolum et terram . Ninguna criatura es colaboradora de Dios en el acto creador. La creación es un acto libre de Dios. Dios crea de la nada (ex nihilo) es decir, es Dios quien por su palabra, por un acto libre y espontáneo de su voluntad, atrae (tira, saca) de la nada el universo entero. La aparición del hombre culmina el acto creador. Después de la creación del hombre Dios vio que era muy bueno: este adjetivo muestra la excelencia del hombre. La creación no es un acto generativo. Dios creó el mundo por su palabra, Dijo Dios y lo hizo. El acto creador es un acto personal, es Dios mismo quien opera en la creación.


División de la obra de la creación:

Hay dos fases:

Fase de separación: Tres primeros días.

Fase de decoración: Tres últimos días.


1) Fase de separación:

1º. día: Dios separa la luz de las tinieblas, es la creación del día y la noche. Desde este momento, comienza el tiempo, antes existía sólo Dios en su eternidad.

2º. día: Dios separa las aguas superiores de las aguas inferiores, es la creación del agua encima del firmamento y del agua de bajo del firmamento.

3º. día: Dios separa agua y tierra, es la creación de los océanos y el suelo. Surge pues el aire, el agua y la tierra. Empiezan a crecer las hierbas y las plantas.

2) Fase de decoración:

4º. día: Dios crea los astros: sol, luna y las estrellas.
(A diferencia de las religiones paganas en las cuales Dios y los astros se confunden se enumeran los cuerpos celestiales. Hay un único Dios Creador, las demás cosas son criaturas.)

5º. día: Dios crea los animales, adorna los mares de peces y los aires de aves.

6º. día: Dios puebla la tierra, crea los animales domésticos y el hombre a su imagen, le pone encima de todas las criaturas.

7º. día: Dios descansa.


B- Relato Yahvista
(Gen. 2, 4b-25), este relato empieza con la creación del hombre y lo presenta en dos estados diferentes:

estado de inocencia, de alegría y de paz
estado de pecado y promesa de salvación.

Gen. 2, 7, Dios crea el hombre con polvo, sopla en sus narices para darle el soplo de vida, así el hombre deviene un ser vivo. El hombre no ha sido creado por la palabra de Dios según este relato, sino que fue modelado con barro del suelo. La creación del hombre y de la mujer es el inicio de la creación. La creación del hombre es una participación del ser de Dios.


C- Los profetas:

Los profetas contribuyen decisivamente a hacer cada vez más explícita y a desarrollar la fe en el misterio de la creación. Mención especial merecen los profetas del exilio, sobre todo Jeremías (32,17;33,25-26) y el Deutero Isaías (Is 40 ss), que presentan a Yahvéh como Creador y Salvador al mismo tiempo. El Creador todopoderoso del mundo de también autor compasivo de la Alianza con el pueblo elegido y, a través de éste, con toda la humanidad. La doctrina de la Creación y sus consecuencias se hace ahora un mensaje claramente universalista.

Isaías presenta también la creación como un acontecimiento escatológico, que se extiende desde la producción del mundo, el presente y la consumación definitiva (cfr. Is 27,1 ss).


D- Salmos, Proverbios y Sabiduría:

Los salmos son himnos que hablan de la creación. Cantan y exhortan las acciones gloriosas. por lo tanto muestran que Dios es el Creador del universo (Sal. 136).

En los libros de los proverbios se relata la creación como obra divina en su aspecto objetivo: se destaca su orden y su racionalidad. Es considerada como una obra magnífica (Prv. 3, 19-20; 8, 31-32). Pasa a un segundo plano su aspecto histórico-salvífico.

En el libro de Sabiduría, la sabiduría divina aparece personificada y como co-principio creador. Procede de Dios y Dios crea con ella. La sabiduría se identifica con Dios. Su función es de crear (Sab.1, 14).

E- 2 Macabeos 7, 28:

Dios crea el mundo de la nada. Hay una relación entre creación y escatología. Dios es Consumador por ser Creador y es Creador por ser Consumador. El misterio de la creación es en definitivo un estímulo para la confianza en Dios y una prueba de la fidelidad divina a la Alianza.


Creación en el N. Testamento

A- Evangelios sinópticos:
La predicación de Jesús acerca del Reino de Dios, que llega con El, arranca de la fe bíblica en Dios Creador. Esta resulta tan evidente en el ambiente religioso judío, que Jesús no necesita insistir en ella. Aún así, Jesús acude expresamente a la doctrina de la Creación en diversas ocasiones manifestando que es la Creación un hecho fundamental.

Mc. 10, 6: Al principio del mundo Dios les hizo varón y hembra.

Mt. 6, 25_30: Jesús pide a los judíos que no se preocupen de su vida, de lo que comerán, ni por su cuerpo, con qué se vestirán. Porque Dios, Creador del universo, Padre celestial les nutrirá. Dios ejerce su providencia sobre todo lo que ha creado (criaturas sensibles y los hombres)

Mt. 25, 34. La salvación de Dios en Jesucristo se inserta en al Creación.

B- San Juan:
Jn. 1, 1-5: Este texto de Juan se relaciona con Gen. 1


Al principio, expresa la eternidad del Verbo.
La Palabra estaba con Dios, preexistencia de la Segunda Persona (Hijo de Dios).

La Palabra era Dios, en Gen. 1 Dios es el autor de la creación. San Jn. presenta a Cristo como autor de la nueva creación. Jesús no se distingue de Dios por que él es Dios.

Todo se hizo por ella, es un resumen de la doctrina creadora. Cristo se presenta como la Palabra de Dios, la sabiduría de Dios que crea el mundo. Sin esta sabiduría el mundo no habría existido.
En ella estaba la vida y la vida la luz de los hombres, Cristo es el salvador del mundo. La creación es renovada por la Redención

Por: cristiandad.org | Fuente: cristiandad.org


Textos Bíblicos:


Génesis 1,1-24 

¿Qué dijo Dios en este quinto día?  ______________________________________________________________________________________
__________________________________________________________________________________________________________________________________________________

Juan 3,16: 

¿Qué hizo Dios por amor al mundo y para qué?  ______________________________________________________________________________________
__________________________________________________________________________________________________________________________________________________

Mateo 6, 7-15: 

¿Qué oración nos enseñó Jesús? ______________________________________________________________________________________

Enumera los verbos se encuentran en esta oración: ______________________________________________________
__________________________________________________________________________________________________________________________________________________

En este cuadro escriba el verbo que más le llame la atención:




Oración final y compromiso: Será dirigida por el catequista y cada niño pensará en un compromiso, lo compartirán en voz alta quienes lo deseen.

Tarea: 

En la siguiente imagen encontraras a una mamita embarazada.

1. Señala a su bebe y ponle un nombre. ______________________________________________________________________________________

2. Escribe dos razones por las cuales debe nacer ______________________________________________________________________________________
___________________________________________________________________________________________________________

3. Escribe una pequeña oración pidiendo por la vida de todos los bebes que están por nacer.
______________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________

4. Qué significa para ti el aborto?  ______________________________________________________________________________________ __________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________

5. Aplícale color







Tema: LA FAMILIA MI COMUNIDAD DE AMOR

Canto: Oración de la familia




Que ninguna familia comience en cualquier de repente, 
Que ninguna familia se acabe por falta de amor. 
La pareja sea el uno en el otro de cuerpo y de mente 
y que nada en el mundo separe un hogar soñador. 

Que ninguna familia se albergue debajo del puente 
y que nadie interfiera en la vida y en la paz de los dos. 
Y que nadie los haga vivir sin ningún horizonte 
y que puedan vivir sin temer lo que venga después. 

La familia comience sabiendo por qué y donde va 
y que el hombre retrate la gracia de ser un papá. 
La mujer sea cielo y ternura y afecto y calor 
y los hijos conozcan la fuerza que tiene el amor.

Bendecid oh Señor las familias, Amén. 
Bendecid oh Señor la mía también. 
Bendecid oh Señor las familias, Amén. 
Bendecid oh Señor la mía también. 

Que marido y mujer tengan fuerza de amar sin medida 
y que nadie se vaya a dormir sin buscar el perdón. 
Que en la cuna los niños aprendan el don de la vida, 
la familia celebre el milagro del beso y del pan. 
Que marido y mujer de rodillas contemplen sus hijos, 
que por ellos encuentren la fuerza de continuar. 

Y que en su firmamento la estrella que tenga más brillo 
pueda ser la esperanza de paz y certeza de amar. 
La familia comience sabiendo por qué y donde va 
y que el hombre retrate la gracia de ser un papá. 
La mujer sea cielo y ternura y afecto y calor 
y los hijos conozcan la fuerza que tiene el amor. 

Bendecid oh Señor las familias, Amén. 
Bendecid oh Señor la mía también. 
Bendecid oh Señor las familias, Amén. 
Bendecid oh Señor la mía también 
Bendecid oh Señor la mía también.


- FUENTE -MUSICA.COM
- LETRA AÑADIDA POR - andres635
Padre Zezinho
Mensaje: 





La base de toda familia esta compuesta por: papá, mamá, e hijos; pero también forman parte los abuelos, los tíos y demás familiares.  Mi familia es una comunidad de amor, donde aprendo a ser feliz, donde nos necesitamos unos a otros para lograr esa felicidad, tomando como base el amor y la comprensión.

La familia es un santuario de amor, tanto que el mismo Dios quiso vivir en una familia " LA SAGRADA FAMILIA DE NAZARET".

Es por eso que cuando el pecado afecta a mi familia y no somos felices, es cuando debemos convertirnos y volver a Dios; por que cuando tenemos a Dios en el corazón encontramos esa felicidad.


“No es en las palabras ni es en las promesas
donde la historia tiene su motor secreto.
Sólo es el amor en la cruz madurado,
el amor que mueve a todo el universo”

(“En mi Getsemaní”).

La historia recoge un sinfín de acciones. Se escribe cada día. Se labra como algo imborrable. Se decide desde corazones libres, desde momentos de pasión y momentos de lucidez.

La historia deja de lado palabras o promesas no cumplidas. Lo que se hace es lo que cuenta. Lo que uno pone en práctica, ese propósito realizado, ese gesto de cariño en la familia, ese sí a un nuevo hijo que inicia el camino del embarazo.

¿Cuál es el motor secreto de la vida? ¿Qué es lo que permite que existamos? ¿Por qué los ríos, los volcanes y los jilgueros? ¿Por qué un hombre y una mujer deciden casarse y abrirse con amor a la vida de los hijos que Dios pueda concederles?

El motor es siempre el mismo: el amor. Por amor Dios quiso un mundo, una tierra entre soles, lunas y estrellas. Por amor contuvo el ímpetu del mar, envió suaves vientos y frescas lluvias. Por amor hizo crecer hierba y árboles, dio vida a petirrojos y caimanes, a coyotes y corderos.

Por amor un día Dios creó a alguien a su imagen en la tierra, a un hombre y una mujer. Los amó como a hijos, los cuidó con ternura, habló con ellos mientras soplaba la brisa de la tarde.

Por amor, tras el pecado, vino la promesa y el pueblo elegido. Israel ha sido señal de ese amor que “mueve el universo”. El amor llegó a la plenitud en la Encarnación y en el Calvario, cuando el Hijo, hecho hombre, dio su sangre y su espíritu por salvar a quien era tan amado por el Padre, al hombre débil, frágil y errabundo...


Por amor hoy vivimos, tú y yo. Si es amor verdadero, si es amor cristiano, el mundo brillará con un poco de esperanza. Habrá más paz y armonía, habrá más justicia y entusiasmo. Habrá un poco de fe en un universo que gira y gira, como hace millones de años, movido por una sola fuerza: el amor...



Por: P. Fernando Pascual | Fuente: Catholic.net 

Textos Bíblicos: 

Lucas 2, 40-52 

¿Quién estaba con el niño mientras él iba creciendo? ____________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________

A donde fueron Jesús, José y María cuando el niño tenía 12 años: __________________________________________________________________________________

Salmo 128: Escriba lo que comprende de este salmo ___________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________


Oración y compromiso: motivar a los niños para que algunos compartan el compromiso para esta semana. 



  1. Recorta y pega una imagen de la sagrada familia de Nazaret.
  2. Escribe una oración pidiendo a Dios por las dificultades y pecados que se presentan en tu familia.
  3. Completar el árbol






Tema


EL PECADO DEL HOMBRE

Oración

Oración de perdón dirigida por el catequista, motivando a que cada niño en su interior reconozca sus faltas y desde el silencio del corazón pida perdón a Dios. 


Cuento: 



CONVENCIÓN MUNDIAL DE DEMONIOS

Satanás llamó a una convención mundial de demonios. En su alocución de apertura dijo:
"No podemos evitar que los cristianos concurran a la Iglesia. No podemos evitar que lean sus Biblias y conozcan la verdad. Tampoco podemos evitar que se entreguen a una íntima relación con su Salvador. Cuando llegan a esa situación con Jesús, nuestro poder sobre ellos se rompe. Así que, dejémosles concurrir a sus Iglesias, dejémosles tener sus reuniones sociales y cenas, pero robémosles el tiempo, así no tendrán oportunidad de desarrollar una relación con Jesucristo".

Esto es lo que quiero que hagan: "Distráiganlos durante todo el día".

¿Cómo haremos esto?, gritaron los demonios.

"Manténganlos ocupados en trivialidades de la vida e inventen innumerables cuestiones para ocupar sus mentes".
"Tiéntenlos a gastar, gastar, gastar, y pedir, pedir, pedir prestado. Persuadan a sus esposas a salir a trabajar por largas horas y a los maridos a trabajar 6 o 7 días cada semana, 10 a 12 horas diarias; así ellos podrán mantener ese estilo vacío de vida".

"Eviten que pasen tiempo con sus hijos. Como su familia se fragmentará, pronto sus hogares no encontrarán salida a las presiones del trabajo".

"Sobre estimulen sus mentes, así ellos no podrán oír aquella voz calma y suave".

"Tiéntenlos a escuchar mucho la radio, CD o casettes cuando conducen sus automóviles. Mantengan continuamente sus TV, sus grabadoras, sus CD y sus computadoras encendidas en sus hogares".

"Asegúrense que cada negocio y restaurante en el mundo pase constantemente música popular; ello contribuirá a llenar sus mentes y romper su unión con Cristo".

"Llenen las mesas con revistas y diarios de actualidad. Repiqueteen en sus mentes con noticias mundiales así 24 horas al día. Invadan las rutas con carteles publicitarios. Inunden sus buzones con envíos postales inútiles, catálogos, publicidades y toda clase de propaganda y promoción ofreciendo productos gratis, servicios y falsas esperanzas. Presenten hermosas y delgadas modelos en revistas, películas y TV, así los esposos creerán que la belleza exterior es lo importante, y quedarán insatisfechos con sus esposas."

"Mantengan a las esposas muy cansadas para amar a sus maridos a la noche. Denles dolores de cabeza, también. Si no les dan a los esposos el amor que ellos necesitan, ellos comenzarán a buscarlo afuera. Esto fragmentará la familia rápidamente".

"Denles un Santa Claus para distraer a sus hijos de la enseñanza del verdadero significado de Navidad. Denles un conejito de Pascuas para no hablar de su resurrección y su poder sobre el pecado y la muerte. Aún en sus recreaciones, que lo realicen en exceso. Hagan que al regreso de sus recreaciones estén exhaustos. Logren que estén tan ocupados que no puedan ir a observar la naturaleza y el reflejo de Dios en la Creación. Envíenlos a los parques de diversiones, eventos deportivos, juegos, conciertos, y cines, en su reemplazo. Manténganlos ocupados, ocupados, ocupados".

"Y cuando se reúnan para una reunión espiritual, procuren que estén atentos a chismes y habladurías para que concluyan con conciencias preocupadas".
"Llenen sus vidas con muchas cosas triviales de tal modo que no les quede tiempo para la Palabra o buscar el poder de Jesús. Pronto ellos estarán trabajando en su propia fuerza, sacrificando su salud y su familia."

¿Esto funcionará? ¡Era realmente un gran plan!
Los demonios se fueron ansiosos a sus puestos asignados procurando que los cristianos en todos lados estuvieran más ocupados y apurados, yendo de aquí para allá, teniendo muy poco tiempo para su Dios o sus familias o para hablarles a otros del poder de Jesús.

¿Tuvo el diablo éxito en su planteo? ¡Tú eres el juez!
Tu visión se volverá más clara sólo cuando puedas ver dentro de tu corazón.

Para enfrentar a las tentaciones del mal, es recomendable la oración cotidiana a San Miguel Arcángel, patrón de la batalla Celestial contra el mal, jefe del Ejército de Ángeles que Dios envía para combatir los ataques del maligno.

El catequista se encarga de realizar las preguntas sobre la historia narrada.


Mensaje:




En algunos lugares es fácil encontrar a católicos que han perdido la idea del pecado. De ahí se deriva la desafección hacia el sacramento de la confesión y, en no pocos lugares, la costumbre de comulgar sin ninguna inquietud acerca de si uno posee o no posee las disposiciones suficientes para participar en la Mesa del Señor.
Otros llevan la pérdida del sentido del pecado mucho más lejos: dejan de comulgar, se alejan poco a poco de una Iglesia que “no les sirve”, apagan en su interior todo anhelo de transcendencia al dejarse invadir por las preocupaciones del mundo.

No es fácil reconocer que hemos pecado, que hemos ofendido a Dios, al prójimo, a nosotros mismos.

No es fácil especialmente en el mundo moderno, dominado por la ciencia, el racionalismo, las corrientes psicológicas, las espiritualidades tipo New Age. Un mundo en el que queda muy poco espacio para Dios, y casi nada para el pecado.

Muchos reducen la idea de pecado a complejos psicológicos o a fallos en la conducta que van contra las normas sociales. Desde niños nos educan a hacer ciertas cosas y a evitar otras. Cuando no actuamos según las indicaciones recibidas, vamos contra una regla, hacemos algo malo. Pero eso, técnicamente, no es pecado, sino infracción.

Otros justifican los fallos personales de mil maneras. Unos dicen que no tenemos culpa, porque estamos condicionados por mecanismos psíquicos más o menos inconscientes. Otros dicen que los fallos son simplemente fruto de la ignorancia: no teníamos una idea clara de lo que estábamos haciendo. Otros piensan que el así llamado “pecado” sería sólo algo que provoca en los demás un sentimiento negativo, pero que en sí no habría ningún acto intrínsecamente malo.

Hemos de superar este tipo de interpretaciones equivocadas e insuficientes. Para descubrir lo que es el pecado necesitamos reconocer que nuestra vida está íntimamente relacionada con Dios, que existimos como seres humanos desde un proyecto de amor maravilloso. Es entonces cuando nos damos cuenta de que Dios llama a cada uno de sus hijos a una vida feliz y plena en el servicio a los hermanos, y que nos pide, para ello, que vivamos los mandamientos.

Porque existe Dios, porque tiene un plan sobre nosotros, entonces sí que podemos comprender qué es el pecado, qué enorme tragedia se produce cada vez que optamos por seguir nuestros caprichos: nos apartamos del camino del amor.

Al mismo tiempo, si al mirar a Dios reconocemos que existe el pecado, también podemos descubrir que existe el perdón, la misericordia, especialmente a la luz del misterio de Cristo.

Lo dice de un modo sintético y profundo el Compendio del Catecismo de la Iglesia católica, en el n. 392: El pecado es «una palabra, un acto o un deseo contrarios a la Ley eterna» (San Agustín). Es una ofensa a Dios, a quien desobedecemos en vez de responder a su amor. Hiere la naturaleza del hombre y atenta contra la solidaridad humana. Cristo, en su Pasión, revela plenamente la gravedad del pecado y lo vence con su misericordia.

Es cierto que nos cuesta reconocer que hemos pecado. Pero hacerlo es propio de corazones honestos y valientes: llamamos a las cosas por su nombre, y reconocemos que nuestra vida está profundamente relacionada con Dios y con su Amor hacia nosotros.
Reconocer, por tanto, el pecado nos permite invocar, aceptar, celebrar la misericordia (según una hermosa fórmula del Papa Pablo VI). De lo contrario, nos quedaríamos a medias, como tantas personas que ven sus pecados con angustia, algunos incluso con desesperación, sin poder salir de graves estados de zozobra interior.
Es triste haber cometido tantas faltas, haberle fallado a Dios, haber herido al prójimo. Es doloroso reconocer que hemos incumplido buenos propósitos, que hemos cedido a la sensualidad o a la soberbia, que hemos preferido el egoísmo a la justicia, que hemos buscado mil veces la propia satisfacción y no la sana alegría de quienes viven a nuestro lado. Pero la mirada puesta en Cristo, el descubrimiento de la Redención, debería sacarnos de nosotros mismos, debería llevarnos a la confianza: la misericordia es mucho más fuerte que el pecado, el perdón es la palabra decisiva de la historia humana, de mi vida concreta y llena de heridas.

De esta manera, podremos afrontar con ojos nuevos la realidad del pecado, de nuestro pecado y del pecado ajeno, con la seguridad de que hay un Padre que busca al hijo fugitivo: así lo explica Jesús en las parábolas de la misericordia (Lc 15), en todo su mensaje de Maestro bueno. Descubriremos que si ha sido muy grande el pecado, es mucho más poderosa la misericordia (cf. Rm 5). Estaremos seguros de que el amor lleva a Dios a buscar mil caminos para rescatar al hombre que llora desde lo profundo de su corazón cada una de sus faltas.

Juan Pablo II hizo presentes estas verdades en su encíclica Dives in misericordia”, un texto que vale la pena leer y meditar con el corazón en la mano.

También el Papa Benedicto XVI, en su encíclica Deus caritas está, evidenció la grandeza y profundidad del perdón divino:
El amor apasionado de Dios por su pueblo, por el hombre, es a la vez un amor que perdona. Un amor tan grande que pone a Dios contra sí mismo, su amor contra su justicia. El cristiano ve perfilarse ya en esto, veladamente, el misterio de la Cruz: Dios ama tanto al hombre que, haciéndose hombre él mismo, lo acompaña incluso en la muerte y, de este modo, reconcilia la justicia y el amor (Deus caritas están. 10).


Con los ojos puestos en el Crucificado, que también es el Resucitado, podemos descubrir la maldad del pecado y la fuerza de la misericordia. Desde el abrazo profundo de Dios Padre nacerá en nuestros corazones la fuerza que nos acerque al sacramento de la confesión, el arrepentimiento profundo que nos aparte del mal camino, la gratitud que nos haga amar mucho, porque mucho se nos ha perdonado (cf. Lc 7,37-50).

Textos Bíblicos: 


GÉNESIS 2,8. Copiar el texto ___________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________  



GÉNESIS 2,15-17: escriba el aspecto más relevante de este texto bíblico  __________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________    


GÉNESIS 3,1-24 Escriba cinco aspectos que te parezcan importantes de este texto bíblico: 

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EL PRIMER PECADO


“Más del árbol de la ciencia de bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás”. Génesis 2:17

Escribe las palabras que faltan en el pasaje bíblico Génesis 3.1-7


La ___________ era el más ___________ de todos los ____________ del campo que Yavé Dios había hecho. Dijo a la ___________: «¿Es cierto que Dios les ha dicho: ¿No coman de ninguno de los árboles del __________?»  

La mujer respondió a la serpiente: «Podemos comer de los frutos de los árboles del jardín, pero no de ese __________ que está en medio del jardín, pues Dios nos ha dicho: No coman de él ni lo prueban siquiera, porque si lo hacen morirán.»  La serpiente dijo a la mujer: «No es cierto que morirán.

Es que Dios sabe muy bien que el día en que coman de él, se les abrirán a ustedes los ojos; entonces ustedes serán como dioses y _____________lo que es bueno y lo que no lo es.»

A la mujer le gustó ese árbol que atraía la vista y que era tan _____________ para alcanzar el conocimiento. Tomó de su __________ y se lo ¬¬__________ y le dio también a su marido que andaba con ella, quien también lo comió.

Entonces se les ___________ los ojos y ambos se dieron cuenta de que estaban ___________. Cosieron, pues, unas hojas de ____________, y se hicieron unos _____________.








En la parte superior de esta hoja, haz un dibujo de Adán y Eva en el paraíso


Copiar y aprender el acto de contrición





Tema: 
DIOS TRAZA UN PLAN DE SALVACIÓN

Oración: Oración en acción de gracias por la vida. 


Actividad: Pintar los corazones y analizar las frases y colores en compañía de su catequista 


Mensaje: 


Dios responde con un inmenso amor con un amor inmenso ante el pecado; tanto que ha trazado un plan para salvar al hombre. Este plan demoro muchos años y siglos, porque la enfermedad del pecado es muy grave; y por esa necesidad, surge así la historia de la salvación, la cual esta escrita en un bellísimo libro llamado LA BIBLIA, el cual esta inspirado por el mismo Dios(es palabra de Dios).
                                                                                      
Este plan se divide en dos grandes partes:

 LA PREPARACIÓN O ANTIGUO TESTAMENTO: el cual narra la historia de personajes que desde Adán hasta Juan bautista preparan la llegada de Cristo el salvador.

LA REALIZACIÓN O NUEVO TESTAMENTO: nos cuenta sobre la vida de Jesús, sus milagros, enseñanzas, su pasión muerte y resurrección; además encontramos la evangelización de los apóstoles quienes nos preparan para vivir la historia hasta el final.







LECTURAS BÍBLICAS: 


GEN 12, 1-10: Escriba tres aspectos importantes del texto bíblico _______________________________________________________________

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JUAN 13, 31-55: ¿Cuál es el nuevo mandamiento? _____________________________________________________________________________________

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Oración final y compromiso: Hacer una oración sencilla invitando a los niños a vivir en el amor propio y a sus semejantes.  





Tema: SEMANA SANTA

Oración: Oración en acción de gracias por el inmenso amor que nos tiene a cada uno de nosotros.

Historia: Un niño que vino del cielo

“Alguna vez hace muchos años, hubo un ser muy especial que dejó su hogar en el cielo para vivir con las personas en un mundo llamado tierra. Él vino como un bebé, así como ustedes y creció aprendiendo a conocer a la gente”, decía nuestra madre. Todas las noches nos contaba historias de ese niño llamado Jesús.

Nos gustaba oír las bellas historias de la biblia antes de dormir. Contaba nuestra madre que ese niño era muy sabio a pesar de su corta edad y que también era obediente a sus padres y un gran ejemplo a seguir. No nos gustaba ir tanto a la iglesia para jugar más tiempo en la casa, pero cuando estábamos allí, algo extraño sucedía en nuestros corazones infantiles. Sólo queríamos seguir allí, en la iglesia, escuchando las historias de nuestro amigo Jesús.

Aquél lugar se convertía en un pedazo de cielo y sentíamos la presencia de ese ser que no veíamos pero que sabíamos estaba presente allí. Mi madre decía que Jesús está en todas partes, que nunca nos deja solos, que somos importantes para él y que nos ama como nadie. Yo le creo. Ahora que hemos crecido y nuestros padres envejecieron, mis hijos y yo, les contamos las historias que ellos nos contaban cuando éramos niños.

A veces ellos olvidan las cosas, pero les decimos que esta semana santa es muy especial para todos porque recordamos que en este hogar llamado tierra, nuestro Salvador dio la vida para salvarnos del pecado y tener otra oportunidad para evitar la condena a la que estaba destinado el hombre. Ahora les decimos que aquel amigo incondicional dio su vida por amor a mí, por ellos y por todos.

Esta historia es una pequeña reflexión por semana santa y lo que debe significar para nosotros en realidad, muy aparte de las costumbres que se tienen.


En la Semana Santa celebramos la muerte y la resurrección de Jesús, la pascua de Jesús, nuestra salvación. El domingo de Ramos proclamamos que Jesús fue proclamado Rey e hijo de David, es decir, el Mesías Salvador; el Jueves Santos festejamos la Institución de la Eucaristía, donde Jesús adelantó el memorial de su muerte y resurrección; el Viernes Santo conmemoramos que Jesús murió en la cruz por nosotros y en nuestro lugar;el Sábado Santo por la noche es la celebración principal: celebramos que Jesús Resucitó, que está vivo, que venció a la muerte, al dolor, al pecado, y que por eso podemos tener una vida nueva, libre de las ataduras del pecado, vida eterna.

En Semana Santa celebramos nuestro paso de la muerte a la vida, de las tinieblas a la luz, de una vida infeliz a una feliz.

Texto bíblico: Marcos 16, 9-20

Escriba los verbos que encuentre en el texto: ______________________________________________________________________________________
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Escriba los nombres propios que encuentre en el texto ______________________________________________________________________________________
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Escriba lo que más le llamo la atención del texto bíblico ______________________________________________________________________________________
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Oración final y compromiso: Oración pidiendo a Dios que nos regale un corazón grande como el de su hijo Jesús.


Participar activamente de las celebraciones de Semana Santa









Tema: Refuerzo Semana Santa

Para el sábado siguiente a Semana Santa Traer desarrollada la siguiente actividad.














Tema: LA ALIANZA DIOS DA A SU PUEBLO PAN DEL CIELO

Oración: Acción de gracias por la alimentación que recibimos a diario en casa y por la oportunidad que dios nos dejó de participar de la Sagrada Eucaristía.

Canto: Pan del cielo

Alimento para nuestro camino
que nos viene del amor divino;
pan vivo bajado del cielo
que nos da paz y consuelo.

1. Yo soy el pan
que da la vida eterna;
el que cree en mí ya no tendrá
hambre ni sed.

2. Yo soy el Dios
que cura tus heridas;
al que viene a mí le aliviaré
pena y dolor.

3. Vengo a invitar
al pobre y marginado
a participar en mi banquete
de salvación

4. Yo soy la vid,
ustedes los sarmientos.
Unidos a mí producirán
fruto sin fin.

5. Mi Padres es
el viñador genuino.
Al que nunca dé flores ni fruta,
lo arrancará.

6. Si están en mí
y guardan mis palabras,
lograrán pedir cuanto deseen
y lo obtendrán.






Mensaje:

Recordemos que Dios por medio de moisés en el monte Sinaí hizo una alianza con el pueblo de Israel; allí el mismo entrego a Moisés las tablas de la ley, donde están las cláusulas de la alianza entre Dios y su pueblo.

Pero como el pueblo de Israel no llego a cumplir sus mandatos, y engañándose, pretendió engañar a Dios.
Sin embargo Dios envía a su hijo Jesucristo, el único que ha cumplido a cabalidad estos mandamientos y ha hecho la voluntad de su padre.

Es por eso que Jesús es nuestro mejor puente para poder cumplir con la alianza; y por medio de los sacramentos; el bautismo  y la eucaristía nos unimos a Jesús siendo miembros del nuevo pueblo de Dios que es la iglesia.
Con Jesús llega un nuevo mandamiento y tal vez el más importante.

En la sinagoga de Cafarnaúm se va a producir un discurso y unos hechos de capital importancia. Jesús ha predicado con profundidad y abundancia. Ha llegado a muchas gentes de las más variadas procedencias. Ha realizado multitud de milagros con un claro contenido simbólico, especialmente los de la multiplicación de panes y peces. El mensaje estaba lo suficientemente claro para tener fe en Él. Pero los hechos muestran, que salvo un pequeño grupo que cree sin condiciones, se da una gran variedad de respuestas. La mayoría del pueblo quiere hacerle rey, lo que significa que le quieren; pero no le comprenden. Quieren un reinado material, con contenido religioso. Les mueven sus intereses inmediatos. Ocurre como en la primera tentación del desierto. Jesús ya ha vencido esta tentación, pero ellos no; quieren un mesianismo deficiente. Por otra parte, están los que se oponen a Jesús y a su mensaje. Es una oposición cerrada, agravada porque tienen más cultura teológica, pero no tienen fe. Buscarán todos los razonamientos posibles para rechazarle; no quieren saber nada de Él y su enseñanza de un amor total a Dios y a los demás. Viendo no ven, porque no quieren ver, son guías ciegos.

En la sinagoga de Cafarnaúm

En este contexto, después de la vuelta por Tiro y Sidón y la Decápolis vuelve a Cafarnaúm. Acude a la sinagoga, y allí van todos: los que creen en Él hasta el punto de entregarse y seguirle, los que creen con imperfecciones, los que no creen. Todos ponen atención en este discurso que tiene una gran importancia en la vida de Jesús. El momento es solemne, la expectación máxima.

Jesús comienza con un reproche sobre la rectitud de intención de los que le quieren escuchar: "En verdad, en verdad os digo que vosotros me buscáis no por haber visto los milagros, sino porque habéis comido de los panes y os habéis saciado. Obrad no por el alimento que perece sino por el que perdura hasta la vida eterna, el que os dará el Hijo del Hombre, pues a éste lo confirmó Dios Padre con su sello"(Jn). Los que le escuchan aceptan la suave reprensión con mansedumbre por lo que preguntan cómo rectificar: "¿Qué haremos para realizar las obras de Dios?" parece que las cosas van por buen camino, y hay entendimiento entre Jesús y los que le escuchan. Jesús les respondió: "ésta es la obra de Dios, que creáis en quien Él ha enviado". Una vez más es la fe lo que se les pide. Una fe que vaya más allá de repetir unos conocimientos teóricos, más o menos alejados de la vida. Una fe que sea, al mismo tiempo, amor y entrega; fe en el que sabe más y todo lo hace por amor.

Petición de una prueba

Pero no todos le oyen con tan buenas disposiciones. Se puede ver que en la sinagoga están todos: los que le quieren y los que le rechazan. Y, una vez fariseos, saduceos y escribas insisten en exigir el signo del cielo, la prueba evidente del mesianismo que esperan, por lo que "le dijeron: ¿Pues qué milagro haces tú, para que lo veamos y te creamos? ¿Qué obras realizas tú? Nuestros padres comieron el maná en el desierto, como está escrito: Les dio a comer pan del Cielo". El maná caído del cielo al pedirlo Moisés en el desierto era considerado el mayor milagro del cielo en aquellos tiempos cruciales en la vida del Pueblo de Dios. Manifiesta el poder de Dios, que calmó el hambre del cuerpo y del alma. Jesús entra ya en el tema del signo del cielo y "les respondió: En verdad, en verdad os digo que no os dio Moisés el pan del Cielo, sino que mi Padre os da el verdadero pan del Cielo. Pues el pan de Dios es el que ha bajado del Cielo y da la vida al mundo" El pan del cielo es la doctrina de Dios y Él mismo, sólo con esto superarán todas las hambres del espíritu. Los demás, los de buenas disposiciones, dejan oír su voz y le dijeron: "Señor, danos siempre de este pan". Están dispuestos a rectificar sus motivaciones egoístas y materialistas y, después, vivir una vida religiosa y espiritual, según Jesús enseña. Las cosas transcurren por buenos cauces.

El pan de la vida

Jesús lo ve y abre su alma diciéndoles: "Yo soy el pan de vida; el que viene a mí no tendrá hambre, y el que cree en mí no tendrá nunca sed"(Jn). Él mismo es el pan de vida que puede saciar todas las hambres de felicidad, eternidad, verdad, amor, y es el agua viva, como ya dijo a la samaritana. Más no se puede pedir. Pero deben tener fe en Él para poder acceder al alimento nuevo. Es posible deducir que algunos reaccionaron mal ante estas palabras, que tampoco están dispuestos a doblegarse. Ellos creen en Dios y han conseguido que Dios se pliegue a sus deseos humanos a base de interpretaciones eruditas, pero desamoradas. Son los dueños de Dios, lo usan a su capricho y no pueden entender un amor y una entrega tan totales. No pueden creer en Jesús, que es un hombre como ellos, y, además, no es de ninguna de las escuelas del momento. Jesús lo ve, y vuelve a insistir en la falta de fe de algunos. "Pero os lo he dicho: me habéis visto y no creéis. Todo lo que me da el Padre vendrá a mí, y al que viene a mí no lo echaré fuera, porque he bajado del Cielo no para hacer mi voluntad sino la voluntad de Aquel que me ha enviado. Esta es la voluntad del que me ha enviado: que no pierda nada de lo que El me ha dado, sino que lo resucite en el último día. Esta es, pues, la voluntad de mi Padre: que todo el que ve al Hijo y cree en Él tenga vida eterna, y yo lo resucitaré en el último día"(Jn). Y vuelve el gran tema de la paternidad de Dios origen de una filiación de Jesús, superior a la de los demás hombres, filiación que permite alcanzar la vida eterna y la resurrección a los que crean.

Las murmuraciones

Es lógico que, si había saduceos, reaccionasen mal ante la palabra resurrección. Pero otros también se molestan. Los fieles no saben qué decir y callan. "Los judíos, entonces, murmuraban de Él porque había dicho: Yo soy el pan que ha bajado del Cielo. Y decían: ¿No es éste Jesús, el hijo de José, de quien conocemos a su padre y a su madre? ¿Cómo ahora dice: He bajado del Cielo? Respondió Jesús y les dijo: No murmuréis entre vosotros. Nadie puede venir a mí si no lo atrae el Padre que me ha enviado, y yo lo resucitaré en el último día. Está escrito en los Profetas: Y serán todos enseñados por Dios. Todo el que ha escuchado al que viene del Padre, y ha aprendido, viene a mí. No es que alguien haya visto al Padre, sino que aquel que procede de Dios, ése ha visto al Padre. En verdad, en verdad os digo que el que cree tiene vida eterna". El discurso, o mejor la conversación a varias bandas, se va centrando en lo central: quién es Jesús.

"Yo soy el pan de vida". Dice Jesús con fuerza y solemnidad. "Vuestros padres comieron el maná en el desierto y murieron. Este es el pan que baja del Cielo, para que si alguien come de él no muera. Yo soy el pan vivo que he bajado del Cielo. Si alguno come de este pan vivirá eternamente; y el pan que yo daré es mi carne para la vida del mundo"(Jn). Palabras sorprendentes, pues el alimento de vida es la misma vida. ¿Qué quieren decir exactamente pan de vida y pan vivo?

¿Material o espiritual?

"Discutían, pues, los judíos entre ellos diciendo: ¿Cómo puede éste darnos a comer su carne?" ¿Se trata de algo espiritual o de algo material, que parece imposible e inaceptable? Jesús aclara en el sentido real la afirmación, e insiste en que deben comerlo, masticarlo, beberlo: "En verdad, en verdad os digo que si no coméis la carne del Hijo del Hombre y no bebéis su sangre, no tendréis vida en vosotros. El que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna y yo le resucitaré en el último día. Porque mi carne es verdadera comida y mi sangre es verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre permanece en mí y yo en él. Como el Padre que me envió vive y yo vivo por el Padre, así, aquél que me come vivirá por mí. Este es el pan que ha bajado del Cielo, no como el que comieron los padres y murieron: quien come este pan vivirá eternamente" (Jn).

Se aclaran las cosas

Ahora las cosas están más claras. Se trata de una entrega de Él mismo como alimento. Evidentemente no puede tratarse de una acción caníbal, pero sí de algo real. Ya les había demostrado su poder sobre el pan y sobre su cuerpo. Ahora les anuncia que también a través del pan se va a producir un milagro mayor que el del maná en el desierto. Se trata de una verdadera comunión con Dios a través de la humanidad de Jesús. El que tenga fe podrá, de un modo que expondrá más tarde, entrar en comunión de alma y de cuerpo con Dios. Y las hambres del alma estarán saciadas. La gran aspiración de la comunión con Dios llega más lejos que la del puro espíritu y alcanza el mismo cuerpo. Jesús se convierte en el pan que dará vida eterna y resurrección. "Estas cosas dijo en la sinagoga, enseñando en Cafarnaún"(Jn).

Reacción de los discípulos

"Entonces, oyéndole muchos de sus discípulos, dijeron: Dura es esta enseñanza, ¿quién puede escucharla?" Ya no se trata de los que se oponen al Señor, sino de discípulos. Surge entre los discípulos un fruto amargo de crítica y falta de fe. No pueden entender que un hacer milagroso y divino va a entrar, como gran novedad, en la historia de los hombres. ¿Si no entienden esto, como entenderán el misterio de la Encarnación, por la cual aquel hombre que tienen delante es Dios y hombre verdadero? Realmente es un problema de fe en la Omnipotencia de Dios. No pueden entender un amor de Dios que se da hasta la locura para estar unido a los hombres, de un modo espiritual y de un modo físico, de modo que tengan su misma vida en ellos por siempre. "Jesús, conociendo en su interior que sus discípulos murmuraban de esto, les dijo: ¿Esto os escandaliza? Pues, ¿si vierais al Hijo del Hombre subir a donde estaba antes?"(Jn). Que es lo mismo que decirles: ¿Qué pasaría si vierais al mismo Dios en eterna comunión entre el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo? Esta es la finalidad de la fe: aceptar que ese Jesús es Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero. Para creer deben aceptar el testimonio del Padre, que les habla desde dentro por la gracia, y desde fuera por los milagros, y una doctrina que es, a la vez, antigua y nueva. "El espíritu es el que da vida, la carne de nada sirve: las palabras que os he hablado son espíritu y son vida." De esto se trata: de vivir según el espíritu, de ser verdaderamente espirituales y entonces se entienden las cosas del amor de Dios. Si se vive inmerso en las cosas de la tierra se entiende poco o nada.

Jesús mira alrededor. Estudia los rostros asombrados, y dice la triste verdad: "sin embargo, hay algunos de vosotros que no creen. En efecto, Jesús sabía desde el principio quiénes eran los que no creían y quién era el que le iba a entregar". Judas ya ha cedido a la tentación diabólica de la falta de fe. Ya no cree en lo más íntimo de su corazón. Y con él otros. "Y decía Jesús: por eso os he dicho que ninguno puede venir a mí si no le fuera dado por el Padre. Desde entonces muchos discípulos se echaron atrás y ya no andaban con Él"(Jn). Es un momento duro. Muchos le abandonan. Es una desbandada. Pero, ¿Es que hubiera sido mejor ceder y no manifestar que Dios es Amor hasta el punto de entregarse en Cristo a los hombres como Pan eucarístico?

Los apóstoles callan. Es lo más triste que ha ocurrido hasta entonces: "Entonces Jesús dijo a los doce: ¿También vosotros queréis marcharos?" Jesús no les fuerza. Si quieren seguirle, deben creer hasta el final. No se trata sólo de unas cuantas reglas morales más o menos exigentes. Se trata de seguir un amor total, una vida nueva. Una fe entera y recia, confiada sólo en la persona del Maestro, del que saben –lo han experimentado ya- que es el único Camino, Verdad y Vida- "Le respondió Simón Pedro: Señor, ¿a qu
ién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna; nosotros hemos creído y conocido que tú eres el Santo de Dios". Pedro confiesa su desconcierto pero, a la vez, reafirma su fe en que Jesús sabe y puede más. Él sólo sabe que unido a Cristo ha experimentado lo que nunca había vivido; sabe su veracidad, su palabra auténtica. Sabe que es el Mesías. Sabe que es el amor lo que siempre mueve al Señor. Sabe que él es un pobre hombre, los pecados de los hombres y prefiere las palabras de “vida eterna” de Jesús. Aunque toma la representación de todos, no sin audacia, diciendo nosotros, cuando debía hablar de sí mismo Y Jesús, que sabe lo que hay en el interior del hombre, de cada hombre responde: “¿No os he elegido yo a los doce? Sin embargo, uno de vosotros es un diablo. Hablaba de Judas, hijo de Simón Iscariote, pues éste, aun siendo uno de los doce, era el que le iba a entregar"(Jn).

El momento de la manifestación del amor llevado a comunión queda empañado por la declaración de que uno de ellos es un diablo. Las emociones han sido fuertes aquel día; en que la fe y el amor con el dolor se unen de un modo nuevo.

Por: P. Enrique Cases | Fuente: Catholic.net



“Amense los unos a los otros, como yo los he amado.

Analizar:
Resultado de imagen para amaos los unos a los otros para colorear

Textos bíblicos: 

Éxodo 16,4-21: 

Toma nota de tres aspectos que le llamen la atención del texto leído 
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Compromiso:

Escribir en el cuaderno un compromiso para esta semana.

Oración final: Acción de gracias por el compartir en la catequesis y por los papás quienes llevan el sustento a la casa.


Tarea: hacer un dibujo del texto del Éxodo





Tema: La sagrada familia

Oración: Oración en acción de gracias por todas las personas con quienes compartimos en casa.

Motivación: 





Tema: 

ABRAHAM Y MARÍA, MODELOS DE FE 

AUTENTICA

Oración: Acción de gracias por habernos regalado a grandes modelos de la fe como lo fueron Abraham y María Santísima.

Historia: El niño que quería conocer a Dios....hermoso cuento de amor y fe.

Había una vez un pequeño niño que quería conocer a Dios. Él sabía que había que hacer un largo viaje hacia donde vivía Dios, entonces empaquetó una maleta con panecillos y un six-pack de jugos y emprendió su partida.

Cuando había recorrido cerca de 3 cuadras, se encontró con una viejecita. Ella estaba sentada en el parque, observando algunas palomas. El niño se sentó junto a ella y abrió su maleta. Él estaba a punto de tomar su jugo cuando notó que la viejecita se veía con hambre, entonces él le ofreció un panecillo. Ella lo aceptó muy agradecida. Su sonrisa era tan bella que el niñito quería ver esa sonrisa nuevamente, entonces le ofreció a ella un jugo. Nuevamente ella volvió a esbozar su hermosa sonrisa. El niño estaba encantado.
Ellos se quedaron allí toda la tarde comiendo y sonriendo, pero ninguno de ellos decía palabra alguna.

Cuando empezó a oscurecer, el niño estaba cansado y se levantó para irse. Antes de haber dado unos pasos más, él se dio la vuelta y corrió hacia la viejecita y le dio un abrazo. Ella le dio la más grande y hermosa sonrisa.

Cuando el niño abrió la puerta de su casa, su madre estaba sorprendida por la felicidad que el niño demostraba. Ella le preguntó cuál era la causa. Él le contestó:
- He comido con Dios. ¿Y sabes qué? ¡Ella tiene la sonrisa más bella que he visto!

Mientras tanto la viejecita, también con mucha felicidad, regresó a su casa. Su hijo estaba anonadado por la paz que mostraba en su cara y preguntó:
- Madre, ¿qué hiciste el día de hoy que te ha hecho tan feliz?
Ella contestó:
- Yo comí panecillos en el parque con Dios. ¿Y sabes qué?, Él es más joven de lo que esperaba.
Esta historia nos muestra que tú encuentras a Dios en todos los lugares y rostros. Desafortunadamente, muchos de nosotros pasamos la vida buscando una visita de Dios, sólo que estamos muy ocupados para reconocerlo ...

Analizarlo en compañía de su catequista.




Todos al igual que Abraham estamos llamados a la fe;  la fe es confiar en Dios, es un caminar es su voluntad durante toda nuestra vida, escuchándole, obedeciéndole y teniendo confianza en él. Aun en los momentos difíciles o en los acontecimientos que no entendamos, porque es para siempre para nuestro bien y por qué Dios nos ama.

Abraham a quien llamamos el padre de la fe  es un modelo que ha dado origen a tres grandes religiones en el mundo: la judía, la musulmana y la fe cristiana; el creyó y obedeció a Dios padre incondicionalmente.

María es reina universal; madre de Dios  y madre nuestra; además el mejor y más grande modelo   de fe cristiana, y con esto afirmamos que ella es la mujer nueva que obedeció a Dios  y que nos fue dejada  como madre; por Jesús en el calvario, ella es quien nos guía  y conduce al encuentro feliz con Cristo.

“ASÍ COMO POR EL HIJO LLEGAMOS AL PADRE, POR LA MADRE LLEGAMOS AL HIJO”



Génesis 22, 1-17: Realiza el dibujo del texto leído.
Mateo 1,18-25: Realiza el dibujo del texto leído.























Analizar, compartir y colorear:


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Escribo una oración a la Virgen María pidiéndole que me ayude a tener fe auténtica.

Copiar y aprendo la oración de la Salve.

Hacer un plegable con cuatro puntos comparativos sobre la vida de Abraham y la Virgen María.


Tema: VIRGEN INMACULADA, MADRE DE DIOS

Oración: Oración en acción de gracias por la presencia de María Santísima en nuestra vida como cristianos católicos.

Canto: Quien será la mujer

¿Quién será la mujer, que a tantos inspiró poemas bellos de amor?
Le rinden honor la música y la luz, el mármol, la palabra y el color.
¿Quién será la mujer que el rey y el labrador invocan su dolor
el sabio, el ignorante, el pobre y el señor, el santo al igual que el pecador?

MARÍA ES ESA MUJER QUE DESDE SIEMPRE
EL SEÑOR SE PREPARÓ PARA NACER COMO UNA FLOR
EN EL JARDÍN QUE A DIOS ENAMORÓ (2).

¿Quién será la mujer radiante como el sol, vestida de resplandor
la luna a sus pies, el cielo en rededor, y ángeles cantándole su amor?
¿Quién será la mujer humilde que vivió en un pequeño taller amando sin
milagros, viviendo de su fe, la esposa siempre alegre de José?





Dogma de la Inmaculada Concepción

La Inmaculada Concepción de María es el dogma de fe que declara que, por una gracia especial de Dios, Ella fue preservada de todo pecado desde su concepción.


En el año 2024 se celebrará el 170 aniversario de la Proclamación del Dogma de que María fue concebida sin pecado original, sin mancha. El dogma fue proclamado por el Papa Pío IX el 8 de diciembre de 1854, en su bula Ineffabilis Deus.


"...declaramos, proclamamos y definimos que la doctrina que sostiene que la beatísima Virgen María fue preservada inmune de todo mancha de la culpa original en el primer instante de su concepción por singular gracia y privilegio de Dios omnipotente, en atención a los méritos de Cristo Jesús Salvador del género humano, está revelado por Dios y debe ser por tanto firme y constantemente creída por todos los fieles ... "   Pío IX, bula Ineffabilis Deus, 8 de diciembre de (1854)


La Concepción: Es el momento en el cual Dios crea el alma y la infunde en la materia orgánica procedente de los padres. La concepción es el momento en que comienza la vida humana. María quedó preservada de toda carencia de gracia santificante desde que fue concebida en el vientre de su madre Santa Ana. Es decir, María es la "llena de gracia" desde su concepción. Cuando hablamos de la Inmaculada Concepción no se trata de la concepción de Jesús, quien, claro está, también fue concebido sin pecado.


"Dios inefable, (...) habiendo provisto desde toda la eternidad la ruina lamentabilísima de todo el género humano que había de derivarse de la culpa de Adán, y habiendo determinado, en el misterio escondido desde todos los siglos, culminar la primera obra de su bondad por

medio de la encarnación del Verbo (...), eligió y señaló desde el principio y antes de todos los siglos a su unigénito Hijo, una Madre, para que, hecho carne de Ella, naciese en la feliz plenitud de los tiempos; y tanto la amó por encima de todas las criaturas, que solamente en Ella se complació con señaladísima benevolencia

Como nos indican las anteriores palabras de Pío IX, la concepción inmaculada de la Virgen María es un maravilloso misterio de amor. La Iglesia lo fue descubriendo poco a poco, al andar de los tiempos. Hubieron de transcurrir siglos hasta que fuera definido como dogma de fe.


Dirijamos, pues, nuestra mirada en este tiempo de Adviento a María, que preparó a conciencia el primer y verdadero adviento. Nadie como Ella supo interpretar los signos de los tiempos, sintiendo que el Señor estaba cerca, Ella oró como nadie con el Salmo 24:

"Descúbrenos, Señor, tus caminos, guíanos con la verdad de tu doctrina. Tú eres nuestro Dios y salvador y tenemos en ti nuestra esperanza"

Y cuando le fue propuesta la maternidad, nada menos que del mismísimo Hijo de Dios, no quiso decir que no. Su vida fue un "sí "rotundo a los planes de Dios.

   
Siendo Ella, con su sí, quien propició que el Dios lejano se hiciera nuestro, y a partir de la encarnación de su Hijo, Dios tuviera otro título que antes no tenía: Emmanuel", el Dios con nosotros, el Salvador, el que puso su tienda entre nosotros.

Parece que de María tendríamos que explayarnos hasta la última semana de Adviento, pero quién mejor que Ella para abrir y disponer los corazones para que esta Navidad no tenga las características de ser sólo una fiesta más, o mejor la fiesta de las fiestas, donde hay de todo, pero donde se siente muchas veces un vacío, no tanto por las cosas de las que no se pudo disponer para la fiesta y el festejo, sino precisamente por no haber dispuesto el corazón, para hacer ahí el Adviento, la llegada, la recepción y la acogida para el recién nacido.


Navidad será entonces un festejo anticipado de la Pascua del Señor. Sin su encarnación, no hubiera sido posible ni la entrega, ni la redención, ni la cruz; pero tampoco la Resurrección y la vuelta de los hijos de Dios a la casa, al Reino, a los brazos amorosos del buen Padre Dios. La Navidad nos hermanará en torno al Divino Niño, nos hará compadecernos y enternecernos a la vista de quien se convierte en la presencia más cercana del Dios de los Cielos, y de la tierra.


María es un signo anticipado: de limpieza, de belleza, de santidad, de perfección, de plenitud, de vida nueva, de victoria pascual. Es un anticipo del ideal humano, del proyecto que Dios había soñado para el hombre. Un modelo, por lo tanto, para cada persona humana, para cada creyente, para la Iglesia, para la humanidad. Lo que tanto soñamos y deseamos es posible, en María se ha realizado ya.


Alegre aurora. Cuando aparecen las primeras luces del día, cuando amanece o mañanea, admiramos los tonos de color que vencen la oscuridad nocturna, Y nos alegramos. La luz, además de ofrecernos claridad, nos llena de alegría. Así es la Virgen Inmaculada, suave luz que anuncia victoria sobre el pecado y la muerte, señal segura de que se acerca el día, buena noticia para todos los hijos de la noche, causa de nuestra alegría.


Alegría verdadera, porque nos garantiza salvación y victoria. Después de tantos fracasos, después de tantas derrotas, por fin podemos levantar cabeza. El poder de las tinieblas ha sido superado. En la madre aparece un punto de luz primero, como una flor, pero la luz va creciendo hasta el encanto. Es un regalo, no sólo para los ojos, sino para toda el alma.


Pero la aurora es un anuncio solamente, ella no tiene identidad propia, es una adelantada de otra realidad original, que es el sol. La aurora no es el día, sino que lo anuncia, lo prepara. Sus luces y colores no son propios, sino del sol. La aurora es algo relativo, sin el sol nada sería. Así es María con relación a Cristo, nuestro día y nuestro sol.


Texto bíblico: 

San Lucas 1,27-47: 

Escriba los nombres de los personajes que aparecen en el texto:
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Escriba algo importante de cada personaje
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Desarrollar la siguiente actividad y presentarla el próximo sábado








Tema: 
LOS PROFETAS ENSEÑAN LA FIDELIDAD Y EL AMOR

Oración: Acción de gracias por todos los sacerdotes, misioneros y catequistas que se dedican al anuncio del evangelio.

Canto:  El profeta


Antes que te formaras dentro del vientre de tu madre
antes que tú nacieras te conocía y te consagré.
Para ser mi profeta de las naciones yo te escogí:
irás donde te envié lo que te mande proclamarás.

TENGO QUE GRITAR, TENGO QUE ARRIESGAR. 
¡AY DE MÍ SI NO LO HAGO! ¡COMO ESCAPAR DE TI, COMO NO HABLAR,
¡SI TU VOZ ME QUEMA DENTRO! TENGO QUE ANDAR, TENGO QUE LUCHAR,
AY DE MÍ SI NO LO HAGO, CÓMO ESCAPAR DE TI, CÓMO NO HABLAR,
SI TU VOZ ME QUEMA DENTRO.

No temas arriesgarte porque contigo yo estaré.
No temas anunciarme porque en tu boca yo hablaré.
Te encargo hoy mi pueblo para arrancar y derribar.
Para edificar destruirás y plantarás.

Deja a tus hermanos, deja a tu padre y a tu madre,
abandona tu casa porque la tierra gritando está.
Nada traigas contigo porque a tu lado yo estaré.
Es hora de luchar porque mi pueblo sufriendo está.

Autor: Gilmer Torres Ruiz




El profeta no recibe su legitimación del rey o de los sacerdotes; sabe que ha sido elegido y enviado por Dios. Y no hay más prueba de la legitimidad que el testimonio de la vida y la fuerza de la palabra que comunica la experiencia de Dios. Las palabras del profeta proceden del corazón de Dios, están inscritas en el suyo y por eso pueden tocar y conmover los corazones de los hombres de buena voluntad.


El profeta no solamente piensa, sino que, además, sabe que es un centinela    (Os 9,8), servidor de Dios y del pueble (Am 3,7; Jer 25,4: 26,5), mensajero del Dios viviente (Ag 1,13). cualificado por el espíritu de Dios para discernir los caminos del pueblo (Jer 6,27). Involucrado en el proyecto de Dios sobre todas las naciones (Jer 1,5), forma parte de la dinámica de la historia de la salvación (Jer 1.10). El profeta nunca habla de Dios con conceptos abstractos e impersonales, sino que con toda su existencia comunica el amor apasionado y la ardiente santidad de Dios, que no puede permitir falsos dioses junto a él.

Hemos recibido regalos maravillosos de Dios: su misericordia, su Amor, su Hijo. Esta verdad toca el corazón de cada bautizado, es el centro de nuestra fe, enciende la esperanza, alimenta la caridad.

Cuando abrimos el alma a los dones de Dios, cuando reconocemos que nos libró del pecado, que nos sacó de las tinieblas, que nos condujo a la luz, que nos abrió las puertas del cielo, surge casi espontánea, gozosa, la gratitud.

Desde la gratitud, ¡qué fácil sería vivir los mandamientos, huir del pecado, enraizar en el amor! Porque un corazón agradecido busca maneras concretas para corresponder a quien nos lo ha dado todo.

Vivir a fondo la gratitud nos aparta, por lo tanto, del mal. Muchos de nuestros pecados surgen porque no somos plenamente agradecidos. En otras palabras, casi no haría falta la penitencia (confesión) si viviésemos a fondo la gratitud.

El Concilio de Trento lo explicaba así: “Si tuviesen todos los reengendrados tanto agradecimiento a Dios, que constantemente conservasen la santidad que por su beneficio y gracia recibieron en el Bautismo; no habría sido necesario que se hubiese instituido otro sacramento distinto de este, para lograr el perdón de los pecados” (Los sacramentos de la penitencia y de la extremaunción, capítulo 1).

La debilidad humana, unida a tantas distracciones que nos impiden reconocer y agradecer a fondo lo que significa ser redimidos, explica ese pecado que nos aparta de Dios, que nos hace ofender al prójimo, que nos destruye internamente.

Por eso, uno de los mejores antídotos contra el pecado radica precisamente en la gratitud. La invitación de san Pablo vale para cada generación cristiana: “Y sed agradecidos. La palabra de Cristo habite en vosotros con toda su riqueza; instruíos y amonestaos con toda sabiduría, cantad agradecidos, himnos y cánticos inspirados. Y todo cuanto hagáis, de palabra y de boca, hacedlo todo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias por su medio a Dios Padre” (Col 3,15b-17).

La gratitud, al mismo tiempo que nos aleja del mal, nos lleva a la fidelidad, a la entrega, a la búsqueda del bien y de la justicia. Quien es agradecido, no traiciona al Amigo.

Somos fieles, perseveramos firme en la fe, avanzamos en el amor, si continuamente damos gracias a Dios “porque es bueno, porque es eterna su misericordia” (Sal 118).

Hebreos: 1,1-2 
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Lc 1,68-71
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2 Reyes 21, 8-12
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Ezequiel 38, 16-17
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Daniel 9,9-11
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Zacarías 9,7-9
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Zacarías 1, 6
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Mt 1,20-24
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Hechos 3, 17 - 19

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Buscar las palabras que están escritas a continuación del cuadro


Isaías                    Jeremías              Ezequiel               Daniel                  Oseas                   Joel        Amós                       Abdías                Jonás                    Miqueas              Nahum                 Habacuc              Sofonías                  Ageo                 Zacarías               Malaquías





Tema: 
JUAN BAUTISTA PREPARA LOS CAMINOS DEL SEÑOR


Oración: Oración en acción de gracias por la presencia de Juan Bautista en la Iglesia

Canto: La Historia de Juan Bautista 




Mensaje:



Este es el único santo al cual se le celebra la fiesta el día de su nacimiento.

San Juan Bautista nació seis meses antes de Jesucristo (de hoy en seis meses - el 24 de diciembre - estaremos celebrando el nacimiento de nuestro Redentor, Jesús).

El capítulo primero del evangelio de San Lucas nos cuenta de la siguiente manera el nacimiento de Juan: Zacarías era un sacerdote judío que estaba casado con Santa Isabel, y no tenían hijos porque ella era estéril. Siendo ya viejos, un día cuando estaba él en el Templo, se le apareció un ángel de pie a la derecha del altar.

Al verlo se asustó, mas el ángel le dijo: "No tengas miedo, Zacarías; pues vengo a decirte que tú verás al Mesías, y que tu mujer va a tener un hijo, que será su precursor, a quien pondrás por nombre Juan. No beberá vino ni cosa que pueda embriagar y ya desde el vientre de su madre será lleno del Espíritu Santo, y convertirá a muchos para Dios".

Pero Zacarías respondió al ángel: "¿Cómo podré asegurarme que eso es verdad, pues mi mujer ya es vieja y yo también?".

El ángel le dijo: "Yo soy Gabriel, que asisto al trono de Dios, de quien he sido enviado a traerte esta nueva. Mas por cuanto tú no has dado crédito a mis palabras, quedarás mudo y no volverás a hablar hasta que todo esto se cumpla".

Seis meses después, el mismo ángel se apareció a la Santísima Virgen comunicándole que iba a ser Madre del Hijo de Dios, y también le dio la noticia del embarazo de su prima Isabel.

Llena de gozo corrió a ponerse a disposición de su prima para ayudarle en aquellos momentos. Y habiendo entrado en su casa la saludó. En aquel momento, el niño Juan saltó de alegría en el vientre de su madre, porque acababa de recibir la gracia del Espíritu Santo al contacto del Hijo de Dios que estaba en el vientre de la Virgen.

También Santa Isabel se sintió llena del Espíritu Santo y, con espíritu profético, exclamó: "Bendita tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre. ¿De dónde me viene a mí tanta dicha de que la Madre de mi Señor venga a verme? Pues en ese instante que la voz de tu salutación llegó a mis oídos, la criatura que hay en mi vientre se puso a dar saltos de júbilo. ¡Oh, bienaventurada eres Tú que has creído! Porque sin falta se cumplirán todas las cosas que se te han dicho de parte del Señor". Y permaneció la Virgen en casa de su prima aproximadamente tres meses; hasta que nació San Juan.

De la infancia de San Juan nada sabemos. Tal vez, siendo aún un muchacho y huérfano de padres, huyó al desierto lleno del Espíritu de Dios porque el contacto con la naturaleza le acercaba más a Dios. Vivió toda su juventud dedicado nada más a la penitencia y a la oración.

Como vestido sólo llevaba una piel de camello, y como alimento, aquello que la Providencia pusiera a su alcance: frutas silvestres, raíces, y principalmente langostas y miel silvestre. Solamente le preocupaba el Reino de Dios.

Cuando Juan tenía más o menos treinta años, se fue a la ribera del Jordán, conducido por el Espíritu Santo, para predicar un bautismo de penitencia.

Juan no conocía a Jesús; pero el Espíritu Santo le dijo que le vería en el Jordán, y le dio esta señal para que lo reconociera: "Aquel sobre quien vieres que me poso en forma de paloma, Ese es".

Habiendo llegado al Jordán, se puso a predicar a las gentes diciéndoles: Haced frutos dignos de penitencia y no estéis confiados diciendo: Tenemos por padre a Abraham, porque yo os aseguro que Dios es capaz de hacer nacer de estas piedras hijos de Abraham. Mirad que ya está el hacha puesta a la raíz de los árboles, y todo árbol que no dé buen fruto, será cortado y arrojado al fuego".

Y las gentes le preguntaron: "¿Qué es lo que debemos hacer?". Y contestaba: "El que tenga dos túnicas que reparta con quien no tenga ninguna; y el que tenga alimentos que haga lo mismo"…

"Yo a la verdad os bautizo con agua para moveros a la penitencia; pero el que ha de venir después de mí es más poderoso que yo, y yo no soy digno ni siquiera de soltar la correa de sus sandalias. El es el que ha de bautizaros en el Espíritu Santo…"

Los judíos empezaron a sospechar si el era el Cristo que tenía que venir y enviaron a unos sacerdotes a preguntarle "¿Tu quién eres?" El confesó claramente: "Yo no soy el Cristo" Insistieron: "¿Pues cómo bautizas?" Respondió Juan, diciendo: "Yo bautizo con agua, pero en medio de vosotros está Uno a quien vosotros no conocéis. El es el que ha de venir después de mí…"

Por este tiempo vino Jesús de Galilea al Jordán en busca de Juan para ser bautizado. Juan se resistía a ello diciendo: "¡Yo debo ser bautizado por Ti y Tú vienes a mí! A lo cual respondió Jesús, diciendo: "Déjame hacer esto ahora, así es como conviene que nosotros cumplamos toda justicia". Entonces Juan condescendió con El.

Habiendo sido bautizado Jesús, al momento de salir del agua, y mientras hacía oración, se abrieron los cielos y se vio al Espíritu de Dios que bajaba en forma de paloma y permaneció sobre El. Y en aquel momento se oyó una voz del cielo que decía: "Este es mi Hijo muy amado, en quien tengo todas mis complacencias".

Al día siguiente vio Juan a Jesús que venía a su encuentro, y al verlo dijo a los que estaban con él: "He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. Este es aquél de quien yo os dije: Detrás de mí vendrá un varón, que se ha puesto delante de mí, porque existía antes que yo".

Entonces Juan atestiguó, diciendo: "He visto al Espíritu en forma de paloma descender del cielo y posarse sobre El. Yo no le conocía, pero el que me envió a bautizar con agua, me dijo: Aquél sobre quien vieres que baja el Espíritu Santo y posa sobre El, ése es el que ha de bautizar con el Espíritu Santo. Yo lo he visto, y por eso doy testimonio de que El es el Hijo de Dios".

Herodías era la mujer de Filipo, hermano de Herodes. Herodías se divorció de su esposo y se casó con Herodes, y entonces Juan fue con él y le recriminó diciendo: "No te es lícito tener por mujer a la que es de tu hermano"; y le echaba en cara las cosas malas que había hecho.

Entonces Herodes, instigado por la adúltera, mandó gente hasta el Jordán para traerlo preso, queriendo matarle, mas no se atrevió sabiendo que era hombre justo y santo, y le protegía, pues estaba muy perplejo y preocupado por lo que le decía.

Herodías le odiaba a muerte y sólo deseaba encontrar la ocasión de quitarlo de en medio, pues tal vez temía que a Herodes le remordiera la conciencia y la despidiera siguiendo el consejo de Juan.

Sin comprenderlo, ella iba a ser la ocasión del primer mártir que murió en defensa de la indisolubilidad del matrimonio y en contra del divorcio.

Estando Juan en la cárcel y viendo que algunos de sus discípulos tenían dudas respecto a Jesús, los mandó a El para que El mismo los fortaleciera en la fe.

Llegando donde El estaba, le preguntaron diciendo: "Juan el Bautista nos ha enviado a Ti a preguntarte si eres Tú el que tenía que venir, o esperamos a otro".

En aquel momento curó Jesús a muchos enfermos. Y, respondiendo, les dijo: "Id y contad a Juan las cosas que habéis visto y oído: Los ciegos ven, los cojos andan, los sordos oyen, los muertos resucitan, y a los pobres se les anuncia el Evangelio…"

Así que fueron los discípulos de Juan, empezó Jesús a decir: "¿Qué salisteis a ver en el desierto? ¿Alguna caña sacudida por el viento? o ¿Qué salisteis a ver? ¿Algún profeta? Si, ciertamente, Yo os lo aseguro; y más que un profeta. Pues de El es de quien está escrito: Mira que yo te envío mi mensajero delante de Ti para que te prepare el camino. Por tanto os digo: Entre los nacidos de mujer, nadie ha sido mayor que Juan el Bautista…"

Llegó el cumpleaños de Herodes y celebró un gran banquete, invitando a muchos personajes importantes. Y al final del banquete entró la hija de Herodías y bailó en presencia de todos, de forma que agradó mucho a los invitados y principalmente al propio Herodes.

Entonces el rey juró a la muchacha: "Pídeme lo que quieras y te lo daré, aunque sea la mitad de mi reino".

Ella salió fuera y preguntó a su madre: "¿Qué le pediré?" La adúltera, que vio la ocasión de conseguir al rey lo que tanto ansiaba, le contestó: "Pídele la cabeza de Juan el Bautista". La muchacha entró de nuevo y en seguida dijo al rey: "Quiero que me des ahora mismo en una bandeja la cabeza de Juan el Bautista".

Entonces se dio cuenta el rey de su error, y se puso muy triste porque temía matar al Bautista; pero a causa del juramento, no quiso desairarla, y, llamando a su guardia personal, ordenó que fuesen a la cárcel, lo decapitasen y le entregaran a la muchacha la cabeza de Juan en la forma que ella lo había solicitado.

Juan Bautista: pídele a Jesús que nos envíe muchos profetas y santos como tú.


FUENTE: www.ewtn.com


Texto bíblico:

San Juan 1,1-17: 

¿Cuál era el mensaje que predicaba Juan Bautista? 
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¿Quiénes se acercaban a Juan Bautista?
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Completar la frase:

Muestren los frutos de una _________________________, 

pues de nada les sirve decir: ¿Abraham es nuestro padre?

Yo los _______________ en el _______________, y es el 

camino a la _________________.

Jesús salió del ________. En ese momento se 

____________ los Cielos y vio al __________ de Dios que 

bajaba como una __________________ y se posaba sobre 

él.

Se oyó una ______ del cielo que decía: «Este es mi 

_________, el ___________; en él me complazco.»





FRUTOS DEL CAMINO
PIEL DE CAMELLO
ESPIRITU SANTO
ANGEL GABRIEL
ABRIO EL CIELO
REINO DE DIOS
HIJO AMADO
PRECURSOR
CONVERTIR
PENITENCIA
ALIMENTO
BAUTISMO
ZACARIAS
PALOMA
VESTIDO
TEMPLO
ESTERIL
ISABEL
VIEJOS
JUAN



Compromiso: Escribir un compromiso para esta semana, 

recuerda que estos se deben cumplir. ____________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________

Oración: oración dirigida por el catequista

Tarea: Procurar imitar a San Juan Bautista anunciando el 

Evangelio




Tema: PENTECOSTÉS

Oración: Oración en acción de gracias por los dones y frutos dejados en la fiesta de Pentecostés. 

Historia relacionada con el presidente Harold B.

“Tenía aproximadamente unos ocho años más o menos, cuando mi padre me llevó a una granja que se encontraba a cierta distancia de donde vivíamos. Mientras mi padre trabajaba traté de ocuparme en algo apropiado para mí. Era un día de viento y muy caluroso, pero jugué hasta que me cansé. Al otro lado del cerco había construcciones de madera muy antiguas que se estaban casi derrumbando, y yo las hallé sumamente interesantes. Me imaginé que podría ser un castillo que debía explorar, por lo que me dirigía al cerco y, en el momento de estar pasándolo, escuché una voz clara, como la que ustedes están escuchando ahora, que me decía: ‘Harold, no vayas allá’. Miré en todas direcciones para ver quien me hablaba. Mi padre estaba completamente al otro lado de la granja, así que no era posible que viera lo que yo estaba haciendo. No pude ver a nadie y comprendí que alguien me prevenía de un peligro oculto. Nunca sabré qué había al otro lado, pero desde temprano aprendí que hay seres invisibles a nuestros ojos que pueden hablar con nosotros. 

(en Conference Report, Conferencia de Área de México, 1972, págs. 48–49; véase Mi Reino se extenderá, págs. 129–130).

Mensaje:




3.       Lee y analiza: Juan 1,1-18 y Mateo 1,18-29


Origen de la fiesta

Los judíos celebraban una fiesta para dar gracias por las cosechas, 50 días después de la pascua. De ahí viene el nombre de Pentecostés. Luego, el sentido de la celebración cambió por el dar gracias por la Ley entregada a Moisés.

En esta fiesta recordaban el día en que Moisés subió al Monte Sinaí y recibió las tablas de la Ley y le enseñó al pueblo de Israel lo que Dios quería de ellos. Celebraban así, la alianza del Antiguo Testamento que el pueblo estableció con Dios: ellos se comprometieron a vivir según sus mandamientos y Dios se comprometió a estar con ellos siempre.

La gente venía de muchos lugares al Templo de Jerusalén, a celebrar la fiesta de Pentecostés.

En el marco de esta fiesta judía es donde surge nuestra fiesta cristiana de Pentecostés.



La Promesa del Espíritu Santo

Durante la Última Cena, Jesús les promete a sus apóstoles: “Mi Padre os dará otro Abogado, que estará con vosotros para siempre: el espíritu de Verdad” (San Juan 14, 16-17).

Más adelante les dice: “Les he dicho estas cosas mientras estoy con ustedes; pero el Abogado, El Espíritu Santo, que el Padre enviará en mi nombre, ése les enseñará todo y traerá a la memoria todo lo que yo les he dicho.” (San Juan 14, 25-26).

Al terminar la cena, les vuelve a hacer la misma promesa: “Les conviene que yo me vaya, pues al irme vendrá el Abogado,... muchas cosas tengo todavía que decirles, pero no se las diré ahora. Cuando venga Aquél, el Espíritu de Verdad, os guiará hasta la verdad completa,... y os comunicará las cosas que están por venir” (San Juan 16, 7-14).

En el calendario del Año Litúrgico, después de la fiesta de la Ascensión, a los cincuenta días de la Resurrección de Jesús, celebramos la fiesta de Pentecostés.

Explicación de la fiesta:

Después de la Ascensión de Jesús, se encontraban reunidos los apóstoles con la Madre de Jesús. Era el día de la fiesta de Pentecostés. Tenían miedo de salir a predicar. Repentinamente, se escuchó un fuerte viento y pequeñas lenguas de fuego se posaron sobre cada uno de ellos.

Quedaron llenos del Espíritu Santo y empezaron a hablar en lenguas desconocidas.

En esos días, había muchos extranjeros y visitantes en Jerusalén, que venían de todas partes del mundo a celebrar la fiesta de Pentecostés judía. Cada uno oía hablar a los apóstoles en su propio idioma y entendían a la perfección lo que ellos hablaban.

Todos ellos, desde ese día, ya no tuvieron miedo y salieron a predicar a todo el mundo las enseñanzas de Jesús. El Espíritu Santo les dio fuerzas para la gran misión que tenían que cumplir: Llevar la palabra de Jesús a todas las naciones, y bautizar a todos los hombres en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Es este día cuando comenzó a existir la Iglesia como tal.

¿Quién es el Espírtu Santo?

El Espíritu Santo es Dios, es la Tercera Persona de la Santísima Trinidad. La Iglesia nos enseña que el Espíritu Santo es el amor que existe entre el Padre y el Hijo. Este amor es tan grande y tan perfecto que forma una tercera persona. El Espíritu Santo llena nuestras almas en el Bautismo y después, de manera perfecta, en la Confirmación. Con el amor divino de Dios dentro de nosotros, somos capaces de amar a Dios y al prójimo. El Espíritu Santo nos ayuda a cumplir nuestro compromiso de vida con Jesús.

Señales del Espíritu Santo:

El viento, el fuego, la paloma.

Estos símbolos nos revelan los poderes que el Espíritu Santo nos da: El viento es una fuerza invisible pero real. Así es el Espíritu Santo. El fuego es un elemento que limpia. Por ejemplo, se prende fuego al terreno para quitarle las malas hierbas y poder sembrar buenas semillas. En los laboratorios médicos para purificar a los instrumentos se les prende fuego.

El Espíritu Santo es una fuerza invisible y poderosa que habita en nosotros y nos purifica de nuestro egoísmo para dejar paso al amor.



Texto bíblico:
Juan 3,8: Copiar el versículo_________________________________
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Lucas 24,32:  Copiar el versículo_____________________________
____________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________ 
Juan 16,12:  Copiar el versículo______________________________
____________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________

Lucas 1,35:  Copiar el versículo______________________________
____________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________ 
Lucas 1,67-71:  Copiar los versículos ______________________________________________________ ____________________________________________________________________________________________________________
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Desarrollar la actividad




Oración final y compromiso: Oración dando gracias a Dios por cada uno de los dones recibidos y frutos recibidos en la familia.

Tarea: Copiar y aprender la oración “Ven creador Espíritu”


Tema: 

JESÚS… “ESTE ES MI HIJO AMADO, ESCUCHADLE:”

Oración: Acción de gracias por la presencia de Jesús en nuestras vidas.

Motivación: Este es mi hijo amado 



Jesús es una persona tan fascinante, que todos los que lo encuentran, ya no quieren dejarlo; y su vida se transforma totalmente.

Jesús es el hijo eterno de Dios padre, sobre quien se posa el espíritu santo  el día en el que fue bautizado por Juan; con este hecho se marcó el inicio de su misión.

“PERFECTO HIJO DE DIOS, PERFECTO HIJO DE HOMBRE”


Meditación del Papa

Según los sentidos, la luz del sol es la más intensa que se conoce en la naturaleza, pero, según el espíritu, los discípulos vieron, por un breve tiempo, un esplendor aún más intenso, el de la gloria divina de Jesús, que ilumina toda la historia de la salvación. San Máximo el Confesor afirma que "los vestidos que se habían vuelto blancos llevaban el símbolo de las palabras de la Sagrada Escritura, que se volvían claras, transparentes y luminosas" [...] La Transfiguración no es un cambio de Jesús, sino que es la revelación de su divinidad, "la íntima compenetración de su ser con Dios, que se convierte en luz pura. En su ser uno con el Padre, Jesús mismo es Luz de Luz". Pedro, Santiago y Juan, contemplando la divinidad del Señor, se preparan para afrontar el escándalo de la cruz, como se canta en un antiguo himno: "En el monte te transfiguraste y tus discípulos, en la medida de su capacidad, contemplaron tu gloria, para que, viéndote crucificado, comprendieran que tu pasión era voluntaria y anunciaran al mundo que tú eres verdaderamente el esplendor del Padre". Queridos amigos, participemos también nosotros de esta visión y de este don sobrenatural, dando espacio a la oración y a la escucha de la Palabra de Dios» (Benedicto XVI, 20 de marzo de 2011).

Reflexión apostólica

Cristo toma a los apóstoles para llevarlos al monte a orar. En ese momento se aparecen Moisés y Elías y comienzan a hablar con Jesús. El Señor se transfigura y manifiesta su grandeza a los discípulos. Pedro se siente admirado ante la divinidad del Maestro. El pescador de Galilea quiere hacer tres tiendas: una para Jesús, otra para Moisés y otra para Elías. De esta forma los tres discípulos contemplan la transfiguración y se olvidan de sí mismos. En ese instante se escucha la voz del Padre que dice "Este es mi Hijo amado ¡escuchadle!"

Los discípulos se convencen de que están con el Mesías, pero quieren confirmarlo. Preguntan a Cristo sobre la venida de Elías. El Señor les aclara que Juan el Bautista era Elías. Jesús no deja pasar la ocasión para hablarles de la cruz, pues, así como los apóstoles subieron al Tabor con el Maestro, reciben también la invitación de subir al Calvario. En nuestra vida tenemos muchos momentos para contemplar al Cristo del Tabor y también momentos de Calvario. Es necesario recordar que no hay gloria sin cruz.

La transfiguración es un ejemplo de la paz y la alegría que experimentamos cuando vivimos de cara a la verdad en nuestra vida. Jesús, después orar, habla a los apóstoles sobre la cruz sin angustias y con tranquilidad. También nosotros estamos llamados a transmitir con serenidad del alma toda la verdad sobre nuestras vidas, sin temores ni angustias, sino sólo la confianza en Dios nuestro Padre, sabiendo que siempre estará dispuesto a guiarnos y confortarnos en nuestras luchas diarias.

Propósito

Durante el día de hoy estaré atento para cumplir correctamente mis deberes y sentirme de esta forma también hijo de Dios porque a Él le complace que yo cumpla su voluntad.

Diálogo con Cristo

Jesús, me alegra tanto saber que siempre estás dispuesto a cumplir la voluntad de tu Padre. Te pido la fuerza necesaria para mantenerme fiel al plan de tu Padre en los momentos de mayor dificultad, en especial cuando tengo que testimoniar la verdad ante los demás, al igual que tú no tuviste miedo de hablar con la verdad a tus íntimos.

"Pidamos a Dios, por intercesión de María, Maestra de fe y de contemplación, la gracia de acoger en nosotros la luz que resplandece en el rostro de Cristo, de modo que reflejemos su imagen sobre cuantos se acerquen a nosotros." (Juan Pablo II, Alocución en la fiesta de la Transfiguración, 6 de agosto de 2000)


Texto bíblico: 


Mateo 3,17: Copiar el versículo: ______________________________________________________
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Realiza un dibujo de la frase que esta entre comillas en el texto que acabaste de copiar.

Compromiso: Redactar un compromiso para esta semana y escribirlo en el cuaderno.


Oración: Acción de gracias a Dios por habernos regalado la salvación por medio de su amado hijo

Tarea: Aprender los misterios luminosos del Santo Rosario





:
1. Escribe lo que más te gusta y te llama la atención de Jesús.

2. Hacer un plegable, con los aspectos y hechos más importantes que marcaron a Jesucristo, desde su concepción  hasta el Pentecostés.(te puedes guiar por los misterios del Santo Rosario)




REUNIÓN DE PADRES DE FAMILIA




Tema: JESÚS NACE EN EL HOGAR DE NAZARET

Oración: acción de gracias por la familia que nos ha regalado.


Canto: Jesús de Nazaret. Analizar la la canción en compañía del catequista.







Mensaje:

Todas aquellas promesas del antiguo testamento, se cumplen con Jesús. Al fin, después de tanto esperar la llegada del MESÍAS; aquel de quien tanto hablaron los profetas. Jesús nace en un humilde hogar de Nazaret, con una madre maravillosa como lo es la virgen María y un padre santo como lo es san José.

Así como María y José, prepararon con tanto amor la llegada de Jesús, también nosotros debemos prepararnos, para la  llegada del cordero de Dios que quita los pecados del mundo.

“JESÚS SE HIZO EN TODO SEMEJANTE  A NOSOTROS, MENOS EN EL PECADO; PARA QUE NOSOTROS PUDIÉRAMOS SER COMO EL”


Las “preferencias” de Cristo: humildad, pobreza, pureza, obediencia...


1. Dios se hizo hombre para salvar a los hombres.

Por primera vez Dios entra a formar parte de la historia humana. Desde ese año en adelante, la historia se dividió en dos: antes y después de Cristo.

Desde el momento de la encarnación del Hijo de Dios, el mundo no ha sido igual. Llegó la Luz a vencer las tinieblas morales del hombre, llegó la Vida para imponerse a la “cultura de la muerte”, llegó el Camino para mostrar a los hombres, errantes en este “valle de lágrimas”, el rumbo al Cielo.

Hay nacimientos que han afectado todo un país o un imperio como fue el caso del Emperador Cesar Augusto, pero este nacimiento sólo tuvo repercusiones sobre los hombres de su tiempo. El nacimiento de Cristo afectó a todos los hombres de todos los tiempos y lugares. Él es el Salvador universal.

El Catecismo nos lo recuerda en muchos números:

El Verbo se encarnó para salvarnos reconciliándonos con Dios. (457);

El Verbo se encarnó para ser nuestro modelo de santidad. (n.459);

El Verbo se encarnó para hacernos participes de la naturaleza divina. (n.460).

Nos lleva a pensar en nuestra vida, tan pobre en comparación con la de Cristo. También tiene su trascendencia, pues Dios nos da una misión. Tenemos “nuestras” almas que salvar. Estas almas son las personas que Dios ha decidido salvar a través de nuestras oraciones, nuestros sacrificios, nuestra actividad apostólica.

Hoy más que nunca la Iglesia necesita a hombres generosos, dispuestos a dar todo por la causa de Cristo; hombres decididos a predicar la verdad; hombres verdaderamente santos, imitadores de Jesucristo e ilusionados por darle a conocer a los demás; hombres conquistadores, fieles a la Iglesia en todo y convencidos de su misión vital en el mundo de hoy.

2. Dios Padre escogió la pobreza para su Hijo

Es desconcertante y avasallador, -casi supera nuestra capacidad de sorpresa-, contemplar a Dios hecho Niño, acompañado de María y de José, rodeado de unos animales y metido en una cueva excavada en la montaña, en una noche fría de invierno. El que hizo el universo, el que abrió los labios y fue obedeciendo en todo, el que dio a los demás la existencia, el que pudo escoger su forma de nacimiento, ahí está pobre, rodeado de pobreza, gozoso en la pobreza de sus padres.

Esta decisión de Dios de escoger la pobreza pone en jaque la manera de pensar y especialmente de vivir de muchos hombres hoy en día. Es de suponer que Dios, sabiduría infinita, siempre escoge lo mejor. Al escoger la pobreza margina la riqueza. Más tarde Cristo iba a explicar esta opción cuando puso como primera bienaventuranza la pobreza de espíritu: “Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los Cielos” (Mt 5,3). La pobreza que exigió Cristo a sus seguidores no se refería a una condición socio-económica, sino a una actitud religiosa.

El “pobre de espíritu” es aquel que no pone su esperanza en las riquezas de este mundo sino en Dios. No hay duda de que las riquezas pueden atar el corazón humano y bloquearle de tal manera que ya no busca la dicha en Dios sino en las cosas. El hombre se enamora de las creaturas y se olvida del Creador. También cierra su corazón a las necesidades de los demás.

En este mundo donde el hombre lucha por poseer más y más, por acumular más y más, por tener más y más, siguiendo los instintos de su avaricia y ambición; en este mundo en que los hombres sólo se preocupan por almacenar sus bienes sin compartirlos; en este mundo en donde el pobre no es tenido en cuenta, Belén es un signo y una profecía para todos nosotros. Signo en cuanto que nos descubre que la pobreza, desde el punto de vista divino, es riqueza, es salvación, es bendición; y profecía en cuanto que nos abre a la
verdad de la pobreza como senda de felicidad y de realización personal.

3. Dios Padre escogió la pureza para su Hijo

Esta pureza brilla no sólo en Cristo sino también en su Virgen Madre y en San José, el casto esposo de María. En el pantano de la impureza del mundo nacen unos lirios blancos y puros. El mundo de hoy busca los placeres con avaricia. Los persigue y después siente náuseas al hartarse del amargo placer de la concupiscencia de la carne. Belén nos recuerda que la pureza excluye la impureza y que el sendero de la felicidad pasa por la fidelidad al sexto mandamiento de Dios.

¡Qué bella lección, también para este mundo, tan ávido de placeres fáciles, tan hundido en los goces de los sentidos, tan exultante ante lo carnal y material, nos procura la pureza de Belén! Los ojos humanos se ciegan ante tanta luz de pureza. Ojalá que la pureza de Belén quemara hoy la impureza de nuestro mundo para hacerlo más respirable y luminoso.

Más tarde Cristo explicó el por qué de esta opción: "Bienaventurados los puros de corazón, porque ellos verán a Dios" (Mt 5,8). ¿Por qué muchas personas no “ven” a Dios, no creen en Él, no lo aceptan...? Las personas impuras más difícilmente pueden ver a Dios.

Somos testigos de la triste realidad de la producción, exhibición y venta de material pornográfico por todas partes. Podemos decir, guardando las debidas distancias, que la muerte de la pureza lleva a la “muerte” de Dios en el corazón del hombre.

El Catecismo invita a la purificación del ambiente en el n.2525:

La pureza cristiana exige una purificación del clima social. Obliga a los medios de comunicación social a una información cuidadosa del respeto y de la discreción. La pureza de corazón libera del erotismo difuso y aparta de los espectáculos que favorecen el exhibicionismo y los sueños indecorosos.

4. Dios Padre escogió la obediencia para su Hijo

El hombre de hoy está orgulloso de su autonomía. Se siente libre, pero habría que poner en tela de juicio este concepto de libertad. La mayor parte de las veces la libertad humana es tragada por el libertinaje. El hombre moderno dice: “Soy libre para hacer lo que quiero”.

Pero el libertinaje lleva a remolque la verdadera libertad y el hombre termina en la peor esclavitud, la de ser prisionero de si mismo.

También aquí hay que contemplar quién es el que obedece: es el Hijo Amado del Padre, es el Verbo Eterno por quien todo se hizo, es aquel cuyo hablar nos supera, es, como el Padre, el Omnipotente, el Omnisciente, el Eterno, el Santo. Verdaderamente, ¡qué misterio y qué lección para este mundo que ha confundido libertad con el libertinaje, que se agarra a su soberbia como a su principio creador, que ha convertido el egoísmo en inspiración de sus actos, que ha canonizado el orgullo y la autosuficiencia, que sigue apegado al pecado con tal de no someterse a la providencia de Dios!

El hombre debe someterse a la autoridad, no como un esclavo que obedece a su señor porque no hay más remedio, sino como un hijo de Dios que obedece a su Padre. El Catecismo nos recuerda este origen divino de la autoridad en el n.2238:

Los que están sometidos a la autoridad deben mirar a sus superiores como representantes de Dios que los ha instituido ministros de sus dones.

El Catecismo a continuación cita a San Pablo:

«Sed sumisos, a causa del Señor, a toda institución humana... Obrad como hombres libres, y no como quienes hacen de la libertad un pretexto de maldad, sino como siervos de Dios». (Rom 13, 1-2)


En la encarnación, Dios Padre escogió los tres “consejos evangélicos”, pobreza, castidad y obediencia, para su Hijo como la mejor manera de redimir a la humanidad. Tal vez corramos el peligro de aplicar estos consejos únicamente a los religiosos, dado que son ellos quienes los profesan oficialmente. Sin embargo, estos consejos evangélicos son para todos los cristianos. Ciertamente cada uno tiene que practicarlos según su estado y condición de vida.



Texto Bíblico: 

Lucas 2,1-20: 

Escribe los personajes encontrados en el texto: ______________________________________________________________________________________________________
______________________________________________________________________________________________________

Describe los posibles sentimientos que hayan tenido que vivir los papas de Jesús:
_______________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________


Has un dibujo de lo narrado en el texto bíblico.

Oración final y compromiso: El catequista dirigirá una oración de acción de gracias por haber enviado a su hijo al mundo.





Tema: Ven y sígueme…JESÚS TE HACE SU DISCÍPULO

Oración: Acción de gracias por todos los bienes recibidos.

Motivación: SACERDOTE PARA SIEMPRE

Porque eres la razón de mi vida 
Mi fuerza consuelo y alegría 
Porque eres el amor que yo soñé 
Y sin Ti estoy perdido y nada soy 

CORO 
Aquí estoy Señor toma mi vida 
Sacerdote para siempre quiero ser 
Aquí estoy Señor toma mi vida 
Sacerdote para siempre quiero ser 

Al postrarme en tu presencia estoy temblando 
Consiente de mi nada y pequeñez 
Y al levantarme con tu Espíritu Divino 
Tu siervo consagrado yo seré 

Mi vida como santo relicario 
Tu presencia a los hombres llevará 
Y en mis manos, tus manos los bendecirá 
Y en mí, tu corazón los amará 

CORO 
Aquí estoy Señor toma mi vida 
Sacerdote para siempre quiero ser 
Aquí estoy Señor toma mi vida 
Sacerdote para siempre quiero ser 

De tu amor estoy sediento oh Señor 
En ti todo lo encuentro y soy feliz 
Y en mi pecho tu palabra incontenible 
Con su fuego al mundo entero abrazaré 
Y no importan ya las dudas y el temor 
Con tu amor todo lo puedo y venceré 
Y no importa lo que venga si a mi lado 
Paso a paso contigo contaré 

CORO 
Aquí estoy Señor toma mi vida 
Sacerdote para siempre quiero ser 
Aquí estoy Señor toma mi vida 
Sacerdote para siempre quiero ser 

Tú eres digno de ser preferido, 
amado y servido sobre todo oh Señor 
Aquí estoy Señor toma mi vida 
Sacerdote para siempre quiero ser 

CORO FINAL 
Aquí estoy Señor toma mi vida 
Sacerdote para siempre quiero ser 
Aquí estoy Señor toma mi vida 
Sacerdote para siempre quiero ser………

- FUENTE -
MUSICA.COM

- LETRA AÑADIDA POR - oscarin92 



Mensaje:



 “TE SEGUIRÉ, SEÑOR, A DONDE ME LLEVES.”

El señor me llama a ser cristiano, y quiero ser cristiano de verdad. Reconozco que soy débil y que el camino es difícil, pero confió en ti Jesús.

1.2 ¿Que significa el seguimiento?

Seguir: significa mantener una relación de cercanía a alguien. Es “estar con” o “estar junto a”, también es “caminar detrás de”[3] la persona que se sigue. (Mc 3, 14) por tanto, seguir a Jesús es lo mismo que vivir con él (Jn 1, 38) estar donde está Jesús (Jn 12, 36). El seguimiento es esencialmente cercanía, concretamente cercanía a Jesús y de ir a donde va él (Mt 9, 27; 16, 24; 20, 29; Lc 22, 39; 9, 23; Mc 3, 7; 6, 1;  Jn 1, 43). Jesús no está atado a un lugar, a una situación, su condición es de total desinstalación (Mt 8, 20; Lc 9, 58). Jesús siempre está “en camino” (Mt 20, 17.30; 21, 8.19; Mc 2, 23; 8, 27; 9; 33-34; 10, 17. 32. 46. 52) y san Juan dice que Jesús es el camino (14, 6). El camino es el símbolo de la tarea, de un destino totalmente nuevo, de la misión y del objetivo a cumplir. Por tanto el seguimiento es libertad, es itinerancia y por lo mismo, no hay seguimiento de Jesús donde no hay movimiento, donde hay instalación sea la que sea y finalmente el enemigo número uno del seguimiento es el inmovilismo.

El seguimiento lleva consigo una apertura al futuro, una tensión hacia adelante, es abrirse a lo nuevo, a lo porvenir, Jesús le prohibió a uno que quería seguirle el “seguir mirando atrás” (Lc 9, 62). La espiritualidad del seguimiento nos prohíbe la vuelta atrás, es decir, quedarnos con los miedos, las indecisiones, los auténticos desiertos, en las tensiones y conflictos. (Cfr. Gén 12, 1;  Dt 13, 5; Ex 13, 21; 1Re 14, 8; 18, 21; 2 Re 23, 3; Jr 2, 2-3).

El seguimiento de Jesús es para el servicio del Reino y ello constituye algo nuevo, pues no es seguimiento para el estudio de la Torá (aprender la Torá).

El discipulado de Jesús, que implica la llamada, el desapropiarnos (renuncia a toda posesión propia Mc 6,8; Lc 10, 4; Mt, 10, 9), a asumir las difamaciones del maestro (Mt 10, 24; Jn 13, 16; Lc 6, 40; 1Cor 3, 9; 2Cor 5, 20) a la comunión de vida (cuerpo apostólico) el prepararnos para su acoger su misión incorporada al misterio pascual de Jesucristo. Así pues, el seguimiento no es una teoría sino una praxis, una forma concreta de vida. El discípulo asume en carne y hueso la vida de Cristo.

1.3 ¿Imitación de Cristo o seguimiento de Cristo?

El verbo “seguir” aparece noventa veces en el Nuevo Testamento (Mt 25 veces, Mc 18 veces; Lc 17 veces; en Jn 19 veces; en los Hech 4 veces y en el Apocalipsis 6 veces).

El verbo “imitar” no aparece ni una sola vez en los evangelios. Y en los demás autores del Nuevo Testamento, se habla de imitación de Cristo sólo dos veces (1Cor 11, 1; 1 Tes 1, 6) y una vez se hace referencia a la imitación de Dios (Ef 5, 1). Por tanto, esta idea de “imitación” referida a Cristo o a Dios, es infrecuente y está completamente ausente en los evangelios. Sin embargo, en la espiritualidad tradicional de la Iglesia vamos a escuchar hablar de la imitación de Cristo.

¿Podríamos decir entonces, que el seguimiento y la imitación son la misma cosa?

El problema es que el concepto de imitación de Cristo, ha llevado a relegar a un segundo término al Jesús histórico, viéndolo como alguien que vivió totalmente al margen de los problemas sociopolíticos de su época. Ahora bien, este ideal de imitación como meta del seguimiento, hizo que la Vida religiosa perdiera de vista muchos cuestionamientos radicales tan importantes para su compromiso de servicio total al Reino.

1.1.1        La llamada o vocación.

Lo primero que vemos es que Jesús llama a alguien, él toma la iniciativa, pero no se pone a explicar un programa, no da explicaciones, no presenta una meta, ni un ideal. Así pues Jesús no dice para qué llama, ese es el misterio de la llamada. Solo una palabra “sígueme” (Mt 8, 22; 9, 9; Mc 2, 14; 10, 21; Lc 5, 27; 18, 22; Jn 1, 43; 21, 19). Se trata de una invitación seria. Pero más que una invitación, lo que esta en juego es una orden, que compromete a la persona entera y todo su mundo de relaciones.

Es una invitación que se concreta en una “experiencia cristiana” de Dios, es decir, en comprender que nos llama Dios a seguir a su Hijo Jesucristo. Para ser su discípulo[4].

Conocer esta vida de Cristo nos ha llevado a comprender que seguir a Cristo es ante todo vivir en la fe. Pero a través de nuestro compromiso bautismal en la Iglesia vamos descubriendo otros aspectos importantes como: seguir a Cristo es aún más, es reconocerlo en el pobre y en el que sufre.

Pero aún más logramos profundizar cuando este llamado lo sentimos en nuestras vidas  y nos hace que hagamos una opción radical por él en su Iglesia. Esto implica en primer lugar muchas renuncias: es preciso cortar ataduras humanas, estar dispuesto al sacrificio de la propia vida, renunciar a los bienes de la tierra. Estas renuncias revelan que Dios es verdaderamente el absoluto, el único necesario, ante el cual todo debe ser pospuesto.

1.1.2 Jesús no es un maestro sistemático.

Como ya hemos analizado, Jesús no presenta un sistema doctrinal coherente y acabado. En Jesús predomina la urgencia escatológica: El tiempo se ha cumplido, el Reino de Dios irrumpe (Mc 9, 1).

Por lo tanto poco se sabe de las instrucciones que les daba a sus discípulos.

En ocasiones aparece explicándoles aparte algunas cosas (Mc 4, 34)

Lo más claro es cuando él se opone a su manera de pensar, a sus pretensiones:

-          Mc 9, 33-37. ¿Quién es el mayor?

-          Mc 9, 38-40. uno que no es del grupo.

-          Mc 10, 35-45. sobre el poder.

-          Mc 7, 17-23. sobre lo puro y lo impuro.

-          Mc 3, 14-15. nos presenta la finalidad del llamamiento a seguir a Jesús: “para que estuvieran con él y para enviarlos a predicar”.

La formación es crecer en identidad con la persona de Jesús a quien libremente han elegido (1R9, 1).

Seguimiento de Jesús.
El seguimiento de Jesús lleva consigo dos característica fundamentales: ir detrás (Mt 4, 19; 10, 38; Mc 1, 17.20; Lc 9, 23) como signo de adhesión y de obediencia a Jesús y para anunciar el Reinado de Dios, que es la misión esencial de Jesús. Sin embargo, Pedro durante la pasión, seguía a Jesús “de lejos” (Mt 26, 58; Mc 14, 54; Lc 22, 54) la lejanía en el seguimiento de Jesús llevó a Pedro hasta la negación de la fe.

El seguimiento de Jesús no comporta los mismos niveles de exigencia en todos los casos que se relatan en los evangelios. Esta el gentío, la muchedumbre que va tras Jesús (Mc 2, 15; 3,7; 5, 24; Mt 8, 1. 10; Lc 7, 9; 9, 11; 23, 27). Para Mc esa “multitud” designa a los seguidores no israelitas y representa, por tanto, el seguimiento de Jesús en su sentido más fuerte. Sin embargo, Jesús no llamó nunca al pueblo como totalidad a “seguirle”.

Jesús llama específicamente a unos para anunciar el Reinado (Mc 3, 13-19) algunos de estos discípulos pertenecen al circulo de Juan el Bautista (Jn 1, 37-39; 4,1). Estos discípulos guardaban sus propios ritos (costumbres) por ejemplo el ayuno (Mc 2, 18; Mt 11, 18; la oración Lc 11, 1).

1. Los seguidores de Jesús eran gentes sencillas, de buen juicio, pero sin preparación especial. Eran pobres y trabajadores, con sus intereses y ambiciones normales, con una capacidad de entrega y generosidad. El circulo de los discípulos debió de ser más amplio (no reducido a un numero de 12; Mc 10, 34; 4,10; Lc 6, 13; 8, 1-3).

2.  Los discípulos que siguen a Jesús cambian radicalmente de vida, aprenden a compartirlo todo. Habían pasado de la relativa seguridad en que vivían a la inseguridad de la itinerancia, iban y venían en compañía de su maestro. Poco a poco aprenden que seguir a Jesús no conlleva ni honor ni una posición social elevada,

3. La vida de Jesús no es del estilo de los maestros que se dedican a la enseñanza en las escuelas rabínicas del tiempo. Lo oían hablar al pueblo del Reino de Dios, lo veían actuar y orar, experimentaron su misericordia y su ternura, vieron sobre todo su capacidad de acercarse a los más necesitados y olvidados y por ello se fueron distanciando de la ley.

4. La itinerancia de Jesús conduce a los discípulos a abandonar todas las modalidades de una vida común (Mt 6, 25-34; 10, 9 – 10; Lc 9, 3; 10, 4; 12, 16-21; 14, 33), nada de privilegios y puestos (Mc 9, 33-34; 8, 33) con ello señala Jesús el carácter absoluto de entrega que tiene el Reino. Fueron testigos de cómo y porqué murió, de su fidelidad al Padre y a la misión que le había encomendado. Y fueron testigos de su resurrección (de él como resucitado)

5. El estilo de vida, que excluye a los discípulos de las coordenadas que dirigen las relaciones familiares, sociales y religiosas, producen sufrimiento, persecución y muerte (Mc 8, 34; 13, 9. 12-13; Mt 10, 38; Mc 10, 45).

6. Es un movimiento que no constituye un grupo humano cerrado, sino que comporta una dimensión universal (la fraternidad cristiana no tiene fronteras) por dos razones: la misión que realizan, que es proclamar y experimentar un Dios bondad para todos, que no conoce límites; y por las personas que la forman que tienen en si un espíritu fraterno con tareas comunes y desafíos muy personales: hay hombres y mujeres (Mc 15, 40-41; Lc 8, 1-3) gente de varias profesiones (Mc 1, 16-20; Mt 9, 9); pecadores y justos (Mc 2, 15-17). El Evangelio de Juan dirá que esto supone nacer de nuevo 3, 1-21 ya que esta misma vivencia fraterna es la que nos relaciona con la naturaleza (ecología).

7. Jesús da autoridad a sus discípulos (Mt 10,1) pero sin la pretensión de que estuvieran sobre los demás (Mc 10, 37-38. 43-45) sino como verdaderos servidores (Jn 13, 1-17).

2.1 Esquema de la vocación en los evangelios.

a)      Jesús pasa (Mc 1, 16.19; 2, 14).

b)      Jesús ve a alguien (Jn 1, 47).

c)      Indicación de la actividad profesional de ese hombre (Lc 5, 2)

d)     La llamada (Mc 1, 17-20; Jn 1, 37)

e)      Dejarlo todo (Mc 1, 18. 20; Lc 5, 11. 28)

f)       El que es llamado sigue a Jesús (Mc 1, 18. 20; Lc 5, 11).

El seguimiento es la formulación práctica y concreta de la relación que, a partir de entonces, el hombre establece con Jesús.

Jesús llama a sus discípulos para hacerlos “pescadores de hombres” (Mt 4, 19; Mc 1, 17; Lc 5, 10) esta frase no tiene trasfondo alguno en el Antiguo Testamento, ni en la literatura rabínica. Sin embargo,  al leer entre líneas el texto de Jr 16, 14-16, hay una alusión a esa tarea salvífica. La tarea es ser “pescadores de hombre”, por tanto, el seguimiento tiene como objetivo trabajar en el bien del hombre, para sanear, vivificar y liberar a todo el que lo necesita (es una tarea social y pública).

Seguimiento de Jesús y misión son inseparables. En Mc 3, 13-15, el mismo Jesús llama a los discípulos “para que estén con él y para enviarlos a predicar”.  El que sigue a Jesús tiene que estar dispuesto a trabajar por el bien del hombre hasta dar la vida (Mt, 10, 38; 16, 24; Lc 9, 23, Mc 8, 34) es dar la vida (Jn 13, 37). El seguimiento solo es posible cuando el hombre se ha liberado de su propio interés, de su propio egoísmo, de su propia comodidad, de todo lo que puede atarlo a su propia persona. El que sigue a Jesús tiene que estar dispuesto a que su destino sea el mismo destino de Jesús.

2.2 El seguimiento de Jesús implica tres características:

Es una llamada absolutamente abierta, incondicional y sin límites, que nos asoma al misterio más hondo de Jesús.
Esa llamada se pone en relación a una tarea: la entrega al servicio del hombre.
La llamada al seguimiento marca un destino: el mismo destino que asumió y vivió Jesús.
La tradición sinóptica ha enfatizado que seguir a Jesús significaba aprender a vivir en comunidad de vida con él, participar en el anuncio de su mensaje y compartir su destino. Es una búsqueda absoluta del aprender.

a)      El llamado de Jesús rompe con el orden de la creación: dejar padre, madre, mujer e hijos (Mt 4, 22; 8; 22; 10, 37; 19, 27;Lc 14, 26; 9, 57-62[5]; 18, 28; Mc 10, 28 ). Es la total liberación de los vínculos familiares. El trabajo y la profesión (Mt 4, 20. 22; 9, 9; Mc 1, 18; 2, 14; Lc 5, 11. 27-28). Es decir se trata de algo extremadamente serio, que supone un giro total en la vida de una persona. Pero también hay algo más, y es la vocación como drama humano: “muchos son los llamados, pero poco los elegidos (Mt 22, 1-4. 14) a este drama podemos añadir la crisis de afectividad humana que puede paralizar o entorpecer cualquier designio electivo de Dios.

b)      El sacrificio de la propia vida: Lc 14, 27; Mt 10, 38; 16, 24;  Mc 8, 34; Jn 12, 26. El discípulo de Jesús es el que esta dispuesto a ofrecer su vida por el mensaje. San Pablo, proclamó fuertemente la “vaciedad teológica” de un Evangelio ajeno al misterio de la cruz de Cristo (1Cor 1, 17-18. 23; Gal 2, 19; 5, 24). Para no ser “enemigos de la cruz de Cristo” (Flp 3, 18). El discípulo debe estar dispuesto a cargar con la cruz (2Cor 1, 15; 4, 10; Gál 6, 14; Flp 3, 10; Rom 6,6; 1Cor 11, 1; Apoc 14, 4.

c)      Quien quiera seguir a Jesús y vivir su mensaje debe estar dispuesto a ofrecerse a sí mismo: Lc 17, 33; Mc 9, 35; 10, 35-40. y además exige orillar uno de los deberes más sagrados de Israel: enterrar a los muertos (Tob 2, 3-7; 4, 3; 12, 13. Cf. Lc 9, 59-60; Mt 8, 21-22). Es decir, se trataba de algo en lo que se cumplía no solo con un deber familiar, sino sobre todo con una obligación religiosa. “deja que los muertos entierren a sus muertos (Cf. Ez 24, 15-24). Por tanto, la fidelidad al seguimiento esta por encima de cualquier otra fidelidad, por encima incluso de la religión y por encima de los deberes legales. El seguimiento de Jesús no admite condiciones, ni siquiera las más sagradas que puede haber en esta vida.

d)     Renuncia a los bienes de la tierra. Renuncia al lugar donde vivía (Mc 1, 18-20; Lc 5, 11), vender todo lo que se tiene (Lc 18, 22), dejarlo todo para seguirlo (1Re 19, 19-21; 1Sam 16, 1-3; Am 7, 15) y negarse así mismo (Mt 16, 24), para seguir a Jesús (Mt 19, 21. 27) una existencia insegura como la del Hijo del Hombre que no tiene donde reposar la cabeza (Lc 6, 8-11) y aún la pobreza. Se camina a la intemperie, sin defensas (Mt 10, 10; Lc 9, 3; 10, 4). Cristo no exige ningún voto de pobreza, sino la total entrega al Reino (Mc 10, 12; 14, 33) evitando toda clase de altercados y búsqueda de poder (Mt 5, 31. 39; Lc 6, 29-30; 10, 7) Cfr. IR 14, 1-6.

e)      Estas exigencias del seguimiento fueron hechas por el Jesús histórico y sus colaboradores inmediatos.

f)       Después de la resurrección, el seguimiento del Cristo de la fe, era imitar su vida, estar en él, ligarse a él por la fe, esperanza, caridad, por el Pneuma (1Cor 6, 17) y por los sacramentos (Rom 6, 3; Cor 11, 17-30). Jesucristo es al que hay que creer como la palabra definitiva de Dios (Jn 1, 14-16; Heb 1, 1-4) que ha originado un nuevo pueblo depositario de las promesas divinas y de la salvación de Dios (Rom 1, 16-17; Ef 1, 5; Heb 2, 10). Ser discípulo es a partir de ahora una categoría de salvación y sinónimo de cristiano (Hech 11, 26). En este sentido hablan algunos textos de los evangelios donde el llamado al seguimiento no es dirigido ya a los 12, sino a todo el pueblo (Mc 8, 34) y a todos indistintamente (Lc 9, 23; 14, 26).

g)      Seguir a Cristo significa identificarse con él, y anunciar aquello que él anunció, el Reino de Dios, y la iglesia no es otra cosa que “el sacramento del Reino de los cielos”. Identificación de nuestro modo de ser (que-hacer) con su vida, con su persona, con el Evangelio.

Elegidos para estar con él.
El seguimiento de Cristo implica, por una parte, el desprendimiento total (muerte y sepultura), por otra, la posesión de Dios por amor, que alcanzará su plenitud en el Reino (resurrección y gloria). Es una decisión a vida o muerte, sin reserva, sin condiciones. El seguimiento de Cristo constituye un valor primordial de la vida religiosa. Él es el único que nos llama, que nos instruye, que nos orienta, que nos provoca, que nos consuela, que nos pone a prueba para conducirnos a la sabiduría del espíritu.

Jesús sigue presente en la Iglesia y el creyente es alguien que va detrás de él, que vive en comunión con él. La vida religiosa es una de estas formas que busca concretizar el seguimiento, haciendo una relectura histórica, en la forma en que los doce siguieron a Jesús, en la plena disponibilidad al servicio del Reino. Este seguimiento implica asumir con Jesús una comunión de vida y una comunidad de destino.

3.1 Comunión de vida.

El seguimiento de Cristo es primero que todo, comunión de vida con él (él es el único maestro). Seguirlo para oír su palabra y acogerla. Es un seguimiento que se realiza a partir de la fe: fidelidad, constancia, seguimiento de Cristo como el Absoluto, que nos hace revitalizarlo todo, referirlo todo a El. Por esta razón, se afirma que la llamada al seguimiento inserta al discípulo en la nueva comunidad mesiánica de Jesús, (Mt 12, 50) ahí se da un vínculo intimo de amistad (Lc 10, 40-42; Jn 15, 15; 17, 23) en donde el discípulo está llamado a cambiar (Mc 10, 44-45; Jn 13; Mt 23, 8-11).

La comunión con Cristo supone colocar el anuncio del Reino en el centro de la vida personal y comunitaria. Este Reino cambia radicalmente (totalmente) el orden establecido: se anuncia primeramente a los pobres, proclama felices a los perseguidos, privilegia a los marginados; se opone a los poderosos; ordena amar a todos, aún a los enemigos, exige poner la confianza en Dios, hacer siempre su voluntad y llamarlo padre.

Exige una fraternidad que:

a)      Anuncien con el testimonio de comunión de vida, la vivencia de fraternidad, que se puede amar superando el egoísmo y el individualismo.

b)      Denunciar cuanto se opone a la justicia y la libertad.

c)      Compartir el amor con los hermanos, evitando toda clase de marginación.

d)     Solidarizarse con los pobres y oprimidos.

e)      Descubrir la voluntad del Padre y la presencia del Espíritu en la realidad social que nos toca vivir.

f)       Ser en todas partes fermento de esperanza. Para estas comunidades, como para Jesús, el Reino significa cambio liberador de la situación social, política, económica y cultural.

g)      Responsabilidad de evangelizar el mundo (Mt 28, 16).

h)      Sepa discernir para no seguir a los falsos profetas (Lc 21, 8; Mt 24, 26; Jn 10,5).

Seguir a Cristo en la misión.
4.1      Praxis de Jesús: relación de Jesús con el Padre.

Uno de los detalles que más llaman la atención es la consagración y la entrega de Jesús a la voluntad de su Padre. El Padre es el “centro” alrededor del cual gira todo lo que él es y hace. Jesús enseñaba como uno que estaba autorizado por Dios de manera especial. Es más Jesús quebrantó las leyes religiosas de su pueblo repetidas veces (Mc 1, 41; 5, 41; Lc 7, 14; 13, 10-17; 14, 1-6) y sobre todo permitió que sus discípulos la quebrantaran también y además los defendió (Mc 2, 15. 18. 23; 7, 1-23).

Jesús es el amigo del Padre. Diariamente al caer la tarde, se retira al monte para orar, para encontrarse con  su Padre en un dialogo intimo de corazón a corazón (Lc 10, 22).

La dimensión y profundidad religiosa de Jesús es clara y distintiva: es un hombre de Dios, Profeta por excelencia, en permanente actitud de escucha y de respuesta.

Es el Verbo del Padre, igual al Padre en dignidad y naturaleza, en el tiempo es “el hombre de Dios, el religioso, por excelencia”. Jesús llama a todos a retornar a Dios; Conviértanse el Reino de Dios está cerca. Los discípulos aprenden a sentirse amados por él, acogidos, perdonado, saberse sujetos de la promesa y llegar a ser hijo en el Hijo, es una relación de paternidad-filiación.

4.1 Relación de Jesús con los hombres.

Jesús sabe cual es la tarea que el Padre le ha asignado (Is 53, 12) solidarizarse con los miserables y pecadores. En otras palabras, el Reino de Dios que Jesús predica y por el cual entrega su vida en la historia y sociedad concreta de su tiempo, inaugura una nueva relación de los hombres con Dios y entre sí. Por tanto, toda la vida de Jesús es un ejemplo vivo en este sentido: su cercanía a los recaudadores (publicanos) y descreídos (Mc 2, 15; Mt 9, 9; Lc 15, 1-2; 18, 9-14; 19, 6-7), con los pecadores (Mc 2, 5) samaritanos (Lc 10, 33-37; Jn 4, 39-42; endemoniados (Mc 1, 25. 34; 5, 2-13; 9, 14-27) y los leprosos (Mc 1, 40-41; Lc 17, 13-14) además Jesús se identifica también con los hambrientos, los enfermos, los encarcelados, los necesitados (Mt 25, 31ss). La solidaridad de Jesús con los marginados suscitaba, con frecuencia, la oposición y el enfrentamiento con las autoridades y los dirigentes religiosos. El hecho de que Jesús rompa las tradiciones, que quebrante las normas, que eche abajo esos muros de la exclusión y la separación, esa es la radicalidad del Reino de Dios, lo cual los otros no están dispuestos a tolerar.

Jesús vino a mostrarnos que significa ser hijo y lo que significa ser hermano, enseñándonos que para que haya justicia, debemos compartir los bienes que Dios nos ha entregado; para que haya fraternidad, nuestro amor tiene que ser efectivo, para que seamos realmente hijos del Padre, debemos vivir la paz de una mesa común. Los discípulos fueron poco a poco aprendiendo a ser hermanos y a pasar del deseo de dominación al servicio, de la superioridad a la igualdad fraterna, a la búsqueda constante de la justicia del Reino, acercándose como Jesús con amor y misericordia, a la manera del buen samaritano, a todos los demás.

El discípulo no es solo el que dice “¡Señor, Señor!” sino el que escucha la palabra y la pone en práctica (Mt 7, 21-29).

Seguimiento y espiritualidad.
Jesús invita al hombre a salir de si mismo, a olvidarse de sí mismo, para abrirse totalmente al destino que le marca Jesús, es decir, la solidaridad con los que sufren. Por tanto, lo más importante no es buscar la propia salvación, inclusive ni la propia santificación. La espiritualidad debe de orientarnos a un compromiso radical del servicio a los hombres desde la solidaridad con los más desgraciados de este mundo. Por tanto, hay que evitar la espiritualidad de la imitación, que busca solamente su propia salvación y hasta su propia santificación.

La espiritualidad del seguimiento es inevitablemente una espiritualidad conflictiva, que lleva derechamente al enfrentamiento con los poderosos. Exactamente como le ocurrió a Jesús. A veces parece que el destino de Jesús no es el destino de la Iglesia, ni tampoco de los que son llamados, pero no podemos jactarnos hoy en día de la memoria de los mártires, tenemos que asumir ese camino evangélico, porque el destino del discípulo es el mismo del maestro (Mt 10, 16-33; Mc 13, 9-13; Lc 21, 12-17; 6, 22-23).

Seguir a Jesús no es sólo imitarle, para ser uno más perfecto o más santo; seguir a Jesús, significa ante todo, la comunión con ese destino del propio Jesús que nos encauza hacia el trabajo incondicional por el bien del hombre, mediante la solidaridad con todos los marginados de nuestra sociedad.

A modo de conclusión de este taller.
Después de haber hecho un recorrido por los textos de los evangelios a cerca del seguimiento, podemos hacer una pequeña síntesis de estos.

Es necesaria una apertura a la llamada (que es siempre llamada a y llamada con) y a la acción divina que implica, en la misma respuesta humana, un proceso de una serie de exigencias que suponen la ruptura radical con el viejo orden y la antigua situación vital y social (Mt 12, 30). El llamado al seguimiento no procede de los meritos o de culpabilidad, de fundamentalismos, o del nacionalismo extremo, de ideologías, etc. Por eso, la vocación, en su realidad teológica, es una auténtica liberación, que del lado humano del elegido le lleva a la renuncia y a la disponibilidad absoluta como lo hizo Francisco, y a la vivencia de la fraternidad (comunidad para). Por tanto se afirma teológicamente que la vocación es el resultado normal o dramático de dos realidades operantes responsablemente: voluntad divina electiva y voluntad humana libre, que implica:

Fe – apertura consciente de la misericordia de Dios (religiosidad responsable y comprometida. Sincera y profunda devoción a María (cfr. LG 61-63)
Disponibilidad personal (humildad obediencial, los procesos de crecimiento humanos, espirituales; la opción por los pobres, a sabiendas que en nosotros no es opcional sino necesaria: ya que nosotros los necesitamos a ellos)
Libertad activa (disponibilidad radical, vivencia cotidiana de Cristo por la eucaristía, confesión – dirección espiritual. Recordemos que Jesús lo sitúa todo, desde el Reinado de Dios y desde ahí todo lo orienta, revela al Padre (no todo Dios es el padre de Jesús), al Dios del Reino; y a través de sus palabras y hechos: vida, libertad, igualdad –la gran utopía del hombre-. )
Capacidad de renuncia y compromiso (vivencia sacrificial personal, es decir, una practica liberadora, transformadora, por eso nos situamos en donde hay esclavitudes. Es una práctica totalizante, abarca el conjunto, porque el Reinado de Dios abraza toda la realidad, mira al hombre en su integridad, es una práctica conflictiva: encuentra la incomprensión, la persecución que llega hasta producir el martirio y se hace resurrección). Sin embargo, llamada y misión siguen siendo inseparables.
Lo que el verdadero discípulo aprende no es un conocimiento abstracto o una habilidad técnica, sino el Evangelio mismo, la vida misma de Jesús, la obediencia a la voluntad del Padre (1 Cel 22).

Toda vocación es acto de amor, del amor del Señor que llama y del amor de aquel que responde; toda vocación es acto de fe, y exige una clara conciencia de la llamada (Jn 15, 16). Por tanto seguir a Jesús es asimilar sus actitudes y criterios que relativizan todo: el poder, el tener, el saber, el prestigio, las personas, las instituciones y hacen surgir el carácter absoluto de Dios y su Reinado: todo lo demás es relativo, provisorio.

Persecución y martirio es la herencia más originaria de Jesús (Mt 5, 12; Lc 6, 22-23).

Toda vocación autentica nace de la fe, vive de la fe, persevera con la fe, una fe sentida y vivida cotidianamente con humildad y generosidad, en confianza y amistad con el Señor[6]. Como dicen los escritos de nuestro padre Francisco, estamos llamados a seguirle “más de cerca” (CC. GG 1, 1; 85). El Señor no deja de llamarnos ¿Cómo nos sentimos ante esta llamada?

La vocación vivida con gozo es siempre buena noticia, historia fascinante de la cual se hace participe a los demás a través del testimonio (Cfr. VC 64; Perfecta Caritatis 24) ¿Cómo vivimos los valores de esta vida por la que hemos optado?


El seguimiento de Jesús, la relación universal de amor y la renuncia a todo lo que supone estabilidad personal e institucional en la historia obedece a una experiencia evangélica que guía a Francisco a lo largo de su vida. Por tanto, la llamada es el planteamiento radical de la libertad absoluta, que consiste en una desapropiación personal, el no estar atado a nada ni a nadie, en la desinstalación, en la pobreza, sin apropiarse de nada y que debe sostenerse hasta el final en medio, a pesar de los desánimos, las dudas. Se vive al servicio de los demás: el proyecto personal ha cedido el paso al proyecto de Jesús con los otros.


http://espiritualidadfranciscana.org/2014/10/taller-de-seguimiento-de-jesus/


Texto Bíblico: Escriba los mas importante de cada texto bíblico

Mt. 22,1-10: ____________________________________________________________________________________________________________
____________________________________________________________________________________________________________
Lc. 13,26-29: ____________________________________________________________________________________________________________
____________________________________________________________________________________________________________
Mc. 2,15-17: ____________________________________________________________________________________________________________
_________________________________________________________________________
Mc. 10,43-45: ____________________________________________________________________________________________________________
____________________________________________________________________________________________________________


Oración y compromiso: Acción de gracias por el llamado a vivir y a compartir esta experiencia de vida, motivar a los niños para que quienes quieran compartan un compromiso para la semana. 


Tema: 
SEÑOR HAZ QUE YO VEA…

Oración:  Acción de gracias por todo lo que nos ha regalado el Señor.

Motivación: 
La Historia de Amor de La Novia Ciega

Había una vez, una chica que se odiaba a sí misma por ser ciega. Por esta razón también odiaba a todo el mundo, excepto a su amoroso novio.
El chico siempre estaba junto a ella, apoyándola y compartiendo hermosos momentos de su vida. Un día la chica le dijo a su novio:
“Si pudiera ver el mundo, aunque sólo fuera por un día, me casaría contigo de inmediato.”
Pasaron los meses y un día así de repente, recibió la noticia de que alguien le había donado un par de ojos para ella.

A la novia la operaron y le pusieron los ojos. Su amoroso novio, como siempre, se mantuvo a su lado durante su recuperación.

Cuando por fin llegó el momento de retirarle la venda de sus ojos, la novia fue capaz de verlo todo, incluyendo a su novio. En ese momento al verla tan feliz, él le preguntó:
“Ahora que ya puedes ver el mundo con tus ojos. ¿Te casarías conmigo así como lo prometiste?”
La novia miró con detenimiento a su novio y se dio cuenta de que él era ciego. La apariencia de su rostro con los párpados cerrados la impresionó. Ella no se lo esperaba. La idea de mirarlo así por el resto de su vida, la llevó a negarse a casarse con él. No lo soportó, le dijo que no y terminó su relación con él.

Con lágrimas en los ojos, el chico la dejó, y días más tarde le escribió una carta diciendo:
“Cuida bien de tus ojos, mi amor, porque antes de ser tuyos, fueron míos”.

Realizar la reflexión de la historia con la ayudad del catequista.

Mensaje:



Jesús ha sido enviado para curar a los enfermos; y recordemos que la más grave enfermedad de todas es el pecado, y que el único capaz de curarnos es Jesús con su infinita misericordia e inmenso amor. Solo debo reconocer y confesar mis pecados para poder ser curado.

“No he venido a buscar a justos sino a pecadores”

Textos bíblicos: Lucas 5,12-14.  Lucas 7,11-15.  Lucas 7,36-50.

Reflexión:

Cristo es la luz del mundo. No es el nombre de ninguna secta. Se trata de la luz verdadera que iluminará el camino de nuestra vida para alcanzar la salvación eterna. Pero cuando los hombres nos empeñamos en ver la “luz” con gafas de madera o simplemente no la aceptamos por soberbia, a Cristo no le queda otra más que respetar nuestra libertad.

Los fariseos vieron al ciego de nacimiento muchas veces antes de que fuese curado, pues si era mendigo lo más seguro es que estuviese a la puerta del templo. Pero, ¿por qué ahora le echan en cara de que es un farsante? ¿Por qué ahora no ven el milagro venido de Dios por ser realizado en sábado? Por soberbia y orgullo, por no considerarse como lo que realmente son, simples cables cuya función es la de transmitir la palabra de Dios.

A nosotros también nos puede entrar el pecado de la soberbia si no estamos atentos. Podemos ver signos evidentes de la presencia de Dios, de su amor en nuestra vida y no aceptarlos porque somos más ciegos que el ciego de nacimiento.


Por eso, hay que estar abiertos a la luz de la verdad que es Cristo y no cegarnos en nuestra soberbia. Aceptar a Cristo, aceptar su amistad y su amor, aceptar la verdad de sus palabras y creer en sus promesas; reconocer que su enseñanza nos conducirá a la felicidad y, finalmente, a la vida eterna.
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Textos bíblicos: ¿Que obras hace Jesús con las personas?

Lucas 5,12- 14.  
__________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________

Lucas 7,11-15.  
__________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________

Lucas 7,36-50.
__________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________

¿Qué sanación necesito hoy para pedirle a Jesús que me sane?
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Oración final y compromiso: 
Orar teniendo en cuenta la siguiente reflexión y procurar ponerla en practica diariamente.

Hoy antes de decir una palabra no amable – Piensa en alguien que no puede hablar.
Antes de que te quejes sobre el sabor de la comida – Piensa en alguien que no tiene nada que comer.
Hoy antes de quejarte de la vida – Piensa en alguien que se fue demasiado pronto al cielo.
Antes de que te quejes de tus hijos – Piensa en alguien que desea hijos, pero no puede.
Antes de discutir sobre tu casa sucia a alguien por no limpiarla – Piensa en las personas que viven en las calles.
Antes de quejarte por las distancias que manejas – Piensa en alguien que camina la misma distancia con los pies.
Y cuando estés cansado y te quejes de tu trabajo – Piensa en los desempleados, los discapacitados y los que desearían tener tu trabajo.
Pero antes de pensar en señalar con el dedo o condenar – Recuerda que ninguno de nosotros está libre de cometer errores

Cuando los pensamientos deprimentes quieran derribarte – Pon una sonrisa en la cara porque estás vivo.



CONTESTA:

1.       Jesús quiere que lo sigas… ¿Por qué?


2.       Completa las frases y reflexiona:


Yo sería feliz si_____________________________________


Yo podría hacer feliz a un pobre, si pudiera darle___________









Tema: 
FELICES LOS POBRES DE ELLOS ES EL REINO DE LOS CIELOS

Oración: Acción de gracias dirigida por el catequista.

Motivación: 
Las Bienaventuranzas… mi canto es oración

Todos los pobres de espíritu todos los mansos y humildes todos aquellos que lloran sean por siempre bienaventurados.

porque de ellos es el reino de los cielos y Jesucristo su corona 
será y su consuelo encontraran (2) 

todos los hombres que lloran que tienen sed de justicia que son misericordiosos sean por siempre bienaventurados todos aquellos que luchan por conseguir paz y justicia entregando sangre, cuerpo y alma sean por siempre bienaventurados.




Mensaje: 

BIENAVENTURANZAS




1. “Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los Cielos”.

No hay entrada para nosotros en el Reino de Dios, si no somos pobres de espíritu. Porque la pobreza es la primera condición para ser accesible, permeable a Dios. Ella es el punto de partida de la vida cristiana. Si no somos pobres espiritualmente, no estamos en la fe.

Sabemos que la pobreza de alma no es una cuestión del dinero, sino una cuestión del corazón. El hecho de que no se posea dinero, no es de por sí una virtud. No se puede poseer ni un centavo, pero tener la actitud del rico.
Se puede también - si bien raramente - poseer muchos bienes y tener la actitud del pobre.

La pobreza evangélica es una actitud espiritual, y todos somos invitados a ella - prescindiendo de nuestros bolsillos.

3. ¿Cuál es, entonces, la actitud de pobreza espiritual?

El pobre esta dispuesto a dejarse poner en duda, dejarse cuestionar por Dios, siempre de nuevo. Él acepta dejarse arrojar de sus posiciones, de sus estructuras, de sus principios, de todo lo que le es propio. Felices los que están convencidos de que nadie es dueño de sí mismo y que Dios puede pedirlo todo.

Sólo el pobre sale de sí mismo, se pone en camino. Es el que no se resigna a estar tranquilo, el que acepta ser molestado por la palabra de Dios. Por eso, Abraham fue el primer pobre, el primer fiel a la voz de Dios, cuando Dios le dijo: “Vete de tu tierra, y de tu patria, y de la casa de tu padre, a la tierra que yo te mostraré”. (Gen 12,1)

Abraham escuchó la Palabra de Dios, creyó en ella, abandonó su país, el sitio cómodo donde vivía, dejó sus bienes, sus hábitos, su pasado, y se puso en camino. Y partió, “sin saber a donde iba” (Hebr 11,8) – “señal infalible de que estaba en el buen camino”, como indica San Gregorio de Nicea, uno de los Padres de la Iglesia.

4. El pobre se da cuenta de que depende totalmente de Dios. Tiene el sentido de su limitación humana. En el fondo, cada hombre - tal vez sin saberlo - es un pobre.

Y la pobreza material es bienaventurada porque es el signo visible de una pobreza mucho más profunda y universal: nuestra pobreza moral, nuestra fe miserable, nuestro amor raquítico. Todos somos pobres ante Dios, con nuestra culpa, nuestra miseria, nuestra deficiencia - pero no todos lo reconocemos ante Él.

Sólo aquel que conoce y reconoce su debilidad y pequeñez ante Dios, pone toda su confianza en Él, espera todo de Él, busca su protección poderosa. En esa actitud de pobreza espiritual se vacía de sí mismo. Y porque esta abierto y disponible para Dios, hay lugar para la acción divina. Es lo que nos promete el profeta Sofonías en la primera lectura (Sofonías 2,3;3,12-13): “Yo dejaré en medio de ti un pueblo pobre y humilde, y ese resto de Israel pondrá su confianza en el nombre del Señor”.

5. Y cuando nos imaginamos que ya no tenemos necesidad de Dios, cuando estamos satisfechos de nosotros mismos, de nuestros conocimientos, de nuestras prácticas religiosas, de que no deseamos nada más, cuando no esperamos ya nada de Dios - entonces somos ricos. Creo que no hay pecado mayor que el de no esperar nada de Dios. Porque si no esperamos nada de Dios, es que ya no creemos en Él, es que ya no lo amamos.

El rico cree que puede prescindir de Dios. Pone toda su confianza en sus bienes. Corta todas sus relaciones con la Divina Providencia. Cree que sus riquezas le permiten dejar a Dios. Espera seguir adelante él solo, por sus propios medios, sin tener que recurrir a Dios.


6. El rico se aparta de Dios, pero se aparta también de los hermanos. Al contrario, el pobre es fraternal: se abre a los demás como se abre a Dios, comparte con ellos sus cosas. Él sabe bien que nuestros bienes son bienes de familia, el servicio de todos los miembros. El pobre no es una persona que no tiene nada, sino una que hace servir todo lo que tiene. Se da cuenta de que es mejor dar que recibir.


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Texto Bíblico:

MATEO 5,1-16

Escriba en diez renglones lo que más le llama la atención del texto 

bíblico:
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Realiza un dibujo de las bienaventuranzas.















































Oración final y compromiso: 
Acción de gracias por todo lo recibido de parte de Dios. Motivar a los niños para que muy desde el corazón se comprometan a vivir siempre desde el amor de Dios.




Tema: DE EL REINO LOS CIELOS, EL REINO DE DIOS…

Oración: Acción de gracias por el amor que a diario nos ofrece, manifestado en los que nos rodean.

Motivación: El hacha y la cruz

Había una vez un joven que andaba buscando al Señor. Había oído que invitaba a todos para vivir en su Reino. Preguntando por su paradero, se enteró de que estaba monte adentro, con un hacha, para preparar cuanto cada uno de sus amigos necesitaba para el viaje hasta su Reino. Ni corto ni perezoso, se fue a buscarlo al bosque.
- ¿Qué estás haciendo?
- Estoy preparando una cruz para cada uno de mis amigos. Tendrán que cargar con ella para poder entrar en mi Reino.
- ¿Puedo ser yo también uno de tus amigos?, preguntó de nuevo el joven.
- ¡Claro que sí!, respondió Jesús. Estaba esperando que me lo pidieras. Ahora bien, si quieres serlo de verdad, tendrás que tomar tu cruz y seguir mis huellas, puesto que yo me voy sin más para preparar el lugar.
- ¿Cuál es mi cruz, Señor?
- Mira, esta que acabo de terminar. Esperaba que vinieras y me puse a prepararla.
    Preparada, lo que se dice preparada, no está, pensó el joven. En la práctica se trataba de dos troncos mal cortados con el hacha; por todas partes sobresalían ramas de cada tronco. No se había esmerado mucho Jesús con aquello. No obstante, pensando que quería entrar en el Reino, se dejó de miramientos y se decidió a cargar la cruz sobre sus hombros, comenzando a caminar con la mirada puesta en las huellas que había dejado el Maestro.
    Pero hete aquí que, nada más echar a andar, apareció el Diablo y se acercó sonriente a nuestro joven, gritando:
- ¡Eh, que te olvidas algo!
- Extrañado por aquella aparición y llamada, el joven miró hacia el Diablo, que se acercaba con un hacha en la mano.
- Pero, ¿cómo? ¿también tengo que llevarme el hacha?, peguntó molesto el muchacho.
- No sé -dijo el Diablo haciéndose el inocente-, pero me parece que es conveniente que te la lleves por si la necesitas para el camino. Además, sería una pena dejarla abandonada.
    La propuesta le pareció razonable y, sin pensarlo demasiado, tomó el hacha y reanudó el camino, que pronto se le hizo un tanto duro. Duro por la soledad. Él creía que lo haría acompañado por el maestro, pero sólo estaban sus huellas. Además, la cruz, pese a no ser muy pesada, era muy molesta al no estar bien terminada; las ramas que sobresalían del tronco se empeñaban en engancharse por todas partes, como si quisieran retenerlo, y se clavaban en su cuerpo, haciendo dolorosa la marcha.
    Una noche particularmente fría, se detuvo a descansar en un descampado. Depositó la cruz en el suelo, mientras se fijaba en el hacha. No hizo falta discurrir mucho para arreglar la cruz: con calma, fue cortando los nudos y las ramas salientes que más le molestaban. Mejoró el aspecto de los maderos y, a la par, logró un montoncito de leña para una hoguera donde calentarse un poco.
    Esa noche durmió tranquilo. A la mañana siguiente reanudó el camino. Noche a noche, su cruz iba siendo mejorada, se hacía más llevadera, y servía también para calentarse. Casi se sintió agradecido con el Diablo. Cada noche miraba la cruz, y hasta se sentía satisfecho con el resultado del trabajo para embellecerla. Ahora tenía ya un tamaño razonable, y estaba tan pulida que parecía brillar bajo los rayos del sol. Un poco más y hasta podría levantarla con una sola mano, como si fuera un estandarte. Si le daba tiempo antes de llegar, pensó, podría llegar a colgarla en el cuello con una cadenita. ¡Hasta resultaría un buen adorno sorbe su pecho!
    No le dio tiempo a realizar todos estos pensamientos. Al día siguiente se encontró delante de las murallas del Reino. No sólo estaba feliz por llegar a la meta, sino que también esperaba el momento de poder presentar a Jesús la cruz que tanto había perfeccionado.
    Ninguna de ambas cosas fue sencilla. En principio, resultó que la puerta de entrada del Reino estaba colocada en lo alto de la muralla, abierta como si de una ventana se tratara, a una altura considerable. Gritó insistentemente, anunciando su llegada. El Señor apareció en lo alto invitándole a entrar.
- Pero, Señor, ¿cómo puedo entrar? La puerta está demasiado alta y no alcanzo.
- Apoya la cruz contra la muralla, y luego trepa por ella. A propósito dejé yo tantas ramas en tu cruz, para que te sirviera ahora. Además, tiene el tamaño justo para que alcances la entrada.
    En aquel momento el joven se dio cuenta que realmente la cruz recibida tenía sentido; de verdad el Señor la había preparado bien. Sin embargo, ya era tarde para esto. Su pequeña cruz, tan pulida y recortada, resultaba un juguete inútil. El Diablo había resultado mal consejero y peor amigo.
Con todo, el Señor era más bondadoso y compasivo de cuanto era capaz de imaginar el joven. No se había olvidado de la buena voluntad del muchacho y hasta de su generosidad para seguirlo. Por eso le dio otra oportunidad y... ¡un consejo!
- Vuelve sobre tus pasos. Seguramente en el camino encontrarás alguno que esté cansado con su cruz. Ayúdale tú a traerla. De esta manera, harás que logre alcanzar la meta, y al mismo tiempo, podrás subir por ella para entrar en mi Reino.

Realizar la reflexión guiada con el catequista.

Mensaje:



Jesús explica los misterios del reino de Dios, por medio de las parábolas; y así hasta los niños y la gente más simple le puede entender.
Para comprender las parábolas debemos tener un corazón puro y sencillo, recordemos que la palabra de Dios es la semilla del reino.

Meditación del Papa Francisco

Nosotros sabemos que la historia tiene un centro: Jesucristo, encarnado, muerto y resucitado; que está vivo entre nosotros y que tiene una finalidad: el Reino de Dios, Reino de paz, de justicia, de libertad en el amor.

Y tiene una fuerza que la mueve hacia aquel fin: es la fuerza del Espíritu Santo. Todos nosotros tenemos el Espíritu Santo que hemos recibido en el bautismo. Y él nos empuja a ir hacia adelante en el camino de la vida cristiana, en el camino de la historia, hacia el Reino de Dios.

Este Espíritu es la potencia del amor que ha fecundado el seno de la Virgen María; y es el mismo que anima los proyectos y las obras de todos los constructores de paz. Donde hay un hombre y una mujer constructor de paz, es exactamente el Espíritu Santo quien ayuda y lo empuja a hacer la paz» (S.S. Francisco, 1 de enero de 2014).

Reflexión

El Reino de Dios ya está entre nosotros, aunque no completamente. Está entre nosotros porque Jesús ya ha venido a la tierra y nos ha dejado su presencia. Pero todavía falta algo. Es necesario que el Reino llegue al corazón de cada hombre. Sólo entonces podremos decir que ya ha llegado en toda su plenitud.

Jesús advierte que no se trata de un reino de ejércitos, de emperadores, de palacios, etc. sino que es algo mucho más sutil, menos notorio. Es un gobierno sobre los corazones, cuya ley es la caridad y Cristo es el soberano.

Dejar que Jesús reine en mi alma significa abrirle las puertas para que Él haga lo que quiera conmigo. Y El sólo entra y se queda a vivir si encuentra un alma limpia, es decir, sin pecado. Un alma en pecado es un lugar inhabitable para Dios. Por eso decimos que hay que vivir en continua lucha con nuestro peor enemigo, que es el pecado, porque sólo él nos aleja de Dios, la meta de nuestra vida.

¡Cómo sería el mundo si todos los hombres viviesen en gracia, en amistad con Dios! ¡Qué diferentes serían las cosas si todos los países adoptaran el mandamiento de la caridad universal como ley suprema!

Entonces, sí que podríamos decir que el Reino de los cielos ha llegado a la tierra.

Buscar las palabras CORAZÓN PURO, ENCARNADO, ESPÍRITU SANTO, JESUCRISTO, MUERTO, PARÁBOLAS, REINO DE DIOS, RESUCITADO, SEMILLA, SENCILLO.


Oración Final y compromiso: Acción de gracias por el reino que nos ha dejado y pidamos a Dios que sea él quien nos regale un corazón noble y sencillo para cooperar en hacerlo realidad día a día. 


Tema: JESÚS ENSEÑA LOS MISTERIOS DEL REINO DE DIOS

Oración: Oración de acción de gracias por los mensajes que Dios siempre nos ha enviado

Motivación: 
El bordado de Dios

Cuando yo era pequeño, mi mamá solía coser mucho. Yo me sentaba cerca de ella y le preguntaba qué estaba haciendo. Ella me respondía que estaba bordando. Siendo yo pequeño, observaba el trabajo de mi mamá desde abajo, por eso siempre me quejaba diciéndole que solo veía hilos feos. Ella me sonreía, miraba hacia abajo y gentilmente me decía: “Hijo, ve afuera a jugar un rato y cuando haya terminado mi bordado te pondré sobre mi regazo y te dejaré verlo desde arriba”.  Me preguntaba por qué ella usaba algunos hilos de colores oscuros y porqué me parecían tan desordenados desde donde yo estaba.  Más tarde escuchaba la voz de mamá diciéndome: “Hijo, ven y siéntate en mi regazo.”  Yo lo hacía de inmediato y me sorprendía y emocionaba al ver la hermosa flor o el bello atardecer en el bordado. No podía creerlo; desde abajo solo veía hilos enredados. Entonces mi mamá me decía: “Hijo mío, desde abajo se veía confuso y desordenado, pero no te dabas cuenta de que había un plan arriba.  Yo tenía un hermoso diseño. Ahora míralo desde mi posición, que bello.” 
Muchas veces a lo largo de los años he mirado al Cielo y he dicho: “Padre, ¿qué estás haciendo?”.  Él responde: “Estoy bordando tu vida.” Entonces yo le replicó: “Pero se ve tan confuso, es un desorden. Los hilos parecen tan oscuros, ¿por qué no son más brillantes?” El Padre parecía decirme: “Mi niño, ocúpate de tu trabajo confiando en Mi y un día te traeré al cielo y te pondré sobre mi regazo y verás el plan desde mi posición. Entonces entenderás…”

Mensaje:
¿Qué son las parábolas?

Las parábolas son relatos, historias escuetas, claras, sencillas, y su finalidad es transmitir una enseñanza del modo más comprensible y fácil de recordar.

En todas destaca la pequeñez de los comienzos; y el crecimiento progresivo de este Reino; su fuerza regeneradora para los llamados por Dios a la salvación, que alcanzarán si corresponden a esa vocación.

Jesús predica utilizando parábolas, es decir, ejemplos vivos, imágenes tomadas de la vida ordinaria, dándoles contenidos ricos y amplios. Después un año de recorrer los caminos de Palestina, predicando el Evangelio del Reino y confirmando su doctrina con innumerables milagros. Muchos creen, otros no. Jesús habla del Reino de Dios con tacto y utiliza parábolas en las que, sin ocultar que está diciendo cosas nuevas incita a los oyentes a interesarse y les advierte: "!quién tenga oídos para oír, que oiga". Entenderán los que tengan un corazón dispuesto a la conversión a Dios con el rechazo del pecado, también en sus formas más sutiles.

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Texto bíblico:
MATEO 13, 10- 17 Leer, analizar y contestar las siguientes preguntas:

¿Quiénes se acercaron a Jesús? ___________________________________________

¿Qué preguntaron? ___________________________________________

¿Cuál fue la respuesta de Jesús? ______________________________________________________________________________________
__________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________

¿Por qué Jesús nos habla por medio de parábolas? ___________________________________________
____________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________

Jesús dice que este es un pueblo de conciencia endurecida, ¿por qué lo dirá? 
_____________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________

¿Por qué le dice Jesús a sus discípulos que son dichosos? ___________________________________
__________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________



Oración final y compromiso: El catequista dirigirá una oración en acción de gracias por la oportunidad que Dios nos ha regalado para participar de este encuentro. Motivar a los niños para que se comprometan a leer diariamente algunos versículos de las Sagradas Escrituras.



Tema: 
NO HAY AMOR MAS GRANDE…   QUE EL DE AQUEL QUE DALA VIDA POR LAS PERSONAS QUE AMA.
Oración: Acción de gracias por la vida de todos los sacerdotes, obispos y Santo Padre. 

Motivación: El Señor es mi Pastor - Hermana Glenda

 
El Señor es mi Pastor, con Él nada me falta, 
En verdes praderas, Él me hace recostar, 
Me conduce hacia fuentes tranquilas, 
Y repara mis fuerzas, 
Me guía por sendero Justo, 
Por el Honor de Su Nombre…. 

El Señor es mi Pastor, con Él nada me falta, 
En verdes praderas, Él me hace recostar, 
Aunque camine por cañadas, oscuras, 
Nada temo porque Tú, Tú vas conmigo, 
Tu Vara y Tu Cayado…… me sosiegan, 

El Señor es mi Pastor, con Él nada me falta, 
En verdes praderas, Él me hace recostar, 
Preparas una mesa ante mí, 
En frente de mis enemigos, 
Me unges la cabeza con perfume, 
Y mi copa rebosa……. 

El Señor es mi Pastor, con Él nada me falta, 
En verdes praderas, Él me hace recostar, 
Tu Bondad y Misericordia, me acompañan, 
Todos los días de mi vida, 
Y Habitaré en la Casa del Señor, 
Por años sin término……. 

El Señor es mi Pastor, con Él nada me falta, 
En verdes praderas, Él me hace recostar, 
El Señor es mi Pastor…


Mensaje: 

PARÁBOLA DEL BUEN PASTOR: JUAN 10,11-18




Texto Bíblico: Juan 10, 1-18, Leer el texto bíblico y completar.

EL BUEN PASTOR

«En _______ les digo: el que no ________ por la puerta en el corral de las ________, sino que salta por algún otro lado, ése es un _________ y un ___________. 

El que entra por la __________ es el ___________ de las ovejas. 
El ___________ le __________ y las ovejas __________ su voz; llama por su _________ a cada una de sus _________ y las saca _________. 

Cuando ha sacado ___________ sus ovejas, empieza a ___________ delante de ellas, y las ovejas lo ________ porque __________ su voz. 
A otro no lo __________, sino que __________ de él, porque no __________ la voz de los ____________.» 
Jesús usó esta ________________, pero ellos no ________________ lo que les quería decir.
Jesús, pues, tomó de nuevo la ____________: En verdad les digo que yo soy la ______________ de las ovejas. 
Todos los que han venido eran ________________ y _______________, y las ovejas no les hicieron caso. 
Yo soy la ____________: el que entre por mí _________ a salvo; ____________ y ___________ y encontrará ___________. 
El ladrón sólo viene a ____________, _______________ y ___________, mientras que yo he venido para que tengan ____________ y la tengan en ______________. 

Yo soy el ___________ ____________. El buen pastor da su ___________ por las ovejas. 
No así el ______________, que no es el pastor ni las ovejas son suyas. Cuando ve venir al lobo, ___________ abandonando las ovejas, y el lobo las ____________ y las ___________. 

A él sólo le interesa su ____________ y no le importan nada las ______________. Yo soy el Buen Pastor y conozco a los __________ como los míos me ___________ a mí, lo mismo que el ________ me conoce a mí y yo conozco al Padre. Y yo doy mi vida por las ovejas. 
Tengo otras ovejas que no son de este ___________. A ésas también las ______________; escucharán mi voz, y habrá un solo ____________ con un solo pastor.  El Padre me ama porque yo doy mi vida para ________________ de nuevo. 

Nadie me la quita, sino que yo mismo la ¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬____________. En mis manos está el __________ y el _____________________: éste es el mandato que recibí de mi Padre.»


“ERES MI PASTOR, OH SEÑOR”

Aprender los misterios del Santo Rosario








Tema: QUÉDATE CON NOSOTROS SEÑOR
Oración: Acción de gracias por el infinito amor que nos ofrece.
Motivación: 
Jesús Eucaristía

Jesucristo, Señor de la Historia,
que estuviste, que estás y estarás...
sos Presencia, Esperanza y Memoria,
sos el Dios de la Vida hecho Pan...

Sos el mismo Jesús que estuviste
junto al Lago de Genesaret,
y ante el hambre del pueblo exigiste:
­Denle ustedes, por Dios, de comer!

­Quédate con nosotros, Jesús,
que da miedo tanta oscuridad...!
no es posible, morirse de hambre
en la patria bendita del pan...!

­Quédate con nosotros, Señor,
que hace falta un nuevo Emaús!
­la propuesta será: compartir
como vos, y en tu nombre, Jesús!

Primitivo ritual de pastores
que fue luego banquete pascual,
homenaje de nuestros mayores
al Dios vivo de su Libertad...

Cena santa, signo y profecía;
memorial de Jesús Servidor;
Nueva Alianza de la Eucaristía
que es Misterio de Fe y Comunión.

Sacrificio de la propia vida
que se ofrece y se da a los demás;
Cuerpo y Sangre, comida y bebida,
Que hace y nutre la Comunidad.

Sos la Fiesta de cada semana
que resume y celebra el Amor,
el amor que perdona y hermana
y es sincera Reconciliación.

Jesucristo, Señor de la Historia,
que pusiste en el Vino y el Pan
tu Presencia real, tu Victoria
sobre el Tiempo, la Muerte y el Mal.

Que tu Madre, la Virgen Morena,
siga estando junto a Nuestra Cruz,
y nos muestre que vale la pena
entregarse por el Bien Común.

Somos hijos del Dios Padre y Madre
que es ternura y ayuda eficaz:
­desde la Compasión y el Coraje,
reinventemos Nuestra Caridad!

Somos Rostro de un Dios Trinitario
que aparece cuando hay Comunión,
cuando somos todos solidarios,
cuando el pobre es sujeto y señor.

(al estribillo)




Mensaje: 

Jesús está sentado a la derecha de Dios padre;  sin embargo esta en medio de nosotros, de muchas formas y sentimos su presencia.
Además el señor está presente en todos y cada uno de los sacramentos. Él está realmente presente en el santísimo sacramento de la eucaristía; por eso debemos prepararnos para recibirlo, con todo el cuerpo el alma y el corazón.

“QUIEN COME SU CARNE Y BEBE SU SANGRE, TIENE VIDA ETERNA”. 

Quédate con nosotros, Señor, esta noche.
Quédate para adorar, alabar y dar gracias al Padre por nosotros, mientras dormimos; que baje del cielo tu Misericordia sobre el mundo.

Alivia desde los Sagrarios de la tierra la prolongada noche de sufrimiento y pena de las benditas almas del Purgatorio.

Quédate con nosotros, Señor, para alejar la justa ira de Dios de nuestras ciudades que atraen la justicia del cielo con sus densísimas nubes de vicios y males.

Quédate con nosotros, Señor, para guardar a los inocentes, para sostener a los tentados, para levantar a los caídos, para subyugar el poder del demonio, para impedir el pecado.

Quédate con nosotros, Señor, para consolar a los que sufren, para bendecir a los que yacen en el lecho del dolor, para dar contrición a los que mueren, para recibir en los brazos de tu misericordia a las miles de almas que se presentarán ante Ti esta noche para ser juzgadas.

¡Oh, Buen Pastor!, quédate con tus ovejas, defiéndelas de los peligros que las rodean y las amenazan.
Pero, sobre todo, quédate con los que sufren y con los agonizantes. Danos una noche tranquila y una muerte serena.


Oh, Dios, sé nuestro Padre misericordioso hasta los últimos instantes de nuestra vida, para que sin temor podamos presentarnos delante de Ti, para ser juzgados.


http://es.catholic.net





Texto Bíblico: Juan 6,54-58


Visitar con más frecuencia a Jesús Sacramentado, presente
 en el sagrario.




JESUS ENVIA EL ESPIRITU QUE ANIMA LA IGLESIA





El espíritu santo ha sido enviado a la iglesia por el padre y por el hijo, el ánima y fortalece permanente mente la iglesia para que pueda cumplir con entusiasmo su misión y celebrar la salvación en los sacramentos.
El derrama sobre cada fiel cristiano sus dones y sus frutos.
·         El espíritu santo da vida.
·         El espíritu santo santifica (hace santos).
·         El espíritu santo consuela y sana.
·         El espíritu santo infunde en el alma del creyente los siete dones y los doce  frutos:


Dones


Frutos



Citas bíblicas:
 Ez. 37,1-14
Gálatas 5,16-26
1 corintios 12,1





1.    Copiar en mi libro de oraciones la oración al espíritu santo.
2. Enumera y escribe los siete dones y al frente escribe si  se aplican en tu vida y por que.


3. De igual manera analiza los frutos y luego escribe ,cual de ellos en tu vida se ve con mas frecuencia y por que.








             DIEZ PALABRAS DE VIDA:


LOS MANDAMIENTOS

DIOS ENSEÑO A LA HUMANIDAD EL CAMINO DE LA VIDA Y DE LA FELICIDAD EN LOS DIEZ MANDAMIENTOS. POR ESO ES IMPORTANTE QUE LOS APRENDAS DE MEMORIA Y QUE LOS APLIQUES CORRECTAMENTE EN LAS DIVERSAS CIRCUNSTANCIAS DE LA VIDA.

El primero, amarás a Dios sobre todas las cosas.

El segundo, no tomarás el nombre de Dios en vano.

El tercero, santificarás las fiestas.
El cuarto, honrarás a tu padre y a tu madre.
El quinto, no matarás.
El sexto, no cometerás actos impuros.
El séptimo, no hurtarás.
El octavo, no dirás falso testimonio ni mentirás.
El noveno, no consentirás pensamientos ni deseos impuros.
El décimo, no codiciarás los bienes ajenos.

Estos diez mandamientos se resumen en dos:
Amarás a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a ti mismo.

LECTURAS BÍBLICAS: 1 JUAN 4,7-11 ; MARCOS 12,28-34




Aprende los mandamientos de la ley de Dios.
Haz un dibujo que represente cada uno de los mandamientos.
Copio otra vez los diez mandamientos y debajo de cada dibujo escribo dos ejemplos de como se puede vivir de acuerdo con ese mandamiento, sería bueno hacerlo en casa con el papá y la mamá.





EUCARISTÍA




La Eucaristía es la consagración del pan en el Cuerpo de Cristo y del vino en su Sangre que renueva mística y sacramentalmente el sacrificio de Jesucristo en la Cruz. La Eucaristía es Jesús real y personalmente presente en el pan y el vino que el sacerdote consagra. Por la fe creemos que la presencia de Jesús en la Hostia y el vino no es sólo simbólica sino real; esto se llama el misterio de la transubstanciación ya que lo que cambia es la sustancia del pan y del vino; los accidente—forma, color, sabor, etc.— permanecen iguales.

La institución de la Eucaristía, tuvo lugar durante la última cena pascual que celebró con sus discípulos y los cuatro relatos coinciden en lo esencial, en todos ellos la consagración del pan precede a la del cáliz; aunque debemos recordar, que en la realidad histórica, la celebración de la Eucaristía ( Fracción del Pan ) comenzó en la Iglesia primitiva antes de la redacción de los Evangelios.

Los signos esenciales del sacramento eucarístico son pan de trigo y vino de vid, sobre los cuales es invocada la bendición del Espíritu Santo y el presbítero pronuncia las palabras de la consagración dichas por Jesús en la última Cena: "Esto es mi Cuerpo entregado por vosotros... Este es el cáliz de mi Sangre..."
. Encuentro con Jesús amor

Necesariamente el encuentro con Cristo Eucaristía es una experiencia personal e íntima, y que supone el encuentro pleno de dos que se aman. Es por tanto imposible generalizar acerca de ellos. Porque sólo Dios conoce los corazones de los hombres. Sin embargo sí debemos traslucir en nuestra vida, la trascendencia del encuentro íntimo con el Amor. Resulta lógico pensar que quien recibe esta Gracia, está en mayor capacidad de amar y de servir al hermano y que además alimentado con el Pan de Vida debe estar más fortalecido para enfrentar las pruebas, para encarar el sufrimiento, para contagiar su fe y su esperanza. En fin para llevar a feliz término la misión, la vocación, que el Señor le otorgue.

Si apreciáramos de veras la Presencia real de Cristo en el sagrario, nunca lo encontraríamos solo, únicamente acompañado de la lámpara Eucarística encendida, el Señor hoy nos dice a todos y a cada uno, lo mismo que les dijo a los Apóstoles "Con ansias he deseado comer esta Pascua con vosotros " Lc.22,15. El Señor nos espera con ansias para dársenos como alimento; ¿somos conscientes de ello, de que el Señor nos espera el Sagrario, con la mesa celestial servida.? Y nosotros ¿ por qué lo dejamos esperando.? O es que acaso, ¿ cuando viene alguien de visita a nuestra casa, lo dejamos sólo en la sala y nos vamos a ocupar de nuestras cosas.?


Eso exactamente es lo que hacemos en nuestro apostolado, cuando nos llenamos de actividades y nos descuidamos en la oración delante del Señor, que nos espera en el Sagrario, preso porque nos "amó hasta el extremo" y resulta que, por quien se hizo el mundo y todo lo que contiene (nosotros incluidos) se encuentra allí, oculto a los ojos, pero increíblemente luminoso y poderoso para saciar todas nuestras necesidades.

ACTIVIDAD:

Desarrollar la siguiente actividad







SANTIFICARAS EL DÍA DEL SEÑOR




PARTES DE LA SANTA MISA:

RITOS INICIALES
Son ritos introductorios a la celebración y nos preparan para escuchar la palabra y celebrar la eucaristía.

PROCESIÓN DE ENTRADA

Llegamos al templo y nos disponemos para celebrar el 


misterio más grande de nuestra fe. Acompañamos la procesión de entrada cantando con alegría.




SALUDO INICIAL

Después de besar el altar y hacer la señal de la cruz, el sacerdote saluda a la asamblea.



ACTO PENITENCIAL

Pedimos humildemente perdón al Señor por todas nuestras 
faltas.


GLORIA
Alabamos a Dios, reconociendo su santidad, al mismo 
tiempo que nuestra necesidad de Él.



ORACIÓN COLECTA


Es la oración que el sacerdote, en nombre de toda la 
asamblea, hace al Padre. En ella recoge todas las 
intenciones de la comunidad.


Liturgia de la Palabra


Escuchamos a Dios, que se nos da como alimento en su 
Palabra, y respondemos cantando, meditando y rezando.



PRIMERA LECTURA


En el Antiguo Testamento, Dios nos habla a través de la historia del pueblo de Israel y de sus profetas.



SALMO
Meditamos rezando o cantando un salmo.


SEGUNDA LECTURA

En el Nuevo Testamento, Dios nos habla a través de los 
apóstoles.


EVANGELIO
El canto del Aleluya nos dispone a escuchar la 

proclamación del misterio de Cristo. Al finalizar aclamamos diciendo: 

"Gloria a ti, Señor Jesús".


HOMILÍA

El celebrante nos explica la Palabra de Dios.


CREDO


Después de escuchar la Palabra de Dios, confesamos 


nuestra fe.



ORACIÓN DE LOS FIELES



Rezamos unos por otros pidiendo por las necesidades de 

todos.


Liturgia de la Eucaristía

Tiene tres partes: Rito de las ofrendas, Gran Plegaria Eucarística (es el núcleo de toda la celebración, es una plegaria de acción de gracias en la que actualizamos la muerte y resurrección de Jesús) y Rito de comunión.

PRESENTACIÓN DE LAS OFRENDAS
Presentamos el pan y el vino que se transformarán en el cuerpo y la sangre de Cristo. Realizamos la colecta en favor de toda la Iglesia. Oramos sobre las ofrendas.

PREFACIO

a oración de acción de gracias y alabanza a Dios, al tres veces santo

EPÍCLESIS
El celebrante extiende sus manos sobre el pan y el vino e invoca al Espíritu Santo, para que por su acción los transforme en el cuerpo y la sangre de Jesús.

CONSAGRACIÓN
El sacerdote hace "memoria" de la última cena, pronunciando las mismas palabras de Jesús. El pan y el vino se transforman en el cuerpo y en la sangre de Jesús.

ACLAMACIÓN
Aclamamos el misterio central de nuestra fe.

INTERCESIÓN
Ofrecemos este sacrificio de Jesús en comunión con toda la Iglesia. Pedimos por el Papa, por los obispos, por todos los difuntos y por todos nosotros.

DOXOLOGÍA
El sacerdote ofrece al Padre el cuerpo y la sangre de Jesús, por Cristo, con él y en él, en la unidad del Espíritu Santo. Todos respondemos: "Amén".

PADRENUESTRO
Preparándonos para comulgar, rezamos al Padre como Jesús nos enseñó.

COMUNIÓN
Llenos de alegría nos acercamos a recibir a Jesús, pan de vida. Antes de comulgar hacemos un acto de humildad y de fe.

ORACIÓN
Damos gracias a Jesús por haberlo recibido, y le pedimos que nos ayude a vivir en comunión.

RITOS DE DESPEDIDA
Son ritos que concluyen la celebración.

BENDICIÓN
Recibimos la bendición del sacerdote.

DESPEDIDA Y ENVÍO
Alimentados con el pan de la Palabra y de la Eucaristía, volvemos a nuestras actividades, a vivir lo que celebramos, llevando a Jesús en nuestros corazones.








ENCUENTRO CON JESUS QUE TRANSFORMA

Nuestro Padre, que nos creó por amor, tiene un propósito concreto para cada uno de nosotros: vivir esta vida en plenitud, aquella vida de la que Jesús nos habla en el Evangelio de San Juan: “Yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia” (Juan 10,10).

Dios quiere que vivamos esta vida en plenitud, con la esperanza maravillosa de que lleguemos a vivir la otra vida después de la muerte, la vida eterna, para la cual Él vino a pagar el precio en la cruz del Calvario. ¡El plan de Dios para nosotros es maravilloso!

En los evangelios vemos que Jesús tuvo muchas experiencias de diálogo con diferentes personas y la vida de la gran mayoría de esas personas, que tuvieron un contacto directo y personal con Jesús, les cambió por completo. Respecto a esto, quiero afirmar con toda seguridad en mi corazón que es sumamente importante que nosotros los católicos entendamos esto: Si no logramos tener una experiencia personal de Dios, será muy difícil para nosotros entender el plan divino. Los católicos de hoy tenemos que darle lugar a este momento de encuentro con Cristo, el mismo encuentro que también vivieron los primeros discípulos, una experiencia tan dinámica y profunda que les estremeció la vida y nunca más fueron los mismos. El verdadero discípulo de Jesucristo es aquella persona que ha tenido este encuentro con Jesucristo, de tal manera que su vida, a partir de ese momento, jamás vuelve a ser la misma de antes.

Leamos una historia maravillosa que nos relata San Lucas: “Jesús vio dos barcas en la playa… Jesús subió a una de las barcas, que era de Simón, y le pidió que la alejara un poco de la orilla. Luego se sentó en la barca, y desde allí comenzó a enseñar a la gente. Cuando terminó de hablar, le dijo a Simón: —Lleva la barca a la parte honda del lago, y echen allí sus redes, para pescar. Simón le contestó: —Maestro, hemos estado trabajando toda la noche sin pescar nada; pero, ya que tú lo mandas, voy a echar las redes. Cuando lo hicieron, recogieron tanto pescado que las redes se rompían… Al ver esto, Simón Pedro se puso de rodillas delante de Jesús y le dijo: —¡Apártate de mí, Señor, porque soy un pecador! … Pero Jesús le dijo a Simón: —No tengas miedo; desde ahora vas a pescar hombres. Entonces… lo dejaron todo y se fueron con Jesús” (Lucas 5,1-11).

Las barcas vacías. Me llama mucho la atención donde dice que Jesús vio dos barcas en la playa que evidentemente estaban vacías, sin uso. Obviamente la función de las barcas era navegar sobre el agua y estos pescadores las usaban para ganarse la vida, pero en esta ocasión estaban “en la playa”, es decir, vacías. Yo me pregunto, ¿cuántos hombres y mujeres están vacios por dentro? No están ejerciendo su misión ni el plan que Dios tiene para ellos, porque se sienten vacíos; hay tantas personas hoy que desean encontrar la verdadera felicidad, pero se encuentran vacías; han probado una y otra cosa tratando de llenar el vacío.

Muchos dan su vida por tener cosas materiales, porque piensan que eso les va a llenar el vacío del corazón, y así hay muchas barcas vacías. En innumerables hogares los padres están vacíos, no tienen vida espiritual, y por eso vemos las estadísticas de los divorcios, porque hay un vacío en el corazón. A veces creemos que, en el matrimonio, mi marido, mi esposa, va a llenar el vacío. Ciertamente todos necesitamos el amor mutuo de unos con otros, pero en realidad el único que puede llenar verdaderamente el vacío del alma es Jesucristo, el Salvador del Mundo.

Las cosas materiales, los apetitos carnales, te darán un poco de satisfacción por un rato, pero nada más. Por eso la persona que está dedicada solamente a llenar ese vacío con algo de placer por un momento, siempre deseará volver a llenarlo, porque esa es la única felicidad que logra tener.

Vayan mar adentro. Luego, sucede algo interesante: ¡Qué humilde es el Señor cuando le pide “ayuda a un pecador”! Le pide prestada la barca a Pedro y esa barca se convierte en un púlpito. Luego le dice que la lleve a la parte más honda del lago. Simón Pedro alega que han estado trabajando toda la noche y no han logrado conseguir nada. ¿Cuántos se encuentran hoy en la misma situación, de haber trabajado hasta cansarse sin conseguir nada concreto? Los pescadores estaban tristes, agobiados, cansados porque habían trabajado en vano. Pero al escuchar las palabras del Maestro, Simón Pedro obedece: “Ya que tú lo dices, vamos a la parte más honda a tirar las redes.”

El Señor nos llama a no vivir en la superficie, a no quedarnos a la orilla del lago, sino a adentrarnos mar adentro en la vida del espíritu, dejando que Dios ilumine nuestra vida. Hoy Jesús nos dice “¡Vayan mar adentro!” Cada uno tendrá que responder “sí” o “no”. Simón obedeció y comenzó a ver una pesca milagrosa.

Muchas personas quieren encontrar algo que les haga felices, que les dé la felicidad. Hay muchas voces en el mundo que dicen “Si tienes esto o haces esto vas a ser feliz.” Y como andamos tan desesperados, como seres humanos que nacimos para amar y ser amados, buscando esa felicidad, vamos de un lugar a otro y a otro, pero seguimos en la misma situación. En medio de tantas voces, es importante detenerse para escuchar la voz del Maestro, que nos dice: “No es para ese lado, es para ese otro lado”. Escucha la voz del Maestro, porque Él te indica el camino a la verdadera dicha.

El encuentro transformador. Al ver la inmensa pesca, a Simón se le olvidaron los pescados y todo aquello que en otro momento habría sido la gran felicidad, y su atención se fue a quien le había dicho que llevara la barca mar adentro. Simón pensó: “En este momento lo importante no es la gran pesca; lo importante es que estoy delante del Hijo de Dios. Estoy delante de un hombre que es ungido y es enviado por Dios.” Lo entendió así, por eso se postró a los pies de Jesús y le dijo: “Apártate de mí, porque soy un pecador”.

Cuando hay un encuentro real y personal con Jesucristo, no hay nada que uno no pueda ver en su vida y espontáneamente le nace decir: “Le he fallado a Dios muchas veces.” Cuando miras la luz que resplandece, puedes ver las sombras de tu vida. Algo característico que sucede cuando una persona tiene este encuentro con el Señor es un verdadero cambio de vida, porque se ve a sí mismo y piensa: “Yo no merezco que Dios me ame tanto, porque soy un pecador.” Pedro se puso de rodillas y le dijo al Señor: “Aquí está mi vida, Señor. Lo he probado de todo, pero mi corazón está vacío. Aquí estoy, soy un pecador y te he fallado.”

Tal vez Simón pensó que Jesús le iba a decir: “¿Sabes qué? Si eres un pecador, mejor te apartas de mí. Si has hecho tantas cosas malas, entonces, vete. El llamado no es para ti.” Pero no fue eso lo que le respondió el Señor: “Simón, no tengas miedo. Conozco tu vida, amigo. Sé lo que has hecho y no te digo que te vayas. Mejor, acércate más. No temas.”

Por eso, hermano que lees estas líneas, no temas, Dios no te va a rechazar. No importa lo que hayas hecho, Dios no quiere tu pecado, pero te ama a ti y te dice “no temas”. En realidad aquí en nuestra Iglesia fundada por Jesucristo, es muy importante decirles a todos los catequistas, a los sacerdotes, los movimientos, los apostolados y los seglares, que tenemos que seguir haciendo hincapié en que todos los que prestaron oído a la voz de Jesús y se entregaron sin reservas tuvieron un encuentro personal con Él.

Si pensamos que por ser católicos ya hemos conocido a Jesucristo, estamos equivocados. Es tiempo para los que tenemos hijos que les digamos, “Hijo, ¿has tenido un encuentro con Jesús?” “¿Qué es ese encuentro?” Y se lo explicamos. “No basta, hijo, que te hayamos llevado a bautizar a la iglesia, a ser confirmado y hacer tu primera comunión. Es que para comprender el amor de Dios, tienes que tener un encuentro sincero y personal con Jesucristo el Señor.” Y toda la iglesia tiene que hacer eso, porque ahí es donde se dan las conversiones y allí es donde surgieron los mártires, los santos y santas de la Iglesia, que tuvieron una experiencia de Dios que transformó su vida. Estas personas nunca volvieron a ser las mismas.

Cuando Jesús le dice a Simón “no tengas miedo” es como si le dijera “La misericordia de mi Padre es más grande que todos tus pecados, Simón.” La misericordia de Dios es grande para todos nosotros, hermanos. Su amor, es infinito y nos ama aunque nosotros seamos pecadores. Cuando leas de nuevo este pasaje de Lucas 5, pon tu nombre ahí en vez del de Simón.

Y después Jesús les da una misión: “Yo los voy a hacer pescadores de hombres, para que así como han encontrado esta experiencia del amor de Dios, ustedes vayan a ser portadores de ese amor. Antes ustedes tiraban las redes para sacar pescados; ahora las van a tirar compartiendo la buena noticia, para que muchos conozcan el amor divino del Padre.”

¿Y qué vas a dejar tú? Dice la Escritura al final: “Lo dejaron todo y se fueron con Jesús.” El Señor quiere preguntarte: “¿Qué vas a dejar hoy? Deja tu rencor, tu desconfianza, tus temores, tu pecado.” Porque cuando se ha tenido una experiencia de esa índole con Dios, no puedes seguir siendo el mismo. Hoy el Señor nos pide dejar algo. ¿Qué vamos a dejar, para poder seguir a Jesús? ¿Nuestro egoísmo? ¿Nuestras adicciones? ¿El orgullo? Dios quiere que dejemos aquello que nos impide seguir al Maestro. Tú sabrás en tu corazón lo que tienes que dejar hoy para seguir a Jesús.


Nosotros miramos rostros; Jesús mira tu corazón. No pasas desapercibido por la mirada de Dios. Si hoy estás decidido o decidida tener un cambio de vida y no le has respondido al Señor, te invito a que lo hagas ahora; no dejes pasar esta oportunidad de abrirle tu corazón y tener ese encuentro personal con el Señor de Señores y Rey de Reyes. Hazlo ahora.

Analicemos el encuentro de Jesús con Zaqueo





DÍA DEL SEÑOR, DÍA DE LA COMUNIDAD, DÍA DE LOS DÍAS



Nuestro señor Jesucristo resucito en la noche del sábado al domingo y por eso desde  el comienzo de la iglesia, los discípulos del señor,  ósea los cristianos, se reúnen todos los domingos para festejar la resurrección. Así el domingo es el día del señor. (En latín “dies dominicus”).

El domingo es:
Día del señor,
Día de descanso,
Día de la comunidad,
Día del hombre,
Día de los días.

No podre faltar ningún domingo a misa, en la cual participare con entusiasmo y con alegría y me alimentare de la palabra del señor y de su cuerpo y de su sangre.
Trabajare por lograr que mi familia participe más asidua mente de la eucaristía dominical.

Ante tal panorama nos preguntamos ¿cómo entender realmente el domingo? ¿qué es? El Catecismo de la Iglesia Católica nos dirá: "La Iglesia, desde la tradición apostólica que tiene su origen en el mismo día de la resurrección de Cristo, celebra el misterio pascual cada ocho días, en el día que se llama con razón "día del Señor" o domingo. El día de la Resurrección de Cristo es a la vez el "primer día de la semana", memorial del primer día de la creación, y el "octavo día" en que Cristo, tras su "reposo" del gran Sabbat, inaugura el Día "que hace el Señor", el "día que no conoce ocaso". El "banquete del Señor" es su centro, porque es aquí donde toda la comunidad de los fieles encuentra al Señor resucitado que los invita a su banquete... Para los cristianos vino a ser el primero de todos los días, la primera de todas las fiestas, el día del Señor ("Hé kyriaké hémera", "dies dominica"), el "domingo"" (CIC, 1166.2174). Es mediante la Resurrección del Señor que el domingo es establecido como el día privilegiado, como el día de la Reconciliación.


A pesar de esto hay quienes critican fuertemente a la Iglesia católica por haber cambiado el precepto bíblico del descanso sabático, sustituyendo así la enseñanza divina con preceptos humanos, tomándose la libertad de convertir el domingo como el Día de los días, el Día principal. ¿Es esto verdad?


Para responder a esta crítica repasemos rápidamente los inicios de la historia de manera que entendamos el significado del día sábado: "Y acabó Dios en el día séptimo su obra que hizo y descansó el día séptimo de toda su obra que había hecho y bendijo Dios el día séptimo y lo santificó; porque en él cesó Dios toda la obra creadora..." (Gén 2, 2-3). Este día, el último día de la creación, donde Dios había terminado su obra creadora fue declarado día Santo y día de descanso en el Monte Sinaí; el día para recordar la alianza de Dios con su pueblo. "Recuerda el día del sábado (sabbath = descanso) para santificarlo. Seis días trabajarás, pero el día séptimo es día de descanso para Yahvé, tu Dios. No harás ningún trabajo..." (Ex 20, 8, 10). Los elementos que podemos extraer del relato de la Creación de la Sagrada Escritura son los siguientes:


a. Último día de la creación.


El día del descanso es "bendecido" y "santificado" por Dios, o sea, separado de otros días para ser, entre todos el "día del Señor". Es un día para ocuparnos de las cosas santas y no de las profanas, trabajar sería "profanar" el día santo.


b. Día de liberación.


El sábado se establece como ley de liberación en el Monte Sinaí (ver Dt 5,15). Yahvéh quiere que los judíos festejen el día de su liberación y del poder de Dios.


c. Día santo y santificado por Dios.


El día del descanso es "bendecido" y "santificado" por Dios, o sea, separado de otros días para ser, entre todos, el "día del Señor". Es un día para ocuparnos de las cosas santas y no de las profanas, trabajar -para el judío- sería "profanar" el día santo


d. Día consagrado a Yahvé.


El Señor del sábado es Yahvé, los judíos lo llamaban el día de Yahvé, el día consagrado a Yahvé (ver Ex 16, 23- 25).


Después de haber visto todo esto alguien podría preguntar ¿Es qué hay una oposición entre lo dicho en el Antiguo Testamento y el anuncio del Señor Jesús? No hay ninguna oposición, todos los elementos que hemos repasado encuentran su plenitud con la venida del Señor Jesús; análogamente -siendo conscientes de la limitación de la analogía- es como si primero tuvieras un televisor a blanco y negro en el que ves la imagen tal como es pero luego tienes un televisor a colores en el que ves la misma imagen pero de manera más nítida y más clara. El Papa Juan Pablo II menciona en la carta apostólica Dies Domini: "El domingo, pues, más que una "sustitución" del sábado, es su realización perfecta, y en cierto modo su expansión y su expresión más plena, en el camino de la historia de la salvación, que tiene su culmen en Cristo... Lo que Dios obró en la creación y lo que hizo por su pueblo en el Éxodo encontró en la muerte y resurrección de Cristo su cumplimiento... Es en Cristo que se realiza plenamente el sentido espiritual del sábado, como subraya San Gregorio Magno: "Nosotros consideramos como verdadero sábado la persona de nuestro Redentor, Nuestro Señor Jesucristo"" (Dies Domini, 18). Entre los elementos más importantes sobre este punto están:


a. Jesucristo es el Señor del sábado.


Los judíos se enfadaban con Jesús porque trabajaba el sábado sanando a las personas. (ver Mc 3, 1). Jesús se defiende afirmando que Él es "el Señor del sábado". (ver Mc 2, 23-28). Con su ejemplo, el Señor nos enseña que el sábado debemos trabajar haciendo el bien a los demás, porque la caridad no tiene tiempo, está por encima de los demás mandamientos.


b. El domingo es el día de la fe, para confesar que "Jesús es el Señor".


Jesucristo al declararse Señor del sábado, se adjudica además un título divino, por eso los fariseos querían matarlo. El domingo es el día en que los cristianos confesamos la divinidad y el señorío de Cristo; en ese día Tomás confesó su divinidad y señorío: "Señor mío y Dios mío" (ver Jn 20,26-28). Al cambiar el día de culto, confesamos a Jesús como Dios y Señor del tiempo y de la historia.


c. Dios sigue trabajando.


El Antiguo Testamento dice que Yahvé descansó de toda obra creadora, el Nuevo Testamento nos revela que Dios sigue trabajando (ver Jn 5,17). Si sigue trabajando, quiere decir que la obra de Dios no se acabó el sábado. El pecado de Adán introdujo desorden en el mundo y era necesario un día más de trabajo y un nuevo día de descanso.


d. Un nuevo día.


Con Cristo se inaugura un tiempo nuevo y definitivo. Él es el Alfa y el Omega, y como el domingo es el día primero de la semana y el último de la creación. La Sagrada Escritura lo llama y la Iglesia lo proclama: El día del Señor (ver Ap 1, 8.10).


e. Nueva Creación.


Ya con el profeta Isaías se predice una nueva creación (ver Is 65,17). ¿Y cuál es la Nueva Creación? La nueva creación es la iniciada con la resurrección de Cristo porque él es el primer nacido de entre los muertos, él es el principio de esa nueva creación (ver Col 1,18).


Por último nos debe quedar muy claro que el domingo es "el día del Señor, el día de la Resurrección, el día de los cristianos, es nuestro día. Por eso es llamado día del Señor: porque es en este día cuando el Señor subió victorioso junto al Padre. Si los paganos lo llaman día del sol, también lo hacemos con gusto; porque hoy ha amanecido la luz del mundo, hoy ha aparecido el sol de justicia cuyos rayos traen la salvación" (CIC, 1166).






Hacer un dibujo  de lo que más te llama la atención de la eucaristía.









EN LA EUCARISTÍA VIVIMOS EL NUEVO MANDAMIENTO





En la eucaristía vivimos plenamente el signo del amor por Jesús.
Jesús celebro la pascua con sus discípulos dejándonos como memorial de su resurrección el pan, que es su cuerpo y el vino que es su sangre, con los cuales nos alimentamos para la vida eterna.
No podemos dejar de alimentarnos todos los domingos del cuerpo y de la sangre de  Cristo pues moriríamos espiritualmente. Una vez que hagamos la primera comunión estamos obligados a ir a misa todos los domingos y fiestas de precepto y a participar de la primera comunión.

LECTURA BÍBLICA: Lucas 22,1-20











SI NOS CONVERTIMOS SEREMOS PERDONADOS....




CONVERSIÓN, ACTO DE CONTRICIÓN Y PROPÓSITO DE ENMIENDA



Antes de confesarme debo dedicar un rato  a pedir a Dios la conversión, mediante el examen de conciencia, el acto de contrición o dolor por haber pecado  y el propósito de enmienda  en el que pido a Dios fuerza para no volver a caer en pecado.
CITA BIBLICA: Lucas 19, 1-10

HOY HAREMOS EN CATEQUESIS NUESTRO EXAMEN DE CONCIENCIA Y SENTIREMOS DOLOR POR NUESTROS PECADOS

CANTO:




Hoy perdóname


Letra:

Hoy perdóname, hoy por siempre,
sin mirar la mentira,
lo vacío de nuestras vidas,
nuestra falta de amor y caridad.

Hoy perdóname, hoy por siempre,
aún sabiendo que he caído,
que de Ti siempre había huido,
hoy regreso arrepentido,
/ vuelvo a Ti, vuelvo a Ti. / (2)








11.   Con ayuda del papá y  la mamá, en la casa  hacer el examen de conciencia, el acto de contrición  y el propósito de enmienda, de la misma manera que se ha hecho en la catequesis.

22.    Escribir en libro de oraciones los pasos para una buena confesión y el acto de contrición.

                                              

UNA BUENA CONFESIÓN




Cinco pasos son necesarios:

1. Exámen de conciencia. (El hijo pródigo examina su conciencia).

2. Dolor de los pecados y la contricción del corazón. (Se arrepiente).

3. Confesar todos los pecados. (Hace propósito de volver al padre).

4. Propósito de enmienda. (Vuelve y pide perdón).

5. Cumplir la penitencia. (Paga con buenas obras sus pecados)

Es decir, reflexiona, se arrepiente, se corrige, se acusa y expía.

1. EXAMEN DE CONCIENCIA

La confesión no tendrá efecto y fruto si entramos en la Iglesia y rápido nos confesamos, sin haber hecho primero un buen examen de conciencia sereno, tranquilo, pausado, y si es por escrito mejor, para que así, no nos olvidemos ni un pecado.

¿Cómo hacer este examen de conciencia?
El examen de conciencia consiste en recordar los pecados que hemos cometido y las causas o razones por las cuales estamos cometiendo esas faltas.

Deberíamos, como buenos cristianos, hacer examen de conciencia todos los días en la noche, antes de acostarnos.

Así iríamos formando bien nuestra conciencia, haciéndola más sensible y recta, más pura y delicada. Los grandes Santos nos han recomendado este medio del examen de conciencia diario

¿Cómo se hace?

1. Pedimos al Espíritu Santo que nos ilumine y nos recuerde cuáles son los pecados nuestros que más le están disgustando a Dios.

2. Vamos repasando:

a) Los diez mandamientos.
b) Los cinco mandamientos de nuestra Santa Madre la Iglesia Católica.
c) Los siete pecados capitales.
d) Las obras de misericordia.
e) Las bienaventuranzas.
f) El mandamiento de la caridad.
g) Los pecados de omisión: el bien que dejamos de hacer: no ayudar, no hacer apostolado, no compartir los bienes, no hacer visitas a Cristo Eucaristía, no dar un buen consejo.

También es bueno confesarse de la siguiente manera:
a) Deberes para con Dios: mi relación con la voluntad de Dios.
b) Deberes para con el prójimo: caridad, respeto.
c) Deberes para conmigo: estudios, trabajo, honestidad, pureza, veracidad.
d) Deberes para con ese Movimiento o Institución eclesial a la que pertenezco: fidelidad a los compromisos, apostolado.

2. DOLOR DE LOS PECADOS Y LA CONTRICIÓN DEL CORAZÓN

No basta sólo hacer un buen examen de conciencia para una buena confesión: es necesario un segundo paso: dolerme interiormente por haber cometido esos pecados, porque ofendí a Dios, mi Padre. Es lo que llamamos dolor de los pecados o contrición del corazón

Contrición de corazón o arrepentimiento es sentir tristeza y pesar de haber ofendido a Dios con nuestros pecados.

No es tanto “me siento mal… no me ha gustado lo que he hecho… siento un peso encima…” ¡No! Este dolor de contrición es otra cosa: “Estoy muy apenado porque ofendí a Dios, que es mi Padre, le puse triste”.

El Salmo 50 dice: “Un corazón arrepentido, Dios nunca lo desprecia”.

Jesús cuenta, que un publicano fue a orar, y arrodillado decía: “Misericordia, Señor, que soy un gran pecador” y a Dios le gustó tanto esta oración de arrepentimiento que le perdonó (cfr Lucas 18).

¿Cuántas clases de arrepentimiento hay? Hay tres:

1. La contrición perfecta: es una tristeza o pesar por haber ofendido a Dios, por ser Él quien es, esto es, por ser infinitamente bueno y digno de ser amado, teniendo al mismo tiempo el propósito de confesarse y de evitar el pecado. Es el ejemplo del rey David, o de Pedro.

2. Contrición imperfecta o atrición: es una tristeza o pesar de haber ofendido a Dios, pero sólo por la fealdad y repugnancia del pecado, o por temor de los castigos que Dios puede enviarnos por haberlo ofendido. Para que esta atrición obtenga el perdón de los pecados necesita ir acompañada de propósito de enmendarse y obtener la absolución del sacerdote en la confesión.

3. El arrepentimiento o remordimiento: (morder doblemente) es una rabia o disgusto por haber hecho algo malo que no quisiéramos haber hecho. Es la conciencia la que nos muerde. No nos da tristeza por haber ofendido a Dios, sino porque hicimos algo que no nos gusta haber hecho. Ejemplo de Judas. El remordimiento no borra el pecado.

¿Cuándo debemos tener este dolor de contrición y arrepentimiento de los pecados?
Sobre todo cuando nos vamos a confesar, pues si no estamos arrepentidos, no quedamos perdonados. Pero es bueno también arrepentirnos de nuestras faltas cada noche antes de acostarnos. A Dios le gusta un corazón arrepentido.

¿Qué cualidades debe tener nuestro arrepentimiento?
Tres son las cualidades:

1. Arrepentirse de todo los pecados sin excluir ninguno (a no ser por olvido).

2. Que el arrepentimiento no sea sólo exterior sino que se sienta en el alma.

3. Que sea sobrenatural, o sea no sólo por los males materiales que nos trae el pecado, sino porque con él causamos un disgusto a Dios y nos vienen males para el alma y para la eternidad.

¿Qué ayuda para conseguir el dolor de contrición o arrepentimiento perfecto?

1. Recordar el Calvario y todo lo que Jesús sufrió por nosotros en su Pasión.

2. Recordar el Cielo y pensar en las alegrías y felicidades que allá nos esperan.

3. ¡Todo esto lo perderé, si peco! Ir con la imaginación a los castigos eternos y pensar que allá podemos ir también nosotros si no abandonamos nuestros pecados y malas costumbres.

¡A cuantos les ha salvado esto, y les ha alejado de sus pecados!

Una poesía resume este arrepentimiento sincero:
“No me mueve, mi Dios, para quererte, el cielo que me tienes prometido, ni me mueve el infierno tan temido para dejar por ello de ofenderte. Tú me mueves, Señor, muéveme el verte clavado en esa cruz y escarnecido; muéveme ver tu cuerpo tan herido; muévenme tus afectas y tu muerte. Muéveme, al fin, tu amor, y en tal manera, que aunque no hubiera cielo, yo te amara y aunque no hubiera infierno te temiera. No me tienes que dar porque te quiera, pues aunque lo que espero no esperara, lo mismo que te quiero te quisiera” (Anónimo).

3. CONFESAR TODOS LOS PECADOS

El sacramento de la penitencia o confesión está en crisis en algunas partes porque, como dijo el Papa Juan Pablo II, “al hombre contemporáneo parece que le cuesta más que nunca reconocer los propios errores… parece muy reacio a decir ‘me arrepiento’ o ‘lo siento’; parece rechazar instintivamente y con frecuencia irresistiblemente, todo lo que es penitencia, en el sentido del sacrificio aceptado y practicado para la corrección del pecado” (Reconciliación y Penitencia n. 26).

Pío XII manifestó en un radiomensaje del Congreso Catequístico Nacional de los Estados Unidos, en Boston (26 de octubre de 1946): “El pecado del siglo es la pérdida del sentido del pecado”.

El tercer paso para hacer una buena confesión es confesar todos los pecados mortales y graves al confesor.

¿Qué es la confesión de boca? Es manifestar al confesor sin engaño, ni mentira los pecados cometidos, con intención de recibir la absolución. Dice la Biblia: “No te avergüences de confesar tus pecados” (Eclesiástico 4,26)

Para que Dios perdone, por medio del confesor, es necesario decir los pecados. Así lo dispuso el mismo Cristo al instituir el sacramento del la Penitencia. “A quienes se los perdonéis, quedarán perdonados; a quienes se los retuviereis les quedarán retenidos” (Jn. 20, 23).

Los apóstoles, y sus sucesores, los obispos y los colaboradores, los sacerdotes, para poder absolver, necesitan conocer lo que perdonan, es decir, necesitan escuchar los pecados del penitente.

¿Cuáles son las cualidades para una buena confesión de boca?

1. Sincera: no debo ocultar lo que en conciencia es grave.

2. Verdadera: sin ocultar o disimular lo que debo manifestar, ni dar vueltas, tratando de justificarme.

3. Completa: todos los pecados graves, según su especie, número y circunstancias que cambian la especie.

4. Sencilla y humilde: con pocas palabras y sin rodeos.

Omitir voluntariamente la confesión de pecados graves o circunstancias que cambian la especie o callar voluntariamente algún pecado grave hace que la confesión sea inválida y sacrílega.

Gravedad del pecado: El pecado varía en su gravedad según quién lo comete, con quién se comete y dónde se comete.
-Una cosa es robar a un rico y otra a un pobre.
-Una cosa es robar por hambre y otra para vender.
-Una cosa es robar en el supermercado y otra en una iglesia.
-Una cosa es insultar a un compañero de clase y otra, a mamá o a un sacerdote o al Papa.
-Una cosa es cometer un acto impuro con un soltero/a y otra con un casado/a.
-Una cosa es mentir en casa y otra en la confesión.

¿Qué pecados estamos obligados a confesar?
Solamente los pecados mortales, pero es bueno y provechoso confesar también los veniales, así iremos fomentando mejor nuestra conciencia; así también el sacerdote nos podrá guiar con toda seguridad y sabiduría hacia la santidad.

¿Qué hacer cuando sólo tenemos pecados veniales para confesar?
Conviene recordar también algún pecado mortal ya confesado. Así el recuerdo de un pecado grave hace más fuerte el arrepentimiento y más serio el propósito. Esto si lo considera oportuno el confesor, porque hay almas con escrúpulos a quienes no conviene que revuelvan el pasado ya confesado.

¿Qué sucede cuando uno olvida algún pecado grave en la confesión, sin querer?
Obtiene el perdón de los pecados y puede comulgar, pero en la próxima confesión debe confesarse de ese pecado que olvidó sin querer.
Una norma muy útil: cuando uno termina de decirle al sacerdote los pecados conviene añadir: “Pido perdón también de todos los pecados que se me hayan olvidado”. Así queda el alma mucho más tranquila.

¿Cómo es el rito de la confesión?

1. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu santo.
2. Se lee una frase del evangelio.
3. Padre hace X días que me confesé, aclaro si cumplí la penitencia o no.
4. Mis pecados son éstos… y me acuso de todos aquellos que en este momento no recuerdo, y de los pecados de omisión.
5. Después escucho los consejos.
6. Rezo el pésame u acto de contrición lentamente y con dolor.
7. Recibo la absolución del sacerdote.
8. Le agradezco… y voy a cumplir rápido la penitencia.

4. PROPÓSITO DE ENMIENDA

Antes de explicar el cuarto paso, quisiera resumir, de la Institución Pastoral del Episcopado español del 15 de abril de 1989, los síntomas y raíces de la disminución de la práctica de la confesión en algunas partes:
1. Por el ateísmo e indiferencia religiosa de nuestros tiempos.
2. La pérdida del sentido del pecado.
3. Las interpretaciones inadecuadas del pecado. Hoy se nos quiere hacer creer que el pecado es algo superado, es un vago sentimiento de culpabilidad, es como una fuerza oscura del inconsciente, es como expresión y reflejo de las condicionantes ambientales, se les identifican con el pecado social y estructural. Algunos ya no ven pecado en casi nada, salvo en lo social, estructural.
4. Crisis generalizada de la conciencia moral y su oscurecimiento en algunos hombres. Esto debido a la amoralidad sistemática, cuando no inmoralidad.
5. Otra causa que ven los obispos españoles es ésta: indecisión de predicadores y confesores en materia moral, económica y sexual. Algunos fieles se desconciertan al oír diversas opiniones de confesores sobre el mismo tema moral. Y claro, muchos optan por hacer caso al más laxo y fácil. Y al final optan por dejar sus conciencias al juicio de Dios y abandonan la confesión.

Expliquemos ahora sí el propósito de enmienda, que brota espontáneamente del dolor.

¿Qué es el propósito de enmienda?
Es una firme resolución de nunca más ofender a Dios. Y hay que hacerlo ya antes de confesarse. Jesús a la pecadora le dijo: “Vete y no peques más” (Jn. 8,11). Esto es lo que se propone el pecador al hacer el propósito de enmienda: “no quiero pecar más, con la ayuda de Dios”. Si no hay verdadero propósito, la confesión es inválida.

No significa que el pecador ya no volverá a pecar, pero sí quiere decir que está resuelto a hacer lo que le sea posible para evitar sus pecados que tanto ofenden a Dios. No se trata de la certeza absoluta de no volver a cometer pecado, sino de la voluntad de no volver a caer, con la gracia de Dios. Basta estar ciertos de que ahora no quiere volver a caer. Lo mismo que al salir de casa no sabes si tropezarás, pero sí sabes que no quieres tropezar.

Estos propósitos no deben ser solamente negativos: no hacer esto, no decir aquello… También hay que hacer propósitos positivos: rezaré con más atención, seré más amable con todos, hablaré bien de los demás, haré un pequeño sacrificio en la mesa o en el fútbol, callaré cuando esté con ira, seré agradecido, veré solo buenos programas en la televisión, hablaré con aquella persona que tanto me cuesta, etc.

¿Y si volvemos a caer?
Pues, nos levantamos con humildad. La conversión y renovación es progresiva, lenta. Por eso es necesaria la confesión frecuente, no sólo cuando hemos caído, sino para no caer. Allí Dios nos robustece la voluntad, no sólo para no caer, sino también para lograr las virtudes.

¿Por qué algunos se confiesan siempre de las mismas faltas?
Es muy sencillo: porque no evitan las ocasiones de pecado. Por eso, el propósito de enmienda implica dos cosas: evitar el pecado y las ocasiones que llevan a él.
Debemos pedir siempre lo que San Ignacio de Loyola pide en los Ejercicios Espirituales cuando habla de las meditaciones sobre el pecado: “Dame vergüenza y confusión, dolor y lágrimas, aborrecimiento del pecado y del desorden que lleva al pecado”.
Debemos apartarnos seriamente de las ocasiones de pecar, porque “quien ama el peligro perecerá en él” (Eclesiástico 3, 27). Si te metes en malas ocasiones, serás malo.
Hay batallas que el modo de ganarlas es evitándolas. Combatir siempre que sea necesario es de valientes; pero combatir sin necesidad es de estúpidos fanfarrones.
Si no quieres quemarte, no te acerques demasiado al fuego. Si no quieres cortarte, no juegues con una navaja bien afilada. Sobre todo esto vale para la concupiscencia de la carne o impureza. La impureza es una fiera insaciable. Aunque se le dé lo que pide, siempre quiere más. Y cuanto más le des, más te pedirá y con más fuerza. La fiera de la concupiscencia hay que matarla de hambre. Si la tienes castigada, te será más fácil dominarla.
Por tanto, si el propósito no se extendiese también a poner todos los medios necesarios para evitar las ocasiones próximas de pecar, la confesión no sería eficaz; mostraría una voluntad apegada al pecado, y, por lo tanto, indigna de perdón.
Quién, pudiendo, no quiere dejar una ocasión próxima de pecado grave, no puede recibir la absolución. Y si la recibe, esta absolución es inválida.


Ocasión de pecado es toda persona, cosa, circunstancia, lugar, que nos da oportunidad de pecar, que nos facilita el pecado, que nos atrae hacía él y constituye un peligro de pecar.
Jesucristo tiene palabras muy duras sobre la obligación de huir de las ocasiones de pecar: “Si tu ojo es ocasión de pecado, arráncalo… si tu mano es ocasión de pecado, córtala… más te vale entrar en el Reino de los cielos, manco o tuerto, que ser arrojado con las dos manos, los dos ojos, en el fuego del infierno” (Mt 18, 8ss).
Una persona que tiene una pierna gangrenada, se la corta para salvar su vida humana, y tú ¿no eres capaz de cortar esa cosa… para salvar tu alma?
Evitar un pecado cuesta menos que desarraigar un vicio. Es mucho más fácil no plantar una bellota que arrancar una encina.
Para apartarse con energía de las ocasiones de pecar, es necesario rezar y orar: pedirlo mucho al Señor y a la Virgen, y fortificar nuestra alma comulgando a menudo.

5- CUMPLIR LA PENITENCIA

Expliquemos el último paso para hacer una buena confesión: cumplir la penitencia.
Pero antes recuerda esto:

1. La confesión es el medio ordinario que ha puesto Dios para perdonar los pecados cometidos después del bautismo en el día a día. Es un medio maravilloso que renueva, santifica, forma conciencia y, sobre todo, da mucha paz al alma.
2. Cuesta, o puede costar, porque a la confesión no vamos a decir hazañas, sino pecados y miserias. Y esto nos cuesta a todos. Es curioso que algunos que ponen dificultades en decir los pecados al sacerdote confesor los propagan entre sus amigos con risotadas y chascarrillos, y con frecuencia exagerando fanfarronamente. Lo que pasa es que esas cosas ante sus amigos son hazañas, pero ante el confesor son pecados, y esto es humillante. Y lo que no tienen tus amigos, secreto, lo tiene el confesor: él no puede contar ni un pecado tuyo a nadie. A esto se le llama el sigilo sacramental; ha habido sacerdotes que han dado su vida antes que faltar a este secreto de la confesión.
3. Para confesarse hay que ser muy sincero. Los que no son sinceros, no se confiesan bien. El que calla voluntariamente en la confesión un pecado grave, hace una mala confesión, no se le perdona ningún pecado, y, además, añade otro pecado terrible que se llama sacrilegio.
4. Si tienes un pecado que te da vergüenza confesarlo, te aconsejo que lo digas el primero. Este acto de vencimiento te ayudará a hacer una buena confesión.
5. El confesor será siempre tu mejor amigo. A él puedes acudir siempre que lo necesites, que con toda seguridad encontrarás cariño y aprecio y much comprensión. Además de perdonarte los pecados, el confesor puede consolarte, orientarte, aconsejarte. Pregúntale las dudas morales que tengas. Pídele los consejos que necesites. Él guardará el secreto más riguroso.

¿Qué es cumplir la penitencia?
Es rezar o hace lo que el confesor me diga. Esta penitencia, ya sea una oración, una obra de caridad, un sacrificio, un servicio, la aceptación de la cruz, una lectura bíblica, es para expiar, reparar el daño que hemos hecho a Dios al pecar. Es expresión de nuestra voluntad de conversión cristiana.

El pecado, sobre todo si es grave, es ofensa grave a Dios. Mereceríamos las penas eternas del infierno. Esta penitencia que me da el sacerdote en parte desagravia la ofensa a Dios y expía las penas merecidas.

La confesión perdona las penas eternas, pero no perdona la pena temporal. Esta penitencia que hago va satisfaciendo, en parte, o disminuyendo la pena temporal debida por los pecados.

Todos los viernes del año, que el Derecho Canónico llama penitenciales (Cánones 1250-1253) son ocasión para hacer penitencia, como así también especialmente la Cuaresma, por el ayuno, la abstinencia de carne o la práctica de obras de misericordia, o a privación de algo que nos cueste (cigarrillos, dulces, bebidas alcohólicas u otros gustos).

Esta satisfacción que hacemos no es ciertamente el precio que se paga por el pecado absuelto y por el perdón recibido, porque ningún precio humano puede equivaler a lo que se ha obtenido, fruto de la preciosísima Sangre de Cristo. Pero quiere significar nuestro compromiso personal de conversión y de amor a Cristo.



JESUCRISTO ES NUESTRO SALVADOR





Jesucristo es mi Salvador y Redentor

¿Cuánto estarías dispuesto a dar por alguien a quien amas muchísimo? Nuestro Salvador, Jesucristo, nos ama tanto que dio Su propia vida por nosotros.

El Padre Celestial sabía que si pecábamos y cometíamos errores, no podríamos vivir con Él otra vez. De modo que Su Hijo, Jesucristo, ofreció ser nuestro Salvador. El Padre Celestial Lo escogió a Él para que nos salvara porque Él era el único que podía llevar una vida libre de pecado.

Jesús sufrió y murió para salvarnos de la muerte y de nuestros pecados. Este acto de amor se llama Expiación. Gracias a la Expiación, podemos arrepentirnos de nuestros pecados, ser perdonados y llegar a ser limpios y puros tal como Jesús.

Jesús fue crucificado y murió, pero después de tres días resucitó. ¡Volvió a vivir! Gracias a que Él resucitó, nosotros también resucitaremos. Esto significa que nuestro cuerpo y nuestro espíritu se volverán a unir para siempre.

En verdad, Jesucristo es nuestro Salvador y Redentor. Él es el ejemplo perfecto para todos nosotros. Nos enseñó la manera de tratarnos unos a otros con bondad. Nos enseñó la forma de servirnos mutuamente y cómo llegar a ser mejores. No podremos llevar una vida perfecta como Él lo hizo, pero podremos regresar a vivir con Jesús y con el Padre Celestial si obedecemos los mandamientos y hacemos nuestro máximo esfuerzo. Debemos seguir a Jesucristo todos los días.


Colorea la siguiente imagen y según la imagen y el tema visto redacte una historia.










LA IGLESIA ES EL PUEBLO DE DIOS GUIADO POR SUS PASTORES



EL PAPA, CABEZA VISIBLE DE LA IGLESIA, PARA APACENTAR LAS OVEJAS

Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant

 JESÚS INSTITUYÓ SU IGLESIA, HOY, IGLESIA CATÓLICA

Tres veces le dice Jesús a Simón Pedro, luego de preguntarle si lo ama, “Apacienta mis ovejas”. (Juan 21, 15-17). Antes el mismo Jesús, le había dicho: “Y yo a mi vez te digo que tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y las puertas del infierno no prevalecerán contra ella. A ti te daré las llaves del Reino de los Cielos; y lo que ates en la tierra quedará atado en los cielos, y lo que desates en la tierra quedará desatado en los cielos”. (Mateo 16, 18-19)

Así es, como los seguidores de Cristo, sabemos que Jesús instituyó su Iglesia, hoy, Iglesia Católica, cuya misión es la continuación de la redención, del rescate de los hombres del pecado, de la reconciliación de los hombres con Dios, a quien el Señor nos enseñó que nos dirigiéramos como Padre.

Así es como entendemos que Jesús, le entregó a los Apóstoles atribuciones para predicar las Buenas Noticias del Evangelio, guiar a los hombres en la santificación, en otras palabras, cuidarlos en orden a la salvación eterna.

En los seguidores de Cristo, hoy hay una diversidad de Iglesias que se denominan Cristianas, a mí me parece que hay muchas cosas que nos unen más que separarnos y nosotros no estamos autorizado para impedirle que hagan su ministerio, y el mismo Jesús nos lo encarga, como sucedió en una ocasión: “Maestro, hemos visto a uno que expulsaba demonios en tu nombre, y tratamos de impedírselo, porque no viene con nosotros. Pero Jesús le dijo: No se lo impidáis, pues el que no está contra vosotros, está por vosotros”. Palabra del Señor (Lucas 9, 50)

 LA IGLESIA CATÓLICA

No obstante los anterior, nuestra Iglesia Católica, es la que fue fundada por Jesucristo, y nosotros los católicos reconocemos que fue fundada sobre San Pedro y los Apóstoles, donde hemos sido llamados a comprender que todos somos el Pueblo de Dios, guiados por un Pastor que es sucesor de Pedro y Vicario de Cristo en la tierra, es decir el Papa.

Jesús, quien vino a la tierra a predicarnos el Reino de Dios, eligió un grupo importante de hombres a quien los hizo sus discípulos, los cuales hoy los conocemos como los doce  Apóstoles, donde se destaca a Simón Pedro, el mismo  Jesús, fijando su mirada en él, le dijo: “Tú eres Simón, el hijo de Juan; tú te llamarás Cefas” - que quiere decir, "Piedra". Palabra del Señor (Juan 1, 14) y sobre este discípulo cimentó a la Iglesia  (Mateo 16, 18-19)

He aquí, una razón de peso para establecer, en cuál de todas Iglesias Cristianas que hoy se conocen, se puede reconocer a la Iglesia que tiene por Fundador a Jesucristo, y es la Iglesia donde se participan de los siete sacramentos, de la veneración por la Madre de Dios, del respeto disciplinado al Papa, es decir, si no es Iglesia con el que  “Apacienta las ovejas”, el Papa, no hay  Iglesia Católica como del mismo modo, si no hay seguimiento y obediencia al Papa no hay verdadera Iglesia.

UNA, SANTA, CATÓLICA Y APOSTÓLICA.

La Iglesia Católica, está llamada a ser “Una, Santa, Católica y Apostólica”, cuya importante misión es la misma que nos pidió Jesús, ser luz y guía para llevar a cabo el plan de salvación de Dios sobre los hombres. Y para cumplir esta misión, Jesús ha dado a la Iglesia los poderes de enseñar su doctrina, no solo a los católicos, sino que todo el mundo: “Id por todo el mundo y proclamad la Buena Nueva a toda la creación”. (Marcos 16,15), es decir  a todas las gentes, santificarlas con su gracia y guiarlas con autoridad.

También, la Iglesia Católica es el Cuerpo Místico de Cristo, porque, como en un cuerpo humano, Cristo es la Cabeza, nosotros los bautizados somos los miembros de este cuerpo, donde en su aspecto visible la Iglesia está formada por los bautizados que profesan la misma fe en Jesucristo, tienen los mismos sacramentos y mandamientos, donde el Espíritu Santo es el alma que nos une con su gracia y nos santifica, por cuya razón, la Iglesia es también Templo del Espíritu Santo.

Los fieles cristianos, estamos incorporados a Cristo por el Bautismo, nos integramos en el Pueblo de Dios y somos hechos partícipes a su modo de la función sacerdotal, profética y real de Cristo para desempeñar la misión de la Iglesia en el mundo y  aceptamos la autoridad establecida por el Señor, que es el Papa.

EL PAPA

Nosotros tenemos la convicción que el pastor supremo y Cabeza invisible de la Iglesia es Jesucristo. Del mismo modo, El Papa es el sucesor de San Pedro, el Vicario de Cristo en la tierra y la Cabeza visible de la Iglesia.

No obstante, el Papa, es un ser humano que ha acogido el llamado de Jesucristo para ser servidor suyo y de todos los hombres, y es el papel que le han confiado sus hermanos para ser el pastor que “Apaciente las ovejas”. Es así, como el Papa, esta llamado definir doctrina en materia de fe y costumbres. Él es nuestro actual Pastor, por tanto es nuestro actual maestro y debemos confiar que tiene la especial asistencia del Espíritu Santo.

Es así, como nosotros los católicos, fieles a la Iglesia, nos adherimos al Papa con el espíritu de la sumisión, con la cual le respondemos cuando nos desea “que el Señor este con Ustedes” y le respondemos “Y también con tu espíritu” y es lo que nos corresponde hacer como fieles, cuando el Papa y los obispos proponen una enseñanza mediante su magisterio ordinario.

Y hoy, más que nunca es necesario, fieles a nuestra Iglesia, vivir unidos en oración, por el Papa, para que tenga la fuerza necesaria para realizar la misión que se le ha encargado.

“Si alguno me sirve, que me siga, y donde yo esté, allí estará también mi servidor”.  (Juan 12,26)

El Señor nos Bendiga

Pedro Sergio Antonio Donoso Brant




PREPARACIÒN PARA EL NACIMIENTO DE JESÙS

Significado

Adviento, o venida en latín, es una costumbre significativa y no una obligación litúrgica, por lo que difiere mucho de la novena, explica el padre Galvis.

“No es que por no hacer la corona no cumples con la preparación para el nacimiento (de Jesús), para eso es la novena”, detalla el religioso, quien además de pertenecer al grupo de sacerdotes de la Catedral también motiva a los feligreses al rezo durante el Adviento.

A pesar de que la corona de Adviento tiene colores de velas específicos, no quiere decir que no se puedan usar otros tonos.

“Realmente los colores de las velas son tres moradas, una rosada y en medio una blanca”, prosigue Galvis.

El orden en el que se debe encender cada vela es: primero dos velas moradas, luego una rosada para terminar con la morada y la blanca.

Cada una de estas velas tiene un significado. Las de morado representan el tiempo litúrgico de espera antes del inicio de la Navidad.

“La Navidad empieza el 24 de diciembre y se extiende hasta después del tiempo de epifanía”, comenta Galvis quien se muestra en contra de las personas que piensan que la Navidad inicia el 1 de diciembre y termina con el mes, “esa es la etapa de los regalos, materialista” añade el presbítero.

La vela rosada se la enciende el tercer domingo de adviento (que este año corresponde al 19 de diciembre) y representa la alegría que se vive en este tiempo de expectativa.

El cirio blanco, que significa alegría plena, es el último y se prende en la eucaristía de la Nochebuena, que este año cae viernes 24 de diciembre.

Los otros detalles, como las ramas verdes que significan esperanza, y que son colocadas en círculo para representar el amor infinito a Dios, también pueden ser acompañados con un listón rojo que simboliza el amor de los fieles a Dios.


Desarrollar la actividad.





NACIMIENTO DE JESÚS




Hace muchos, muchos años, Dios mandó al arcángel Gabriel a visitar a María, una dulce doncella judía. Gabriel tenía un mensaje para María: 'Vas a tener un hijo y se llamará Jesús. Será llamado Hijo del Altísimo y reinará para siempre'.

¿Cómo puede ser? - preguntó María - si no he he estado con ningún hombre. Y el arcángel le dijo que aquel niño era el hijo de Dios.

María estaba prometida con un carpintero, de nombre José, quien al principio no creyó la historia de María y el bebé que llevaba dentro. Sin embargo, el ángel se le apareció en sueños y le contó lo sucedido. Desde entonces, decidió estar al lado de María.

La Virgen María y San José llegan a Belén 

Nacimiento Jesús

Era 24 de diciembre y María y, su marido, José iban camino de Belén tal y como había ordenado César Augusto. José iba caminando y María, a punto de dar a luz a su hijo, sentaba en un burro.

A su llegada a Belén, María y José buscaron un lugar para alojarse, pero llegaron demasiado tarde y todos los mesones estaban completo. Finalmente, un buen señor les prestó su establo para que pasaran la noche.

José juntó paja e hizo una cama para su esposa. Lo que ninguno de los dos imaginaba antes de trasladarse ese día a Belén es que era el momento de que naciera Jesús.

Un cuento sobre el origen de la Navidad

Y así nació Jesús, en un establo, y su madre, la Virgen María le colocó sobre un pesebre, el lugar donde se ponía la comida de los animales. Al caer la noche, en el cielo nació una estrella que iluminaba más que las demás y se situó encima del lugar donde esta el niño.

Muy lejos de allí, en Oriente, tres sabios astrólogos llamados Melchor, Gaspar y Baltasar, sabían que esa estrella significaba que un nuevo rey estaba a punto de nacer. Los tres sabios, a los que conocemos como Los Tres Reyes Magos, fueron siguiendo la brillante estrella hasta el pesebre de Belén para visitar a Jesús.

Cuando llegaron a su destino, Melchor, Gaspar y Baltasar buscaron el pesebre y le regalaron al Niño oro, incienso y mirra. Al poco de nacer, el rey Herodes, atemorizado por la noticia de que había nacido el hijo de Dios, mandó matar a todos los bebés. María y Jose huyeron a Egipto y volvieron tiempo después, cuando Herodes murió. Se instalaron en Nazaret y allí pasó su infancia Jesús.

Hoy en día, de la misma forma que Los Reyes de Oriente llevaron regalos a Jesús, la noche del 24 de diciembre Papá Noel, y la noche del 5 de enero los Reyes Magos, llevan regalos a todas las casas para conmemorar el nacimiento del Niño.





Ver la película:



ORACION INICIAL


Padre: Permíteme ser una herramienta perfecta en Tus Manos para que, a través de mí, se cumpla el Propósito de Amor que Tú me has encomendado.
Guíame, para actuar siempre en lo justo, y jamás dejar de hacer lo necesario. Dame el don de la palabra, para que todo lo que yo diga, lleve siempre Tu Mensaje de Amor.
Ilumina mis pensamientos con Tu Presencia, y dame la fuerza y la energía para servirte mejor cada día. Amén





EXPERIENCIA DE VIDA




Cuento “El Hilo Primordial” (adaptación del original de “Madera Verde” 




Ya se acercaba la primavera, y aquella mañana, el cielo azul se vio inundado de las frágiles telitas voladoras que solemos llamar “Babas del diablo”. En una de esas telitas, venía navegando una arañita recién nacida, venida quién sabe de dónde. El viento jugueteó un rato con la embarcación de la arañita hasta que de pronto el vuelo se detuvo con un fuerte sacudón. ¿Qué había pasado? Simplemente que la nave había encallado en la rama de un árbol.  Pasado el primer susto, la arañita, comenzó a correr por la tela hasta pararse finalmente en la rama en que había anclado su nave. Y desde allí se largó en vertical buscando la tierra. Su descenso fue suave y seguro, porque un hilo fino, pero muy resistente, la acompañó en el trayecto y la mantuvo unida a su punto de partida. Y por ese hilo volvió luego a subir hasta su punto de desembarco. Ya era de  noche, y como era pequeña y la tierra le daba miedo, se quedó a dormir en la altura. 


A la mañana siguiente, la arañita sintió hambre, así que volvió a repetir su descenso para comenzar a construir una pequeña tela que le serviría para atrapar bichitos. ¡Cuán grande fue su emoción al ver que un insecto más pequeño que ella había quedado atrapado en su tela! Lo envolvió y lo succionó. Luego, como ya era tarde, volvió a trepar por el hilito primordial, a reencontrarse con su punto de desembarco. Y esto se repitió cada mañana y cada noche. Cada día añadía nuevos hilos a su tela, viéndose obligada a utilizar aquel fino hilo primordial a fin de mantenerla tensa, agarrando de él los finos hilos cuyas otras puntas eran fijadas en ramas, troncos o yuyos que tironeaban para abajo. El hilo ese era el único que tironeaba para arriba, manteniendo tensa toda la estructura de la tela. Por supuesto, la arañita no filosofaba demasiado sobre estructuras, tironeos o tensiones. Simplemente tejía guiada por su instinto. Y cada noche trepaba por el hilo primordial a fin de reencontrarse con su punto de partida.
 
Pero un día atrapó un bicho de marca mayor. Luego de tamaña cena, se sintió tan agotada, que esa noche decidió no subir por el hilo. Y a la mañana siguiente vio con sorpresa que por no haber subido, tampoco se veía obligada a descender. Y esto le hizo decidir no tomarse el trabajo del crepúsculo y del amanecer, a fin de dedicar sus fuerzas a la caza de presas que cada día preveía mayores. Y así, poco a poco, fue olvidándose de su origen, y dejando de recorrer aquel hilito fino y primordial que la unía a su infancia viajera y soñadora. Sólo se preocupaba por los hilos útiles que había que reparar o tejer cada día, debido a que la caza mayor tenía exigencias agotadoras.
 
Así amaneció el día fatal. Era una cálida mañana de verano, y en el centro de su tela, la araña adulta se sintió el centro del mundo. Satisfecha de sí misma, quiso darse la razón de todo lo que existía a su alrededor. Ella no sabía que de tanto mirar lo cercano, se había vuelto miope. De tanto preocuparse solo por lo inmediato y urgente, terminó por olvidar que más allá del radio de su tela, aún quedaba mucho mundo con existencia y  realidad. Podría al menos haberlo intuido del hecho de que todas sus presas venían del más allá, pero también había perdido la capacidad de intuición. Sólo le interesaba lo que del más allá llegaba hasta ella. En el fondo, sólo se interesaba por ella y nada más, salvo quizá por su tela cazadora. Y mirando su tela, comenzó a encontrarle la finalidad a cada hilo: sabía de dónde partían y hacia dónde se dirigían, dónde se enganchaban y para qué servían. Hasta que se topó con ese bendito hilo primordial. Intrigada trató de recordar cuándo lo había tejido. Y ya no logró recordarlo, porque a esa altura de la vida, los recuerdos, para poder durarle, tenían que estar ligados a alguna presa conquistada. Y ese hilo no había apresado nada en todos aquellos meses ni tampoco había ido a ningún lado por él en los últimos tiempos. Esto le dio rabia. Ella era una araña práctica, científica y técnica. ¡Que no le vinieran con poemas infantiles de vuelos en atardeceres tibios de primavera! ¡Si ese hilo no servía para algo, había que eliminarlo! ¡No tenía tiempo para ocuparse de cosas inútiles cuando eran tan exigentes las tareas de crecimiento y subsistencia! Y le dio tanta rabia el no verle sentido al hilo primordial, que tomándolo entre las pinzas de sus mandíbulas, lo cortó de un solo golpe. 
 
¡Nunca lo hubiera hecho! Al perder su punto de tensión hacia arriba, la tela se cerró como una trampa fatal, y el golpe que azotó a la araña contra el duro suelo fue terrible. Tan tremendo que la pobre perdió el conocimiento y quedó desmayada sobre la tierra, que esta vez la recibiera mortíferamente. Cuando empezó a recuperar su conciencia, el sol ya se acercaba a su cenit. La tela, al resecarse sobre su cuerpo magullado, la iba estrangulando sin compasión y las osamentas de sus presas la envolvían en un abrazo angustioso y asesino. Pronto entró en las tinieblas, sin comprender siquiera que se había suicidado al cortar aquel hilo por el que había tenido su primer contacto con la tierra, que ahora sería su tumba.
 
Una vez leído el cuento, se dan las siguientes consignas para trabajar en pequeños grupos:

  • Sintetiza en no más de 4 momentos, el argumento del cuento.
  • Responde a las siguientes preguntas:
  • ¿Por qué murió la arañita?
  • ¿Por qué era tan importante el hilo?
  • ¿Por qué decidió cortar el hilo?
 Luego de unos minutos de trabajo, se comparte en plenario, intentando construir entre todos una sola lista de momentos, que puede ser semejante a la siguiente:
  • La arañita llega a su “punto de desembarco” y baja por primera vez a tierra tejiendo el “hilo primordial”
  • La arañita comienza su vida, tejiendo su tela y cazando sus primeros bichitos, mientras sube cada noche a su “punto de desembarco” a través del “hilo primordial”.
  • Un día caza un bicho de marca mayor, y decide no subir más por el hilo.
  • Pasado un tiempo, al no encontrarle sentido al “hilo primordial”, decide cortarlo. Su tela se derrumba, y la arañita muere.
  ILUMINACIÓN
A continuación se propone buscar un sentido más profundo al cuento viéndolo como una “parábola”  que narra en forma de cuento la historia de la humanidad. Para ello, se van proponiendo las siguientes preguntas (la columna derecha muestra cómo puede reconstruirse la historia de la humanidad a partir de la interpretación de los signos del cuento):



Preguntas para profundizar el cuento
Historia de la humanidad
¿Qué significa el hecho de que la “arañita” haya llegado “volando” y no haya nacido directamente en el árbol?Dios ha creado al hombre, “llegó de arriba”, como la arañita,
¿Cuál es el  “punto de partida” de donde bajó la “arañita”?…por lo tanto el hombre no es de este mundo, sino que viene de Dios, su “punto de partida”.
¿Qué simboliza “la tierra” a la cual “desciende” la arañita?El hombre vivió desde un principio en esta tierra donde Dios lo puso,
¿Qué es el “hilo primordial” ?…conservando siempre su relación con Dios, el “hilo primordial”.
¿Qué significa “tejer la tela”?Mientras tanto, el hombre construyó su vida en la tierra, “tejió su tela”.
¿Cuáles son los “bichos de marca mayor” que hacen que la “arañita-humanidad” se olvide de su “punto de partida”?Muchas cosas de la tierra, como el egoísmo, la superficialidad, la ambición, la soberbia, etc., “bichos de marca mayor”, hicieron que la humanidad se olvidara de Dios, su “punto de partida”.
¿Qué significa que la arañita-humanidad “se ha vuelto miope”?El hombre se había vuelto incapaz de reconocer al Dios que lo había creado, se había “vuelto miope”,
¿Cuáles pueden ser esas “presas que vienen del más allá”, que la arañita no sabe reconocer?…incapaz de reconocer los dones que Dios le había dado.
¿Por qué crees que las arañitas de hoy no encuentran la “finalidad” del hilo primordial?Al encerrarse en sí mismo, el hombre no le encuentra sentido a su relación con Dios.



ORACIÓN FINAL




Colocados en círculo, entregar a uno de los participantes un ovillo de hilo e indicarle que se ate a un dedo el extremo del hilo. Luego, invitar a que cada participante haga una breve oración a Dios agradeciéndole por este Plan que pensó para nuestra salvación y para que no deje abandonada a la humanidad a su suerte. Cada uno que vaya haciendo su oración, tirará el ovillo a otro cualquiera y este hará su oración. De esta manera, se irá armando en medio de la ronda una “telaraña”.



COMPROMISOS







Personal: Procuraré leer algún libro o lectura que hable del Plan de Salvación de Dios (o buscaré en internet) para conocer un poco más del mismo.

En el propio ambienteViviré esta semana con alegría, dando testimonio ante quienes me rodean de saberme amado por Dios.

 Más allá de las fronteras: Rezaré por todas las personas que en distintos lugares del mundo no conocen que Dios tiene un plan para toda la humanidad y del cual todos somos parte.




Dios los bendiga